LOS APÓSTOLES HABLAN ENTRE SÍ
Y CON JESÚS
JESÚS Y PEDRO
#Pedro se acerca a Jesús para preguntarle algo
El grupo apostólico abandona la llanura y se dirige
a Jerusalén a través de caminos montañosos,
entre valles y montes
El grupo apostólico abandona la llanura y se dirige a Jerusalén a través de caminos montañosos, entre valles y montes. Para acortar la distancia no caminar por las vías principales, sino por atajos solitarios y difíciles, pero útiles.
En este momento están en un verde vallecillo, abundante en agua y flores, y no faltan los olorosos lirios del valle, que llaman la atención a Tadeo que dice que con toda razón se debe llamar al mugueto "lirio del valle". Alaba su frágil belleza, y su fuerte fragancia pese a su delicadeza.
"Pero son lirios al revés" advierte Tomás. "En lugar de para arriba, están para abajo."
"¡Y qué chiquitos! Tenemos flores más galanas que éstas. No comprendo por qué deban alabarlos..." dice Judas aplastando un montón de muguetos en flor.
"¡No! ¿Por qué? ¡Son tan apuestos!" interviene Andrés en defensa de las pobres florecillas y se inclina a recogerlas.
"Parecen paja, y no más. Más hermosa es la flor del ágave, que es majestuosa, imponente. Digna de Dios y de brindar sus flores a Dios."
"Yo veo más bien a Dios en estos cálices pequeñines... ¡Mira que hermosura!... Con estos como dientecillos, y luego tan cóncavos... Parecen alabastro, cera virgen, obra de manitas pequeñísimas... Y con todo ha sido el Inmenso quien las creó. ¡Oh, poder de Dios!..." Andrés está casi extático al contemplar y al pensar en las florecitas y en la Perfección creadora.
"¡Pareces una mujercilla enferma de nervios!..." le dice por molestarlo Judas de Keriot con su sonrisa maligna.
"No es eso. Realmente yo también soy del mismo parecer. Soy orfebre y entiendo muy bien de esto. Estos tallos son una perfección. Son muy difíciles de labrarse en metal, más difíciles que el ágave. Porque debes saber, amigo mío, que lo infinitamente pequeño manifiesta la capacidad del artífice. Dame un tallo, Andrés... Y tú, ojo de buey que ve solo lo grande, ven y mira. ¿Qué artífice puede hacer estas copas tan ligeras, tan perfectas, adornarlas con ese minúsculo topacio que está en el fondo y unirlas al pecíolo con este tallo de filigrana que está así encorvado, tan sutil?... ¡Es una maravilla!..."
"¡Oh, qué poetas hay entre nosotros! Hasta tú, Tomás..."
"Oye, ten en cuenta que no soy una mujercilla, ni un tonto, sino un artista; y un artista que comprende la belleza. De ello me glorío. ¿Maestro, te gustan estas flores?" interpela Tomás a Jesús que ha escuchado sin hablar.
"Todo lo de la creación me gusta.
Pero estas me gustan más."
En esta flor la potencia de Dios está escrita con su belleza,
con su perfume, con su forma diversa de aquella otra flor,
de esta gota de rocío que tiembla, que resplandece en el
minúsculo pétalo de color de cera,
"Todo lo de la creación me gusta. Pero estas me gustan más."
"¿Por qué?" preguntan casi todos.
"Para morder. ¡Ja. ja, ja!" sarcásticamente responde Judas.
"Entonces a ti deberían de gustarte muchísimo" le dice Tadeo y con ello le arrebata la risa de sus labios. Ahora son los demás en reírse de la pedrada que recibió Judas.
Jesús no se ríe; más bien está pálido y triste. Mira a sus doce y sobre todo a los dos enemigos que se miran con ira, con rencor. Y a todos contesta, incluyendo sobre todo a Judas.
"Si Dios las hizo, señal es que para algo sirven. No hay nada inútil, nada nocivo en la creación. Sólo el Mal es nocivo y ¡ay de aquellos que se dejan que los muerda! Una de las consecuencias de su mordisco es la incapacidad de distinguir el Bien del Mal; la desviación de la razón y de la conciencia pervertida con cosas que no son buenas; la ceguera espiritual por la que, oh Judas de Simón, no se puede ver resplandecer la potencia de Dios en las cosas, aunque sean pequeñas. En esta flor la potencia de Dios está escrita con su belleza, con su perfume, con su forma diversa de aquella otra flor, de esta gota de rocío que tiembla, que resplandece en el minúsculo pétalo de color de cera, que parece una lágrima de agradecimiento al Creador que todo lo ha hecho y hecho bien, que todo lo ha hecho útil, todo variado. Todo fue bello a los ojos de los primeros padres, hasta que no tuvieron las cataratas del pecado... Todo hablaba a ellos de Dios hasta que en las cosas, mejor dicho, en su pupila de ellos no se instiló lo que les impidió ver a Dios... Aun en estos momentos cuanto más se manifiesta Dios, tanto más el espíritu es soberano en el hombre mismo..."
"Salomón cantó las maravilla de Dios, como también David... y ciertamente no fueron soberanos de su corazón. Maestro, esta vez sí que te he sorprendido en falso."
"¡Eres un necio! ¿Cómo te atreves a decir esto?" le grita Bartolomé.
Alguien me preguntó por qué prefiero el lirio de los valles...
Voy a decir por qué:
"Por su humildad". Todo en él habla de humildad...
los lugares en que nace, su modo de ser de flor...
Me trae a la mente la figura de mi Madre,
esta florecilla...
¡tan pequeña! Y oled ¡qué hermoso perfume!
El aire se envuelve en él...
También mi Madre es humilde, no le gustan las alabanzas,
quiso pasar por desconocida...
Sin embargo su perfume de santidad fue tan fuerte
que me atrajo del cielo..."
"Déjalo que hable... No me preocupo de ello. Palabras que el viento arrastra y de las que ni hierbas ni árboles se escandalizarán. Nosotros, los únicos que las hemos escuchado, les damos el valor que se merecen ¿no es verdad? Y no vamos a acordarnos más de ellas. La juventud frecuentemente es irreflexiva, Bartolomé. Ten compasión... Alguien me preguntó por qué prefiero el lirio de los valles... Voy a decir por qué: "Por su humildad". Todo en él habla de humildad... los lugares en que nace, su modo de ser de flor... Me trae a la mente la figura de mi Madre, esta florecilla... ¡tan pequeña! Y oled ¡qué hermoso perfume! El aire se envuelve en él... También mi Madre es humilde, no le gustan las alabanzas, quiso pasar por desconocida... Sin embargo su perfume de santidad fue tan fuerte que me atrajo del cielo..."
"¿Ves en esta flor un símbolo de tu Mamá?"
"Sí, Tomas."
"¿Y crees que nuestros antepasados, cuando alabaron el lirio del valle la presagiaron?" pregunta Santiago de Alfeo. "La parangonaron más bien con otras plantas y flores. Con la rosa, el olivo y con animales apuestos: las tórtolas, las palomas..."
Y de la creación es Ella a no dudarlo
la Hermosura Acabada.
Me gustaría llamarla
Lirio del valle y Olivo de paz,
si es que tuviese que cantar sus alabanzas"
dice Jesús.
"Cada uno decía lo que veía en lo creado de más hermoso. Y de la creación es Ella a no dudarlo la Hermosura Acabada. Me gustaría llamarla Lirio del valle y Olivo de paz, si es que tuviese que cantar sus alabanzas" dice Jesús. Su rostro toma el aire de tranquilidad, se ilumina al pensar en su Madre y se retira para estar solo...
Prosiguen caminando pese al calor, porque en el valle hay muchos árboles que protegen del sol.
Minutos después Pedro aprieta el paso y alcanza al Maestro. En voz baja le dice: "¡Maestro mío!"
Pedro se acerca a Jesús para preguntarle algo
"¡Pedro!"
"¿Te molesto si me vengo contigo?"
"No, amigo mío. ¿Qué quieres decirme? ¿Qué cosa te empuja a acercarte a tu Maestro?"
"Una cosa... Maestro, yo soy muy curioso..."
"¿Y luego?... Jesús sonríe al mirar a su apóstol.
"Y me gusta saber todas las cosas."
"Esto es un defecto, Pedro."
"Lo sé... pero no creo que esta vez sea un defecto. Si quisiera enterarme de cosas malas, de las sinvergüenzazas para criticar a quien las hizo, entonces sería un defecto. Tú ves que no te he preguntado si Judas tuvo que ver algo con eso de que te llamaron a Béter, no el por qué..."
"Pero te morías de ganas por saberlo..."
"Es verdad. Pero ha sido un mérito mayor ¿o no?"
"Fue mérito mayor, como lo es también dominarse a sí mismo. Esto demuestra, que quien lo hace, ha avanzado espiritualmente, que tiene un verdadero interés en aprender y asimilar las lecciones del Maestro."
"¿De veras? ¿Y estás contento con ello?"
"¿Me lo preguntas, Pedro? Me siento feliz."
"¿De veras? ¡Oh, Maestro mío! Entonces ¿es tu pobre Simón el que te hace que seas así feliz?"
"Sí. ¿Pero no lo sabías ya de antemano?"
"No me atrevía a creerlo. Pero al verte ayer tan contento, hice que te preguntasen, porque pensaba que podía ser también Judas que avanzaba espiritualmente... aunque no tenía pruebas de ello... Yo puedo ver mal. Juan me dijo que le dijiste que eres feliz porque hay uno que se hace santo... Ahora, me acabas de decir que estás contento de mí porque me hago mejor. Ahora comprendo lo que te hace feliz y me alegro de ello, yo el pobre Simón... pero ahora quisiera que mis sacrificios lograsen cambiar a Judas. No soy envidioso. Quisiera que todos fueran perfectos para que fueses feliz de todo. ¿Lo lograré?"
"Ten confianza, Simón. Ten confianza y persevera."
"¡Lo haré! Que si lo haré. Por Ti... y también por él. Porque ciertamente no puede uno seguir así. Hablando en serio... podría ser mi hijo... ¡Umh! pero prefiero mejor ser padre de Marziam. Pero... voy a hacer las veces de padre suyo trabajando por darle un corazón digno de Ti."
"Y de ti, Simón" y Jesús se inclina y le besa sobre su cabellera.
Pedro está que no cabe en sí de contento... Después pregunta: "¿Y no me dices otra cosa? ¿No hay otra cosa, alguna flor que de entre las espinas hayas encontrado?"
"Sí. Un amigo de José que se acerca a la Luz."
"¿De veras? ¿Un sinedrista?"
"Sí. Pero no hay que decirlo. Hay que rogar mejor por él. Sufrir por este motivo. No me preguntas que ¿quién sea? ¿No sientes curiosidad?"
"¡Y que si la siento! Pero no te pregunto su nombre. Un sacrificio por este desconocido."
"Bendito eres, Simón. Hoy me haces feliz de veras. Continúa así y te amaré siempre más, y Dios te amará siempre más. Ahora esperemos a los otros.
VII. 634-638
A. M. D. G.