"FELICES LOS QUE EN TODAS LAS COSAS
SABEN VER A DIOS"
Dice Jesús:
que tengo mucha compasión de los pajaritos
que no tienen nido,
aún cuando si en lugar de llamarse:
"currucas o gorriones"
se llamasen María o Juan.
"Quise que levantases tu espíritu con algo que sucedió, pero que no está mencionado en los evangelios. Para ti la enseñanza es ésta: que tengo mucha compasión de los pajaritos que no tienen nido, aún cuando si en lugar de llamarse: "currucas o gorriones" se llamasen María o Juan. Y procuro devolverles un nido cuando algo se los arrebató.
Para todos la enseñanza es la siguiente:
Muchos conocen las palabras de la Ley, poco por otra parte, porque todos deberían conocerla, mientras que muchos conocen únicamente "las palabras". No las viven. He aquí el error.
El Deuteronomio dictó leyes humanas
porque los hombres de aquellos tiempos
no estaban preparados espiritualmente.
El Deuteronomio dictó leyes humanas porque los hombres de aquellos tiempos no estaban preparados espiritualmente. Se dejaban guiar de la mano por campos floridos de la piedad, del respeto, del amor hacia el hermano que pierde un animal, del animal que cae por tierra, de los huevitos que empolla la pájara. Y lo hacía para enseñarles a comprender la piedad, el respeto, el amor en un grado superior.
Cuando vine, perfeccioné las reglas mosaicas
y abrí horizontes más vastos.
La letra no era ya "el todo".
El espíritu se convirtió en el "todo"
Cuando vine, perfeccioné las reglas mosaicas y abrí horizontes más vastos. La letra no era ya "el todo". El espíritu se convirtió en el "todo". Más allá de una pequeña acción humana por un nido, hay que ver la respuesta significativa que hice al inclinarme, Yo, el Hijo del Creador ante una obra suya. También la nidada era obra suya.
¡Oh, felices aquellos que en todas las cosas saben ver a Dios y servirle con amor reverente! Y ¡ay! de aquellos que igual que las serpientes no saben levantar su cabeza del fango y no pudiendo cantar a Dios que se muestra en las obras de sus hermanos, muerden con su veneno. Muchos hay que atormentan a los mejores, diciendo, para justificarse, que hay que hacer respetar la ley. La ley de ellos, no la de Dios, el cual si no puede impedir sus obras malvadas, sabe vengar a sus "pequeñuelos".
Y esto es a quien le toque.
Mi paz que te sigue, esté contigo."
VII. 754
A. M. D. G.