ESENIOS Y FARISEOS

 

PARÁBOLA DEL ADMINISTRADOR INFIEL

 


 

#Los apóstoles tienen ordenada la gente esperando la llegada del Señor. un muchacho ve a Jesús y grita: ¡El Señor!  

 #Jesús baja sus ojos radiantes, baja su rostro bienaventurado, esconde su sonrisa prodigiosa, inclinándose sobre los enfermos a quienes acaricia y cura, los cuales miran admirados ese rostro de sol y de amor.   

#"Sería una cosa bella que el hombre fuese perfecto como lo quiere el Padre celestial.   

#¿Qué uso hace el hombre de la libertad que Dios le ha dado?   

#¿Cómo salvarse entonces? ¿Cómo hacer que todo sirva para la salvación aun aquello que viene de la Corrupción, ...?   

#¿No podrán, pregunto, el rico y el pobre salvarse? Sí. ¿Y cómo?   

#Parábola del administrador infiel   

#Anuncian al rico de que su administrador Despilfarra sus bienes. Se aprovecha de ellos. No hace porque fructifiquen como debieran.   

#¿Qué haré? ... "¡He dado en el clavo! Me procuraré amigos. Quien hace favores tiene amigos. Vamos, pues, a hacer el bien y démonos prisa.   

#Contando con el mañana, tranquilo fue a ver a su patrón, el cual a su vez, había seguido las huellas de su administrador y descubierto la jugada. Sin embargo lo alabó diciendo: "Lo que hiciste no está bien, y por eso no puedo alabarte. Pero sí lo debo por tu sagacidad. En verdad que los hijos del siglo son más listos que los de la Luz".   

#Y lo que dijo el rico también Yo os lo digo: "El fraude no es bueno, y no alabaré nunca al que lo cometa. Pero os exhorto que seáis por lo menos como los hijos del siglo, que empleéis los medios del siglo, para hacer que produzcan monedas con las que se entre en el reino de la luz"  

 #¿Cómo pretendéis que Dios os dé sus bienes del paraíso si ve que no sabéis hacer buen uso de los terrenales? Allá arriba se vive caritativa, generosa y justamente. Todos para Uno y todos para todos. La comunión de los santos es una sociedad honrada, santa.   

#Una voz del grupo de los esenios se levanta: "El hombre no es libre de escoger. Está obligado a seguir su destino. Aun más la Mente perfecta ha establecido, según una disposición también perfecta, el número de los que serán dignos de los cielos. Respecto de los otros es inútil que se esfuercen en serlo.   

#"No. Así no es. Pensando así, injurias al Señor."   

#Dios ha dejado en libertad al hombre de escoger el bien o el mal.   

#"No hizo bien" grita un escriba. "Nos puso en la tentación más de lo necesario. El Señor dio a Adán y a Eva todos los consejos ¿y de qué sirvió?" No debía haber puesto el árbol, la tentación en el jardín. "¿Entonces dónde se queda el mérito del hombre?"   

#escúchanos a nosotros que vivimos en continencia y meditación" grita de nuevo el esenio. "Es verdad que vivís, pero no bien. ¿Por qué no vivir santamente?" ¿crees realmente en una resurrección de los cuerpos y en una vida de los espíritus que encontrarán su perfección allá?"  

 #¿para qué hacer que resucite la materia? ¿Con ello aumentará el gozo de los santos? así como durante este día cuerpo y alma estuvieron unidos, luchando por la posesión del cielo, vuelvan a unirse en el día eterno para gozar del premio   

#¿por qué vives en continencia y oración?" para ser mejor, para ser superior a los animales para ser superior a la mayoría de los hombres entregados a la animalidad esenio, te digo que por muy poco te estás sacrificando. ¿Para qué? ¿Para quién? ¿Por cuánto? Por una alabanza humana. Por un cuerpo mortal. Por un tiempo que pasa rápido como el vuelo de un halcón. Eleva tu sacrificio. Cree en el Dios verdadero, en la bienaventurada resurrección, en el libre arbitrio del hombre. vive como asceta, pero por estas razones sobrenaturales, y con tu cuerpo resucitado gozarás del eterno júbilo."   

#"¡Es tarde! ¡Soy ya viejo! Tal vez me acabé la vida en una secta equivocada... ¡Todo ha terminado!" "¡No! Nada termina para el que quiere el bien. Oíd, vosotros pecadores, Consolad a este amor que sufre por vuestra resistencia, miedo, titubeos. Os lo ruego en el nombre de mi Padre y vuestro. Venid a la vida, a la verdad, y conseguiréis la vida eterna."   

#Un hombre de entre la gente grita: "Yo soy rico y pecador. ¿Qué debo hacer para ir?" "Renuncia a todo por amor de Dios y de tu alma."   

#Los fariseos murmuran, hacen befa de Jesús como de "un vendedor de ilusiones y herejías"   

#El día había empezado feliz. Una lluvia de semillas de santidad caía sobre los corazones. Mi amor, alimentado con el beso de Dios, da vida a las semillas. El hijo del hombre se sentía dichoso de santificar... Vosotros me habéis envenenado y oscurecido el día   

#¡Venid, pequeños de Israel! ¡La ley es amor! ¡Dios lo es! Lo digo a quienes habéis espantado. Digo a todos los humildes: "Entrad. Es para vosotros" el reino del amor.   

#Esta tierra vio el prodigio que hizo Eliseo al convertir las aguas margas en dulces con arrojarles sal. ¿Y no acaso arrojo sal de sabiduría en vuestros corazones? ¿Entonces por qué sois inferior a las aguas y no cambiáis vuestro espíritu?   

#Estas palabras duras son para los impenitentes. Los que han pecado, y se duelen por haberlo hecho, sepan, se convenzan de que Dios es Bondad, y se acerquen al que absuelve, perdona y admite a la vida. Idos con esta persuasión.   

#Pedro, que va delante de todos, se queda como estatua al ver que el esenio se queda con los vestidos internos y retrocede gritando: "¡Maestro, un loco! ¡El esenio! Se ha desnudado. Llora y suspira. No podemos ir allá." Dame un nombre nuevo y señálame un lugar donde viva de Ti y de tus palabras. Llámate desde ahora Elías y se fuego. En aquel monte hay muchas cuevas. Ve allí, y cuando sientas que la tierra temblare fuertemente, sal de allí y busca a los siervos del señor y únete a ellos. Renacerás ara ser también un siervo. Vete."   

#"Dios aun sobre las rocas hace que nazcan flores. También en los desiertos de los corazones hace que nazcan espíritus de voluntad para consuelo mío.

 


 

Mucha gente está esperando al Maestro, y se ha esparcido por las pendientes inferiores de un monte más bien separado de los demás, porque emerge de un entretejido de valles que lo rodean, y de donde nacen sus faldas, mejor dicho, se levantan abruptas, casi a pico y en algunos lugares verdaderamente a pico. Para llegar a la cima hay una vereda hecha en la roca calcárea que rasguña el monte, teniendo por límites por una parte lo escarpado del monte, y por la otra el precipicio. La vereda amarillo-oscura, que tiende al rojo, parece una cinta tendida entre el verde polvoriento de matorrales de espinas. Creo que las hojas son las mismas espinas que cubren las pendientes pedrosas y secas, entrelazándose aquí  allá con una flor de color purpúreo-rojo, semejante a un penacho o a un trozo de seda, arrancado de algún vestido. Y este manto espinoso, de un verde glauco, triste como si estuviera cubierto de impalpable ceniza, se extiende por lugares aun a los pies del monte y en la llanura entre el monte y los otros, tanto al noroeste como al sudeste, y sólo en poco lugares se puede ver lo que llamamos hierba y arbustos que no son tormento, ni espinosos.

La gente se encuentra por estos lugares y paciente espera la llegada del Señor. Ha de ser el día siguiente al que habló a los apóstoles porque es de mañana. El rocío aun no se ha evaporado de los espinos y de las hojas, sobre todo en aquellos lugares donde el sol todavía no ha tocado y reviste a flores y hojas con colores diamantinos. Es la hora de hermosura de este solitario monte, porque en las otras, bajo un sol despiadado o en las noches de luna, debe presentar un aspecto horrible, algo como un espectro infernal. Al oriente se ve una ciudad rica y extensa en al llanura fertilísima. No se ve otra cosa más de esta parte, todavía baja, donde hay peregrinos, pero desde la cima la vista debe gozar de un panorama extenso. Creo que debido a la altura del monte se podrá ver el Mar Muerto, su zona oriental, las cadenas de montes de Samaría y las que esconden a Jerusalén. Yo no he estado en la cima, y por lo tanto...

 

Los apóstoles tienen ordenada la gente esperando 

la llegada del Señor

 

Un muchacho ve a Jesús y grita:

¡El señor!

 

Los apóstoles circulan entre la gente tratando de tenerla quieta y ordenada, de poner en los mejores lugares a los enfermos.. Algunos discípulos, tal vez los que trabajan en esta zona, y que habrán guiado hasta los confines de la Judea a los peregrinos que quisieron oír al Maestro, ayudan también

De pronto se deja ver Jesús con su vestido blanco de lino, pero envuelto en su manto rojo para atenuar el calor del día con lo fresco de las noches que todavía no son las de verano. Mira, sin que lo vean, a la gente que lo está esperando. Sonríe. Parece que ha venido de detrás del monte (parte occidental), como de la mitad, y rápido desciende por el difícil sendero. Es un muchacho el que, no sé si por seguir el vuelo de pájaros que anidan en los zarzales y que salieron volando espantados por una piedra que ha rodado de lo alto, o porque se haya sentido atraído, lo ve y grita, poniéndose de pie: "¡El Señor!"

Todos se voltean y mira a Jesús, que estará lejos unos doscientos metros a lo más. Tratan de correr, pero El con un brazo y con su voz que llega clara, tal vez por eco del monte, les ordena a que se estén donde están. Y siempre sonriente baja, y se detiene en el punto más alto de la planicie. Desde allí envía su saludo: "La paz sea con todos vosotros" y con una sonrisa especial repite el saludo a los apóstoles y discípulos que tiene a su alrededor.

Jesús irradia belleza. Con el sol enfrente y el costado verde del monte a las espaldas, parece una visión inimaginable. La horas que ha pasado en la soledad, algo que no conocemos, tal vez algo que deja traslucir de su contacto con el Padre, no lo sé, acentúan su siempre perfecta belleza. Le dan un aire de imponencia, de serenidad, diría yo, alegre, como de quien regresa de donde está la persona amada y trae consigo la noticia en el rostro, en los ojos. Subyuga a los presentes que admirados lo contemplan en silencio, como atemorizados al intuir algo de misterio entre el Altísimo y su Verbo...

 

Jesús baja sus ojos radiantes, 

baja su rostro bienaventurado, 

esconde su sonrisa prodigiosa, 

inclinándose sobre los enfermos 

a quienes acaricia y cura, 

los cuales miran admirados 

ese rostro de sol y de amor.

 

Jesús baja sus ojos radiantes, baja su rostro bienaventurado, esconde su sonrisa prodigiosa, inclinándose sobre los enfermos a quienes acaricia y cura, los cuales miran admirados ese rostro de sol y de amor. Terminado se yergue y muestra a las turbas lo que es el Rostro del Pacífico, del Santo, del Dios hecho carne, todavía envuelto en al luminosidad que dejó el éxtasis. Repite: "La paz sea con vosotros." Hasta su voz es más musical... fuerte se extiende sobre sus oyentes, llega a sus corazones, se los acaricia, los sacude, los invita a amar.

Todos sienten esto, menos el grupo de fariseos secos, áridos, espinosos más que el monte mismo. Están como estatuas de incomprensión y de rabia en un ángulo. Menos el otro que está vestido completamente de blanco y separado, que escucha desde una parte alta. Oigo que Bartolomé e Iscariote los llaman "esenios" Pedro refunfuña diciendo: "Y así tenemos una parvada más de gavilanes."

"Déjalos en paz. ¡Mi palabra es para todos!" dice sonriente Jesús, aludiendo a los esenios. Empieza a hablar.

 

"Sería una cosa bella 

que el hombre fuese perfecto 

como lo quiere el Padre celestial.

 

"Sería una cosa bella que el hombre fuese perfecto como lo quiere el Padre celestial. Perfecto en sus pensamientos, sentimientos, acciones. Pero no sabe serlo y emplea mal los dones de Dios, el cual concedió al hombre la libertad de obrar, pero dando su órdenes para las cosas buenas, aconsejando las perfectas, a fin de que el hombre no pudiera decir: "No lo sabía yo".

 

¿Qué uso hace el hombre de la libertad 

que Dios le ha dado?

 

¿Qué uso hace el hombre de la libertad que Dios le ha dado? Casi todos como podría usarla un niño o un necio; o algunos como un delincuente. Pero luego llega la muerte y entonces el hombre tiene que presentarse ante el Juez que severo le preguntará: "¿Cómo usaste y abusaste de lo que te di?" ¡Terrible pregunta! Entonces, menos que pajas aparecerá lo que valen los bienes de la tierra, por los cuales frecuentemente el hombre se hace pecador. Pobre en medio de una miseria eterna, con una vestidura que no puede sustituir nada, estará humillado, tembloroso ante la majestad del Señor y no encontrará palabras para excusarse. En la tierra es fácil hacerlo, engañando a los pobres hombres, Pero en el cielo esto no sucede. A Dios no se le engaña. Jamás. Dios no desciende a compromisos. Jamás.

 

¿Cómo salvarse entonces? 

¿Cómo hacer que todo sirva para la salvación 

aun aquello que viene de la Corrupción, ...?

 

¿No podrán, pregunto, el rico y el pobre salvarse? 

Sí. 

¿Y cómo?

 

¿Cómo salvarse entonces? ¿Cómo hacer que todo sirva para la salvación aun aquello que viene de la Corrupción, que ha enseñado que los metales, las piedras preciosas son instrumento de riqueza, que ha despertado la manía del poder y los apetitos de la carne? ¿No podrá el hombre, que por pobre que sea puede pecar, deseando inmoderadamente el oro, el poder, las mujeres, y que algunas veces para tener lo que el rico tiene? ¿No podrán, pregunto, el rico y el pobre salvarse? Sí. ¿Y cómo? Disfrutando de las cosas para el bien, de la pobreza para el bien. El pobre que no envidia, no maldice, no desea lo de otros, sino que se contenta con lo que tiene, se satisface de su condición humilde para ser santo. En verdad os digo que la inmensa mayoría de pobres lo sabe hacer. Pero no los ricos para los cuales la riqueza es una trampa continua de Satanás, de la triple concupiscencia.

 

Parábola del Administrador infiel

 

Escuchad la siguiente parábola y veréis que también los ricos pueden salvarse siéndolo, o reparar sus errores con el buen uso de las riquezas, aun si mal adquiridas, porque Dios, que es Bueno, ha dejado a la disposición de sus hijos muchos medios para que se salven.

 

anuncian al rico de que su administrador 

Despilfarra sus bienes. 

Se aprovecha de ellos. 

No hace porque fructifiquen como debieran.

 

Había, pues, un rico que tenía su administrador. Algunos enemigos suyos que envidiaban su puesto, o muchos amigos del rico que se preocupaban por su fortuna, acusaron al administrador. "Despilfarra tus bienes. Se aprovecha de ellos. No hace porque fructifiquen como debieran. Pon atención. Toma tus providencias". 

El rico, después de varias y repetidas acusaciones, mandó llamar a su administrador. Le dijo: "Me han dicho de ti esto y aquello. ¿Cómo es posible que hayas obrado de este modo? Dame cuenta de tu administración porque no la tendrás más. No tengo confianza en ti. No puedo dar ejemplo de injusticia y de estupidez, lo que haría que tus demás compañeros siguiesen tus pasos. Ve y regresa con todas las facturas, para que las examine y me des cuenta de la situación de mis bienes antes de darlos a otro". El administrador salió pensativo y se decía entre sí: "¿Y qué voy a hacer ahora que el patrón me quita la hacienda? Ahorros no tengo, porque como estaba seguro de tener todo a mi disposición, lo que tomaba lo gastaba. Meterme de campesino, de criado, ¡eso no!, porque no estoy acostumbrado al trabajo y sí a las crápulas. ¿Pedir limosna? ¡Eso ni soñarlo! ¡Demasiado rebajarme! ¿Qué haré?...

 

¿Qué haré?...

"¡He dado con el clavo!  

me procuraré amigos 

Quien hace favores tiene amigos. 

Vamos, pues, a hacer el bien y démonos prisa,

 

Pensando y pensando encontró la salida a su difícil situación. Dijo: "¡He dado con el clavo! Con los mismos medios que me regalaron una buena vida hasta ahora, de hoy en adelante me procuraré amigos que me hospedarán por agradecimiento cuando no tenga más la administración. Quien hace favores tiene amigos. Vamos, pues, a hacer el bien y démonos prisa, antes de que la noticia se esparza y sea demasiado tarde".

Fue a varios deudores de su patrón. Dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi patrón por la suma que te prestó en la primavera de hace tres años?"

Le respondió: "Cien barriles de aceite, con todo e intereses".

"¡Oh, pobrecito! Tú que estás cargado de hijos, y eso hasta enfermos ¿tener que pagar tanto? ¿No te prestó por valor de treinta barriles?"

"Así es, pero como tenía necesidad inmediata me dijo: 'Te presto, con la condición de que me des lo que te rinda en tres años'. Y me ha rendido por valor de cien barriles. Los debo entregar".

"¡Es una usura! No. No. El es rico, y tú apenas estás fuera de la frontera del hambre. El tiene poca familia, y tú con demasiada. Escribe que te rindieron cincuenta barriles y no te preocupes más. Juraré que es verdad y tú te encontrarás mejor".

"¿No me traicionarás? ¿Y si lo llegase a saber?"

"¿Lo crees? Yo soy el administrador, y lo que juro se acepta.

Haz como te digo y que te vaya bien".

El hombre escribió, entregó la factura y dijo: "¡Que Dios te bendiga, amigo mío y salvador! ¿Cómo pagarte?"

"¡Oh, no es nada! Sólo quiero decir que si por ti tuviese que sufrir algo o que me echase fuera, me acogerías por agradecimiento".

"¡Claro, hombre! ¡Eso ni dudarlo!"

El administrador se fue a otro deudor, y más o menos el diálogo fue el mismo. Este deudor tenía que pagar cien fanegas de trigo, porque durante tres años la sequía había acabado con sus campos, y se había visto obligado a pedir el préstamo para poder dar de comer a su familia.

"¡Oye, no te preocupes en dar el doble! ¡Negar el trigo! ¡Exigir el doble de alguien que tiene hambre e hijos, mientras sus graneros están que revientan! Escribe ochenta fanegas". 

"¿Y si se acuerda que me dio veinte, y luego veinte más y después diez?"

"¿Cómo quieres que se acuerde? Yo fui quien te las di y no quiero acordarme. Haz como te digo, y déjate de cosas. ¡La justicia es necesaria entre pobres y ricos! Si yo fuera el patrón, pediría sólo las cincuenta, y ¡tal vez hasta te las perdonaría!"

"Tú eres bueno. ¡Si todos fueran como tú! Recuerda que mi casa es tuya".

 

Contando con el mañana, 

tranquilo fue a ver a su patrón, 

el cual a su vez, 

había seguido las huellas de su administrador 

y descubierto la jugada. 

 

Sin embargo lo alabó diciendo: 

"Lo que hiciste no está bien, 

y por eso no puedo alabarte. 

Pero sí lo debo por tu sagacidad. 

 

En verdad que los hijos del siglo 

son más listos que los de la Luz".

 

El administrador fue a otros. Empleó igual modo, ¡dijo que estaba pronto a sufrir para poner las cosas en su lugar y con justicia! Le llovieron ofertas de ayuda y bendiciones. Contando con el mañana, tranquilo fue a ver a su patrón, el cual a su vez, había seguido las huellas de su administrador y descubierto la jugada. Sin embargo lo alabó diciendo: "Lo que hiciste no está bien, y por eso no puedo alabarte. Pero sí lo debo por tu sagacidad. En verdad que los hijos del siglo son más listos que los de la Luz".

 

Y lo que dijo el rico también Yo os lo digo: 

"El fraude no es bueno, 

y no alabaré nunca al que lo cometa. 

 

Pero os exhorto que seáis por lo menos 

como los hijos del siglo, 

que empleéis los medios del siglo, 

para hacer que produzcan monedas con las que 

se entre en el reino de la luz"

 

Y lo que dijo el rico también Yo os lo digo: "El fraude no es bueno, y no alabaré nunca al que lo cometa. Pero os exhorto que seáis por lo menos como los hijos del siglo, que empleéis los medios del siglo, para hacer que produzcan monedas con las que se entre en el reino de la luz". Esto es haceos de amigos que os abran las puerta del reino eterno con las riquezas terrenales, medios injustos en la repartición y que se les empleó en conseguir un bien transitorio que no tiene valor allá. Haced el bien con los medios que tenéis, restituid lo que vosotros u otros de la familia han tomado sin derecho, arrancad de vosotros el afecto malo y culpable por las riquezas, y será todo esto como amigos que a la hora de la muerte os abrirán las puertas eternales y os recibirán en las moradas de bienaventuranza.

 

¿Cómo pretendéis que Dios os dé 

sus bienes del paraíso si ve que 

no sabéis hacer buen uso de los terrenales? 

 

Allá arriba se vive caritativa, 

generosa y justamente. 

 

Todos para Uno y todos para todos. 

 

La comunión de los santos es una sociedad 

honrada, santa.

 

¿Cómo pretendéis que Dios os dé sus bienes del paraíso si ve que no sabéis hacer buen uso de los terrenales? ¿Creéis que, por una suposición imposible, se admita en la Jerusalén celestial a despilfarradores? ¡Eso nunca! Allá arriba se vive caritativa, generosa y justamente. Todos para Uno y todos para todos. La comunión de los santos es una sociedad honrada, santa. Ninguno que haya sido injusto, infiel puede formar parte de ella.

No digáis: "Allá arriba seremos felices y justos porque allá todo lo tendremos sin temor de algo". No. Quien es infiel en lo poco, será infiel aun si poseyese el Todo, y quien es injusto en lo poco, lo es en lo mucho. Dios no confía las verdaderas riquezas a quien en la prueba terrena muestra no saber usar las riquezas materiales. ¿Cómo puede Dios confiaros algún día en el cielo el que ayudéis a vuestros hermanos en la tierra, cuando no hicisteis otra cosa sino arrebatar y cometer el fraude, o conservar avaramente lo que tenéis? No os dará por consiguiente vuestro tesoro que os había reservado, sino que lo dará a los que supieron ser listos en la tierra, aun cuando usaron lo que es injusto y mal visto en obras que lo hicieron justo y bien visto.

 

Ningún siervo puede servir a dos patrones. 

Porque será fiel a uno y no al otro.

 

Ningún siervo puede servir a dos patrones. Porque será fiel a uno y no al otro. Los dos patrones que el hombre puede elegir son Dios y Mammona. Si quiere pertenecer al primero, no puede vestirse con las insignias del segundo, ni seguir sus órdenes, y medios."

 

Una voz del grupo de los esenios se levanta:

 "El hombre no es libre de escoger. 

Está obligado a seguir su destino.

 

 Aun más la Mente perfecta ha establecido, 

según una disposición también perfecta, 

el número de los que serán dignos de los cielos. 

Respecto de los otros 

es inútil que se esfuercen en serlo.

 

Una voz del grupo de los esenios se levanta: "El hombre no es libre de escoger. Está obligado a seguir su destino. Y afirmamos que se da a cada uno sabiamente. Aun más la Mente perfecta ha establecido, según una disposición también perfecta, el número de los que serán dignos de los cielos. Respecto de los otros es inútil que se esfuercen en serlo. Así es. No puede ser de otro modo. Así como uno que al salir de su casa puede encontrar la muerte porque le cayó encima una piedra que se desprendió de la cornisa, o bien otro puede encontrarse en lo más reñido de la batalla y salir de ella sin ningún rasguño, de igual modo el que quiere salvarse, y si no está escrito, no hará otra cosa más que pecar aun sin saberlo, porque su condenación está sellada."

 

"No. 

Así no es. 

Pensando así, injurias al Señor."

 

Dios ha dejado en libertad al hombre 

de escoger el bien o el mal.

 

"No. Así no es. Pensando así, injurias al Señor."

"¿Por qué? Demuéstramelo y cambiaré de opinión."

"Porque al decir esto, admites mentalmente que Dios es injusto con sus hijos. El ha creado a todas de igual modo y con igual amor. Es un Padre. Perfecto en su paternidad, como en todas las otras cosas. ¿Cómo puede hacer distinciones, y maldecir a alguien que está todavía dentro del seno de su madre y por lo tanto inocente?"

"Para tener una cierta recompensa cuando el hombre lo ofenda."

"No. ¡De este modo no se aprovecha Dios! No se contentaría con un miserable sacrificio como este, además de injusto y forzado. La culpa cometida contra Dios sólo puede quitarla el Dios hecho Hombre. Será el expiador. No este o aquel hombre. ¡Oh, si hubiera sido posible que sólo quitara Yo la culpa de origen! ¡qué ningún Caín hubiera existido sobre la tierra, ningún Lamec, ningún sodomita corrompido, ningún homicida, ladrón, fornicador, adúltero, blasfemo, deshonrador de sus padres, perjuro! Y de todos estos pecados Dios no es culpable sino el hombre. Dios ha dejado en libertad al hombre de escoger el bien o el mal."

 

"No hizo bien" grita un escriba. 

"Nos puso en la tentación más de lo necesario. 

 

El Señor dio a Adán y a Eva todos los consejos 

¿y de qué sirvió?" 

 

No debía haber puesto el árbol, 

la tentación en el jardín. 

 

"Entonces 

¿dónde se queda el mérito del hombre?"

 

"No hizo bien" grita un escriba. "Nos puso en la tentación más de lo necesario. Sabiendo que somos débiles, ignorantes, drogados, nos puso en ella. A esto se le llama imprudencia o perversidad. Tú que eres justo convendrás conmigo que tengo razón."

"Dices una mentira para tentarme. El Señor dio a Adán y a Eva todos los consejos ¿y de qué sirvió?"

"Hizo mal entonces. No debía haber puesto el árbol, la tentación en el jardín."

"Entonces ¿dónde se queda el mérito del hombre?"

"No era necesario. Vivía sin mérito suyo y sólo por el de Dios."

 

escúchanos a nosotros que vivimos 

en continencia y meditación" 

grita de nuevo el esenio. 

 

"Es verdad que vivís, pero no bien. 

¿Por qué no vivir santamente?"

 

 ¿crees realmente en una resurrección de los 

cuerpos y en una vida de los espíritus 

que encontrarán su perfección allá?"

 

"Quieren probarte, Maestro. Deja a esas sierpes, y escúchanos a nosotros que vivimos en continencia y meditación" grita de nuevo el esenio.

"Es verdad que vivís, pero no bien. ¿Por qué no vivir santamente?"

El esenio no responde pero sí agrega: "Como me diste una razón persuasiva sobre el libre albedrío, y la meditaré honradamente, esperando poder aceptarla, dime pues ¿crees realmente en una resurrección de los cuerpos y en una vida de los espíritus que encontrarán su perfección allá?"

"¿Y quieres que Dios ponga fin a la vida del hombre de este modo?"

 

¿para qué hacer que resucite la materia? 

¿Con ello aumentará el gozo de los santos? 

 

así como durante este día cuerpo y alma 

estuvieron unidos, 

luchando por la posesión del cielo, 

vuelvan a unirse 

en el día eterno para gozar del premio

 

"Pero el alma... Puesto que el premio la hace bienaventurada, ¿para qué hacer que resucite la materia? ¿Con ello aumentará el gozo de los santos?"

 

¿por qué vives en continencia y oración?

 

"para ser mejor, 

para ser superior a los animales 

para ser superior a la mayoría de los hombres 

entregados a la animalidad 

 

esenio, te digo 

que por muy poco te estás sacrificando. 

 

¿Para qué? 

 

¿Para quién? 

 

¿Por cuánto? 

 

Por una alabanza humana. 

Por un cuerpo mortal.

Por un tiempo que pasa rápido 

como el vuelo de un halcón.  

 

Eleva tu sacrificio. 

Cree en el Dios verdadero, 

en la bienaventurada resurrección, 

en el libre arbitrio del hombre. 

 

vive como asceta, 

pero por estas razones sobrenaturales, 

y con tu cuerpo resucitado 

gozarás del eterno júbilo."

 

"Ninguna cosa aumentará el gozo que tendrá un santo cuando posea a Dios. Esto es, una sola cosa se la aumentará el último día: la de saber que el pecado no existe más. ¿No te parece razonable y justo que así como durante este día cuerpo y alma estuvieron unidos, luchando por la posesión del cielo, vuelvan a unirse en el día eterno para gozar del premio? ¿No lo crees? Entonces ¿por qué vives en continencia y oración?"

"Para... para ser mejor, para ser superior a los animales que obedecen a los instintos sin freno alguno, y para ser superior a la mayoría de los hombres entregados a la animalidad aunque traigan filacterias, fimbrias, zizit, vestidos largos y se llamen "los separados"."

¡Anatema! Los fariseos al sentir la flecha que hace que la gente murmure contra ellos, se retuercen, gritan como obsesos. "¡Nos ha insultado, Maestro! ¡Conoces nuestra santidad! ¡Defiéndenos!"

Jesús responde: "También él conoce vuestra hipocresía. Los vestidos no corresponden a la santidad. Haceos dignos de que se os alabe y hablare en vuestro favor. En cuanto a ti, esenio, te digo que por muy poco te estás sacrificando. ¿Para qué? ¿Para quién? ¿Por cuánto? Por una alabanza humana. Por un cuerpo mortal. Por un tiempo que pasa rápido como el vuelo de un halcón.  Eleva tu sacrificio. Cree en el Dios verdadero, en la bienaventurada resurrección, en el libre arbitrio del hombre. Vive como asceta, pero por estas razones sobrenaturales, y con tu cuerpo resucitado gozarás del eterno júbilo."

 

"¡Es tarde!

 ¡Soy ya viejo! 

Tal vez me acabé la vida en una secta equivocada... 

¡Todo ha terminado!" 

 

"¡No!

 

 Nada termina para el que quiere el bien. 

 

Oíd, vosotros pecadores, 

Consolad a este amor que sufre por vuestra 

resistencia, miedo, titubeos. 

 

Os lo ruego en el nombre de mi Padre 

y vuestro. 

 

Venid a la vida, 

a la verdad, 

y conseguiréis la vida eterna."

 

"¡Es tarde! ¡Soy ya viejo! Tal vez me acabé la vida en una secta equivocada... ¡Todo ha terminado!"

"¡No! Nada termina para el que quiere el bien. Oíd, vosotros pecadores, quienes estáis en el error, vosotros, cuyo pasado haya sido cualquiera. Arrepentios. Venid a la misericordia. Os abre los brazos. Os señala el camino. Soy fuente pura, y fuente de vida. Deshaceos de las cosas que hasta ahora os han extraviado. Venid desnudos al lavacro. Revestios de la luz. Renaced. ¿Habéis robado en los caminos, o vivido astutamente de vuestros negocios y administraciones? Venid. ¿Habéis llevado una vida de vicios y de pasiones impuras? Venid ¿Habéis sido opresores? Venid. Venid. Arrepentios. Venid al amor y a la paz. Dejad que el amor de Dios pueda derramarse sobre vosotros. Consolad a este amor que sufre por vuestra resistencia, miedo, titubeos. Os lo ruego en el nombre de mi Padre y vuestro. Venid a la vida, a la verdad, y conseguiréis la vida eterna."

 

Un hombre de entre la gente grita: 

"Yo soy rico y pecador. 

¿Qué debo hacer para ir?" 

 

"Renuncia a todo 

por amor de Dios y de tu alma."

 

 

Los fariseos murmuran, hacen befa de Jesús 

como de "un vendedor de ilusiones y herejías"

 

Un hombre de entre la gente grita: "Yo soy rico y pecador. ¿Qué debo hacer para ir?"

"Renuncia a todo por amor de Dios y de tu alma."

Los fariseos murmuran, hacen befa de Jesús como de "un vendedor de ilusiones y herejías". Como de un "pecador que finge ser santo" y le advierten que los herejes son siempre herejes, y que también los esenios. Dicen que las conversiones inmediatas no son sino entusiasmos momentáneos y que el impuro seguirá siéndolo, lo mismo que el ladrón, el homicida serán lo que son. Terminan diciendo que sólo ellos que viven en santidad perfecta, tiene derecho al cielo y a predicar a los demás.

 

El día había empezado feliz. 

Una lluvia de semillas de santidad caía 

sobre los corazones. 

 

Mi amor, 

alimentado con el beso de Dios, 

da vida a las semillas. 

 

El hijo del hombre 

se sentía dichoso de santificar... 

Vosotros me habéis envenenado 

y oscurecido el día

 

"El día había empezado feliz. Una lluvia de semillas de santidad caía sobre los corazones. Mi amor, alimentado con el beso de Dios, da vida a las semillas. El hijo del hombre se sentía dichoso de santificar... Vosotros me habéis envenenado y oscurecido el día. Pero no importa. Os digo -y si no fuere dulce, la culpa es vuestra- os digo que sois de los que aparentan ser justos, o tratan de serlo ante los ojos de los hombres, pero en realidad no lo sois. Dios conoce vuestros corazones. Lo que es grande ante los hombres es abominación ante la inmensidad y perfección de Dios. Citáis la ley antigua. ¿Por qué entonces no me dejáis que la modifique en favor de estos pequeños, quitando de ella todos los zizites, telefines, preceptos inútiles que habéis agregado, que son tantos que la ley esencial desaparece bajo su peso, y muere ahogada? Tengo compasión de estas multitudes, de estas almas que buscan respirar en la religión, y no encuentran sino el nudo corredizo sobre sus gargantas. Que buscan el amor y encuentran el pavor...

 

¡Venid, pequeños de Israel!

 ¡La ley es amor!

 ¡Dios lo es! 

 

Lo digo a quienes habéis espantado. 

 

Digo a todos los humildes: "Entrad. 

Es para vosotros" 

el reino del amor.

 

¡Venid, pequeños de Israel! ¡La ley es amor! ¡Dios lo es! Lo digo a quienes habéis espantado. La ley severa y los amenazadores profetas que me predijeron, no lograron contener el pecado atrás, pese a los gritos de su difícil misión, sino hasta Juan, de quien en adelante viene el reino de Dios, el reino del amor. Digo a todos los humildes: "Entrad. Es para vosotros". Y el que se sienta con buena voluntad, se esfuerce en entrar. Mas para los que no quieren doblar su cabeza, golpearse el pecho, decir. "He pecado", no habrá el reino. Está dicho: "Circuncidad vuestro corazón. No endurezcáis vuestra cerviz."

 

Esta tierra vio el prodigio que hizo Eliseo

al convertir las aguas margas en dulces 

con arrojarles sal. 

 

¿Y no acaso arrojo sal de sabiduría 

en vuestros corazones? 

 

¿Entonces por qué sois inferior a las aguas 

y no cambiáis vuestro espíritu?

 

Esta tierra vio el prodigio que hizo Eliseo al convertir las aguas margas en dulces con arrojarles sal. ¿Y no acaso arrojo sal de sabiduría en vuestros corazones? ¿Entonces por qué sois inferior a las aguas y no cambiáis vuestro espíritu? Meted en vuestras fórmulas mi sal y tendrán un sabor nuevo porque devolverán a la ley su fuerza primitiva. No. No mintáis. Soy Yo quien devuelvo a la ley su antigua forma que habéis desfigurado. Porque es ley que durará cuanto dure la tierra, y antes desaparecerán los cielos y la tierra que una de sus palabras, uno de sus consejos, pase. Si la cambiáis, porque así os agrada, y decís sutilezas tratando de disminuir vuestras culpas, tened en cuenta que de nada os sirve. De nada te sirve, Samuel. De nada, Isaías. Siempre se ha dicho: "No cometerás adulterio", y yo añado: "Quien despide a su esposa para tomar otra es un adúltero, y quien se casa con la despedida, también lo es, porque lo que Dios ha unido solo la muerte puede separarlo".

 

Estas palabras duras 

son para los impenitentes.

 

Los que han pecado, 

y se duelen por haberlo hecho, 

sepan,

 se convenzan

 de que Dios es Bondad, 

y se acerquen al que absuelve, perdona 

y admite a la vida.

 

Estas palabras duras son para los impenitentes. Los que han pecado, y se duelen por haberlo hecho, sepan, se convenzan de que Dios es Bondad, y se acerquen al que absuelve, perdona y admite a la vida. Idos con esta persuasión. Sembradla en vuestros corazones. Predicad la misericordia que os da la paz, bendiciéndoos en el nombre del Señor."

La gente lentamente se va, parte por el sendero que es estrecho, parte porque Jesús la atrae, pero no hay remedio: tiene que irse...

Se quedan los apóstoles y se van también hablando con Jesús. Buscan sombra en un pequeño bosque de tamariscos despeinados. Allí está un esenio. El que habló a Jesús. Se está quitando sus vestiduras blancas.

"¡Maestro, un loco! ¡El esenio! Se ha desnudado. Llora y suspira. No podemos ir allá." se acerca a Jesús llorando y golpeándose el pecho. Se prosterna: "Soy un curado en su corazón. Me has curado el alma. Obedezco lo que dijiste

 

Pedro, que va delante de todos, 

se queda como estatua al ver que el esenio 

se queda con los vestidos internos 

y retrocede gritando: 

"¡Maestro, un loco! 

¡El esenio! Se ha desnudado. Llora y suspira.

 No podemos ir allá." 

 

Dame un nombre nuevo 

y señálame un lugar donde viva de Ti 

y de tus palabras. 

 

Llámate desde ahora Elías y se fuego. 

En aquel monte hay muchas cuevas. 

Ve allí, 

y cuando sientas que la tierra temblare 

fuertemente, sal de allí 

y busca a los siervos del señor 

y únete a ellos. 

Renacerás 

Para ser también un siervo. 

Vete."

 

El esenio, flaco, barbudo, con sus vestidos internos y sandalias sale del tupido bosquecillo y se acerca a Jesús llorando y golpeándose el pecho. Se prosterna: "Soy un curado en su corazón. Me has curado el alma. Obedezco lo que dijiste. Me revisto de luz, dejando atrás cualquier otro pensamiento que pudiera serme vestidura de error. Me separo para meditar sobre el Dios verdadero, para alcanzar la vida, la resurrección. ¿Es suficiente? Dame un nombre nuevo y señálame un lugar donde viva de Ti y de tus palabras."

"¡Está loco! No sabemos vivir nosotros que hemos oído tantas! Y él... por una sola predicación..." dicen varios de los apóstoles.

El esenio que ha oído, responde: "¿Queréis poner límites a Dios? El me ha quebrantado el corazón para darme un espíritu libre. ¡Señor!..." suplica extendiendo hacia Jesús sus brazos.

"Está bien. Llámate desde ahora Elías y se fuego. En aquel monte hay muchas cuevas. Ve allí, y cuando sientas que la tierra temblare fuertemente, sal de allí y busca a los siervos del Señor y únete a ellos. Renacerás para ser también un siervo. Vete."

El ex-esenio le besa los pies, se levanta y se va.

"¿Así tan desnudo?" preguntan atolondrados.

"Dadle un manto, un cuchillo, una yesca, un eslabón y un pan. Caminará hoy y mañana, y luego se retirará a donde estuvimos para orar. El Padre proveerá a su hijo."

Andrés y Juan corren, lo alcanzan, cuando está por desaparecer por una curva.

Regresan diciendo: "Tomó todo. Le señalamos el lugar donde estuvimos. ¡Qué presa tan imprevista, Señor!"

 

"Dios aun sobre las rocas

hace que nazcan flores.

 

También en los desiertos de los corazones

hace que nazcan espíritus de voluntad

para consuelo mío."

 

"Dios aun sobre las rocas hace que nazcan flores. También en los desiertos de los corazones hace que nazcan espíritus de voluntad para consuelo mío. Vámonos ahora en dirección de Jericó. nos hospedaremos en alguna casa de la campiña."

VII. 466-476

A. M. D. G.