"LA ENSEÑANZA DE LA VISIÓN ESTÁ EN
LA FIDELIDAD AL CONSORTE"
#Dios supera siempre las peticiones de sus hijos que tienen fe en El y les da más de lo pedido
#Quiero también que las esposas consideren la humildad respetuosa de la mujer de Sidón.
Dice Jesús:
Dios supera siempre las peticiones de sus hijos
que tienen fe en El y les da más de lo pedido
"Dios supera siempre las peticiones de sus hijos que tienen fe en El y les da más de lo pedido. Crees tú esto y creedlo todos vosotros. Yo concedí un segundo milagro a la mujer de Sidón que fue a verme llevando en lo íntimo de su corazón dos espadas, y como es más doloroso revelar ciertas penas íntimas que decir: "Estoy enfermo", no se atrevió a decirme más que una.
Hacer dos pupilas es una cosa sencillísima para el Señor
y Creador,... Pero cuando se trata de la concordia entre
los hombres, se requiere la "voluntad" de ellos unida
al deseo de Dios
Parecerá a los ojos del mundo que sea más fácil devolver la concordia entre dos esposos separados por un motivo que ha dejado de existir, que dos pupilas. Pero no es así. Hacer dos pupilas es una cosa sencillísima para el Señor y Creador, así como devolver a un cadáver el soplo de la vida. Al Padre de la vida y de la muerte, al Dueño de todo cuanto hay en lo creado, no le falta ciertamente el soplo vital para devolverlo a los muertos y dos gotas de humor que infundir en dos órbitas secas. Basta con que lo quiera, que lo hace, porque depende sólo de El Pero cuando se trata de la concordia entre los hombres, se requiere la "voluntad" de ellos unida al deseo de Dios, que no hace violencia 0sino raramente a la libertad humana. Como regla general nos deja libres para hacer como queramos.
La mujer, que vivía en un país de idólatras y creía como su esposo en el Dios de sus padres, mereció la benignidad de Dios. Luego, empujando su fe más allá de los límites humanos, venciendo las dudas y las contradicciones de la mayoría de los judíos creyentes -lo demostró al decir a su esposo: "Espera hasta que regrese", se quiere devolver con su hijo curado- fue digna de alcanzar doble milagro. También mereció este difícil milagro que fue el abrir los ojos del espíritu del esposo, ojos que se habían secado para ver el amor, y el dolor de su esposa, y veían en ella una culpa que no era suya.
Quiero también que las esposas consideren la humildad
respetuosa de la mujer de Sidón.
Quiero también que las esposas consideren la humildad respetuosa de la mujer de Sidón.
"Fui a ver a mi esposo y le dije: 'Espera, señor' ". Tenía ella razón, porque culpar a una mujer de que un hijo suyo nazca con algún defecto es estupidez y crueldad. Su amor ha experimentado ya un fuerte golpe al ver su infeliz criatura. Doble razón la acompaña porque olvidada del marido desde que es estéril y conociendo sus intenciones de divorcio, continúa siendo la esposa, esto es, la compañera fiel y sumisa al marido, como Dios quiso y enseña la Escritura. Nada de rebelión, ni de sed de venganza o intención de encontrar a otro hombre para no estar "sola". "Si vuelvo con mi hijo todavía ciego, repúdiame, de otro modo no mates mi corazón y no niegues un padre a tus hijos". ¿No te parece oír hablar a Sara y las antiguas mujeres hebreas?.
¡Cuán diverso es, oh mujeres, vuestro lenguaje actual!
Pero también cuán diverso lo que alcanzáis de Dios y de
vuestro esposo. Las familias se destruyen cada vez más.
¡Cuán diverso es, oh mujeres, vuestro lenguaje actual! Pero también cuán diverso lo que alcanzáis de Dios y de vuestro esposo. Las familias se destruyen cada vez más.
Al realizar el milagro, como siempre tuve que dar una señal que lo hiciese más irrefutable. Tenía que persuadir a un mundo cerrado en las barreras de un modo de pensar de siglos y guiado por una secta que era enemiga mía. He aquí el motivo por el que tuve que hacer brillar claramente mi poder sobrenatural, pero la enseñanza de la visión no consiste en esto. Está en la fe, humildad, fidelidad al consorte, en los justos medios que se tomaron, oh esposas y madres, que encontráis espinas donde creíais encontrar rosas, para ver nacer en las espinas que os hieren nuevos ramos en flor.
Volveos al Señor Dios vuestro que creó el matrimonio,
para que el hombre y la mujer no fuesen solos y se amasen
formando una carne sola e indisoluble, y que os dio el
Sacramento para que sobre vuestras nupcias descienda
su bendición
Volveos al Señor Dios vuestro que creó el matrimonio, para que el hombre y la mujer no fuesen solos y se amasen formando una carne sola e indisoluble, y que os dio el Sacramento para que sobre vuestras nupcias descienda su bendición, y por mis méritos tengáis cuanto es necesario en vuestra vida de casados y progenitores. Para poder volveros a El confiadamente sed honestas, buenas, respetuosas, fieles, verdaderas compañeras de vuestro esposo, no simples anfitrionas del hogar, o peor todavía: extrañas, que la causalidad une bajo un techo, como dos que la casualidad reúne en una hospedería.
Muchas veces sucede esto. ¿Peca el marido? Hace mal. Pero
ello no justifica la conducta de muchas mujeres
Muchas veces sucede esto. ¿Peca el marido? Hace mal. Pero ello no justifica la conducta de muchas mujeres. Mucho menos cuando no pagáis bien con bien y amor con amor a un esposo bueno. Ni siquiera tengo intención de referirme al caso común y corriente de vuestras infidelidades carnales en que os parecéis a las mujeres de la calle con el agravante de que hipócritamente pecáis, y ensuciáis el altar de la familia a cuyo alrededor están las almas angelicales de vuestros inocentes hijos; sino que me refiero a vuestra infidelidad moral al pacto de amor que jurasteis delante de mi altar.
Pues bien, Yo dije: "El que mira a una mujer con malos deseos, comete adulterio en su corazón"; Yo dije: "El que despide a su mujer con el libelo de divorcio la expone al adulterio". Pero ahora, ahora que muchas mujeres son extrañas a su marido, Yo digo: "Las que no aman con su alma, con su mente, con su cuerpo a su compañero, lo empujan al adulterio, y si a este le pediré cuentas de su pecado, no menos pediré a la que sino lo cometió, fue su causa". Es menester saber comprender la Ley de Dios en toda su extensión y profundidad y hay que saber vivirla en toda su realidad.
Quédate con mi paz. Esto no te toca a ti. Ten tu corazón fijo en Mí."
VIII. 285-287
A. M. D. G.