POR LA LLANURA DE ESDRELÓN
#Judas se acerca a Jesús y le pregunta que hicieron en Cesarea
Debió de haber llovido todo el resto del día anterior y también por la noche, porque la tierra está muy empapada y en los caminos puede hacerse lodo. En cambio la atmósfera está diáfana, sin mota de polvo, Allá arriba el cielo ríe, como si hubiera recobrado su pureza, como si estuviera en su estación primaveral. Ríe también la tierra: mojada, fresca, limpia; también ella con un recuerdo de mi primavera por la frescura de la aurora serena después de la tempestad. Las últimas gotas de agua que se quedaron prendidas entre el follaje, o suspendidas en los zarcillos, brillan cual diamantes puestos al sol. Las frutas lavadas lucen sus colores que se van haciendo cada vez más fuertes, según van madurando. Sólo las uvas y las aceitunas, amargas, duras, se confunden con el verde follaje; pero cada aceituna tiene su gotita que le cuelga, y las uvas las suyas que penden y se balancean.
"¡Qué bien se camina hoy! dice Pedro, pisando con gusto el suelo que no tiene polvo, que no molesta, y que no tiene ni siquiera ese lodo pegajoso.
"Parece como si respirase pureza. ¡Mira qué color de cielo!" le dice Judas Tadeo.
"¿Y esas manzanas? ¡Mira ese racimo, que no sé como no se cae, que está en medio de las hojas verdes! ¡Cuántos colores! Esas que están todavía más escondidas, que apenas si comienzan a amarillear; las otras de color rosa; y las otras que están más rojas porque el sol les ha dado más. ¡Parecen cubiertas de cera!" dice Zelote.
Y alegres caminan contemplando la belleza de las cosas, hasta que Tadeo, a quien sigue Tomás y detrás los demás, entona un salmo en que se celebran las glorias de la creación.
Judas se acerca a Jesús y le pregunta
que hicieron en Cesarea
Jesús sonríe al oírlos cantar contentos, y une su hermosa voz al coro. Pero no puede terminar porque Iscariote, mientras los demás siguen contando, se le acerca y le dice: "Maestro, mientras van ocupados y distraídos con su canto, dime: ¿qué hiciste en Cesarea? Todavía no me lo has contado... Y es la primera ocasión en que podemos hablar juntos. Primero estuvieron los compañeros, los discípulos, los campesinos que nos hospedaron, luego los compañero y los discípulos; ahora que los discípulos nos dejaron y van adelante los compañeros... No pude preguntarte antes..."
"¿Tienes mucho interés?... En Cesarea no hice otra cosa que lo que haré en las posesiones de Yocana. Hablé de la Ley y del Reino de los cielos."
"¿A quién?"
"A los ciudadanos. En los mercados."
"¡Ah, a los romanos cierto que no! ¿Verdad que no los viste?"
"¿Pero cómo es posible estar en Cesarea, sede del Procónsul y no ver romanos?"
"Lo sé. Pero quiero decir... ¿A ellos les hablaste?"
"Repito: ¿tienes mucho interés?"
"No, Maestro. Es una simple curiosidad."
"Pues bien. Hablé a las romanas."
"¿También a Claudia? ¿Qué te dijo?"
"Nada. Porque no fue. Pero me hizo entender que no desea que se sepa que tiene contacto con nosotros."
Jesús recalca mucho lo que ha dicho y observa la cara de Judas que, por más desvergonzado que se le suponga, cambia de color: en un color cenizo, detrás de uno ligeramente colorado.
Se recobra. Pregunta: "¿No quiere? ¿No piensa más en Ti? Es una loca."
Claudia... no quiere por otra parte causar daño a su Patria
con ideas nocivas que podrían serlo,
si se cree que ella está a favor
de un posible competidor de Roma...
"No. No es una loca. Es una mujer equilibrada. Sabe distinguir y reconocer su deber de romana y su deber para consigo misma. Y si a sí misma, a su corazón, procura luz y tranquilidad, viniendo a la Luz y a la Pureza, pues es una creatura que busca instintivamente la Verdad y no se conforma con la mentira del paganismo; no quiere por otra parte causar daño a su Patria con ideas nocivas que podrían serlo, si se cree que ella está a favor de un posible competidor de Roma..."
"¡Oh, pero Tú eres Rey del espíritu!..."
"Pero hay entre vosotros quien, sabiéndolo, no quiere aceptarlo. ¿Puedes negarlo?"
Judas se pone colorado y luego pálido. No puede mentir. Responde: "No. Pero el demasiado amor que..."
para con Dios y para con su Patria,
al honrarme, si no como a Dios, como a un rey,
como a un maestro del alma,
y es fiel a su Patria.
"Con mayor razón quien no me conoce, esto es, Roma, puede tener miedo de Mí, como de un competidor. Claudia obra rectamente para con Dios y para con su Patria, al honrarme, si no como a Dios, como a un rey, como a un maestro del alma, y es fiel a su Patria. Yo admiro los espíritus fieles, y justos, y que no son tercos. Querría que mis apóstoles mereciesen la alabanza que tributo a la pagana."
Judas no sabe qué decir. Está por separarse del Maestro, pero la curiosidad lo aguijonea un poco más. Más que curiosidad, el deseo de saber hasta qué punto sabe el Maestro... Pregunta: "¿Me buscaron?"
"Ni a ti, ni a ningún apóstol."
"Entonces ¿de qué hablasteis?"
"De la vida casta; de su poeta Virgilio. Ves que era un argumento que no habría interesado ni a Pedro, ni a Juan, ni a los demás."
"Pero ¿por qué hablasteis de eso? ¿qué tenía que ver? Charlas inútiles..."
"No. Me sirvió para hacerles ver que el hombre casto tiene una inteligencia luminosa y un corazón honesto. Cosa interesante para ellas que son paganas... y no sólo para ellas."
"Tienes razón... No te quito más el tiempo, Maestro" y como de carrera, se va a alcanzar a los demás que han acabado de cantar y esperan a los dos retrasados.
Jesús los alcanza caminando más despacio, se une a ellos y les dice: "Tomemos este sendero que va por el bosque. Cortaremos el camino y nos veremos libres del sol que ya empieza a calentar. Y hasta podremos estarnos bajo el follaje y comer tranquilamente."
Caminan en dirección del noroeste, hacia las tierras de Yocana, porque oigo que hablan de los campesinos de este fariseo...
VII. 748-751
A. M. D. G.