EN BETABARA

 


 

#Jesús cura a los enfermos  

#Matías dice a Jesús: "Oh, Señor cuando hables a los que esperan tu palabra, acuérdate de nuestro Juan." "Lo pensaba hacer, porque este lugar me trae más viva su figura"  

 #Cualquier don de Dios es nulo si falta en el hombre la voluntad de agradecerlo entregando el propio corazón a Dios Estos lugares oyeron la predicación de Juan. Muchos de vosotros la oísteis. Muchos de Israel la oyeron, pero no en todos produjo los mismos resultados ¿Cuál fue la causa?   

#Por esto Israel será vencido, porque un reino dividido entre sí, no puede ser fuerte, y los enemigos se aprovechan de ellos para subyugarlo.    

#La fiesta de las Luces está cercana, la Dedicación del Templo. Recordad que de nada sirven las luces de muchas lámparas si vuestro corazón está sin luz. La caridad es la luz y el portalámpara la voluntad de amar al Señor con las buenas obras.

 


 

"¡La paz sea contigo, Maestro!" lo saludan los discípulos pastores que días antes se habían adelantado y que lo esperaban al otro lado del vado con los enfermos que habían juntado, y otras personas que deseaban oírlo.

"La paz sea con vosotros. ¿Hace mucho que estáis esperando?"

"Desde hace tres días."

"Me detuvieron por el camino. Vamos a donde están los enfermos."

"Levantamos tiendas para que en ellas se refugiasen y así no tuviésemos que avanzar o retroceder a poblados cercanos. Nuestro amigos pastores nos han proporcionado leche para ellos. Te esperan también" dicen los discípulos mientras conducen a Jesús a un lugar tupido de árboles, que por sí mismo bastaría para ser refugio.

 

Jesús cura a los enfermos

 

Hay una veintena de pequeñas tiendas ligadas a estacas o entre los troncos. En ellas está el pequeño grupo de enfermos que tristes esperan, y que apenas caen en la cuenta de que ha llegado, levantan el acostumbrado grito: "Jesús, Hijo de David, ten piedad de nosotros."

Jesús no quiere que esperen más. Se asoma inclinándose, pues por su estatura no puede estar derecho dentro de ellas. Introduce su rostro y su sonrisa es ya una gracia. El sol a sus espaldas proyecta su sombra sobre los lechos, sobre las caras descarnadas, sobre los miembros inertes. No dice sino una frase corta: "Paz a vosotros que creéis" y luego va a la otra tienda.

Le sigue un griterío, un griterío que responde a sus breves palabras, un griterío que se repite de tienda en tienda de donde sale: "Estoy curado. Hosanna al Hijo de David." El pequeño grupo de curados sale, sigue los pasos del Maestro; un puñado de gente que alegre arroja los bastones, las muletas; que se envuelve en las mantas de sus camillas, que se quita las vendas ahora inútiles y que sobre todo brinca de alegría de verse curados.

Jesús se vuelve a ellos con una sonrisa dulcísima para decirles: "El Señor ha premiado vuestra fe. Bendigamos juntos su bondad" y entona el salmo: "Cantad con alegría a Dios de todas partes, servid al Señor con alegría. Venid a su presencia con júbilo. Comprended que el Señor es Dios, El nos ha hecho, etc."

La gente lo sigue como puede. Algunos, que tal vez no serán de Israel, siguen el canto con el movimiento de sus labios, pero su corazón entona un himno que se pinta en sus ojos. Dios aceptará ese pobre murmullo mejor que el canto armonizado y seco de alguno que otro fariseo.

 

Matías dice a Jesús: "Oh, Señor cuando hables a los que

 esperan tu palabra, acuérdate de nuestro Juan." 

 

"Lo pensaba hacer, porque este lugar 

me trae más viva su figura" 

 

Matías dice a Jesús: "Oh, Señor cuando hables a los que esperan tu palabra, acuérdate de nuestro Juan."

"Lo pensaba hacer, porque este lugar me trae más viva su figura" y rodeado de la gente sube sobre un terreno un poco elevado, cubierto de hierba tierna, y empieza a hablar.

"¿Qué habéis venido a buscar en este lugar? La salud del cuerpo, vosotros que estabais enfermos y se os ha concedido. La palabra que evangeliza y la habéis encontrado. La salud del cuerpo debe ser la preparación a la búsqueda de la salud del espíritu, así como la palabra que evangeliza debe ser la preparación de vuestra voluntad a la justicia. ¡Ay, si la salud del cuerpo se limitase sólo a la alegría que experimenta el cuerpo, permaneciendo inerte para el espíritu!

Os he hecho que alabéis al Señor que os socorrió con la salud. Aunque pase el momento de júbilo, no debe pasar vuestra gratitud para con El. Se manifiesta en la buena voluntad de amarlo.

 

Cualquier don de Dios es nulo si falta en el hombre 

la voluntad de agradecerlo 

entregando el propio corazón a Dios 

 

Estos lugares oyeron la predicación de Juan. 

Muchos de vosotros la oísteis. Muchos de Israel la oyeron,

 pero no en todos produjo los mismos resultados 

 

¿Cuál fue la causa? 

 

 Por esto Israel será vencido, porque un reino dividido 

entre sí, no puede ser fuerte, y los enemigos se aprovechan 

de ellos para subyugarlo.

 

Cualquier don de Dios es nulo, por más que contenga en sí muchas fuerzas, si falta en el hombre la voluntad de agradecerlo entregando el propio corazón a Dios.

Estos lugares oyeron la predicación de Juan. Muchos de vosotros la oísteis. Muchos de Israel la oyeron, pero no en todos produjo los mismos resultados, pese a que él dijo a cada uno las mismas palabras. ¿Por qué esa diferencia? ¿Cuál fue la causa? La diversa voluntad de los hombres que oyeron sus palabras. Para algunos sirvieron de verdadera preparación para venir a Mí, y por consiguiente para su santidad. Para otros fueron preparación contra Mí, y por lo tanto para que sean malos. Sus palabras resonaron como el grito de un centinela y el ejército de los espíritus se dividió, pese a que el grito fue uno. Algunos de ellos se prepararon para seguir a su Jefe. Otros se armaron, urdieron planes para combatirme a mí y a mis seguidores. Por esto Israel será vencido, porque un reino dividido entre sí, no puede ser fuerte, y los enemigos se aprovechan de ellos para subyugarlo.

Igual cosa sucede en cada corazón. En cada hombre hay fuerzas buenas y no buenas. La Sabiduría habla a todos, pero pocos son los que saben hacer que predomine una sola parte: la buena. En querer escoger una sola parte, y hacer que sea la reina, son más capaces los hijos del siglo. Estos saben ser completamente malos cuando lo quieren, y arrojar lejos de sí las partes buenas que podrían estorbarles.

Por el contrario, los hombres que son del mundo, que sienten el impulso hacia la Luz, no imitan sino con dificultad a los hijos del siglo y no echan lejos de sí, como vestidura inútil, las partes malas que quieren resistir en ellos. He dicho que si un ojo es causa de escándalo, que se le arranque; o que si una mano, que se la corte, porque es mejor entrar a la luz eterna mutilados, que ir a las tinieblas eternas con los dos ojos o con las dos manos.

El Bautista fue contemporáneo nuestro. Muchos de vosotros lo conocisteis. Imitad su ejemplo heroico. El, por amor a su Señor y a su alma, no sólo despreció un ojo o una mano, sino la misma vida para ser fiel a la justicia. Muchos de vosotros tal vez fuisteis sus discípulos y continuaréis amándolo. Pero recordad que el amor a Dios y a los maestros que conducen a Dios, se demuestra haciendo lo que enseñaron, imitando sus obras rectas, amando a Dios con todas las fuerzas, hasta el heroísmo. Al hacer así los dones de salud y sabiduría que Dios ha concedido no se quedan inactivos ni son objeto de condenación, antes bien sirven de escalera para subir a la morada de mi Padre y vuestro que espera en su Reino.

Haced para bien vuestro que el sacrificio del Bautista: una vida sacrificada que terminó con el martirio; y que mi sacrificio: una vida sacrificada que termina en un martirio mil veces mayor que el de mi Precursor, no queden inactivos.

Sed justos, tened fe, obedeced la palabra del cielo, renovaos en la nueva ley. La Buena Nueva sea para vosotros en realidad buena, haciéndoos buenos y merecedores de poder participar de la Bondad, esto es, del Altísimo Señor en el día eterno. Sabed distinguir los verdaderos pastores de los falsos, y seguid a los que os dan palabras de Vida que han aprendido de Mí.

La fiesta de las Luces está cercana, 

la Dedicación del Templo.

 

 Recordad que de nada sirven las luces de muchas lámparas

 si vuestro corazón está sin luz. 

 

La caridad es la luz y el portalámpara 

la voluntad de amar al Señor con las buenas obras

 

La fiesta de las Luces está cercana, la Dedicación del Templo. Recordad que de nada sirven las luces de muchas lámparas en honor de la fiesta y del Señor, si vuestro corazón está sin luz. La caridad es la luz y el portalámpara la voluntad de amar al Señor con las buenas obras. Es una cosa buena recordar la Dedicación del Templo, pero mucho mayor y mejor y más agradable al Señor dedicarle el propio espíritu y volver a consignarlo en el amor. Espíritus justos en cuerpos justos, porque el cuerpo es semejante a los muros que rodean el altar, y el espíritu es el altar sobre el que baja la gloria del Señor. Dios no puede bajar sobre altares profanados con los pecados propios, o en contacto con cuerpos mordidos por la lujuria y por pensamientos perversos.

Sed buenos. El trabajo que cuesta serlo en las pruebas de la vida tiene una compensación incalculable en el premio futuro, y ya desde ahora, por la paz en que abunda el corazón de los justos cuando llega el anochecer, cuando se tiran para descansar y encuentran sus almohadas limpias de remordimientos, que son la pesadilla de los que quieren gozar ilegalmente, y no logran sino entregarse a un frenesí sin paz alguna.

No envidiéis a los ricos, ni odiéis a alguien. No deseáis lo de otros. Contentaos con vuestro estado, pensando que en hacer la Voluntad de Dios en cada cosa está la llave que abre las puertas de la Jerusalén eterna.

Os dejo. Muchos de vosotros no me veréis más porque voy a preparar los lugares de mis discípulos... Bendigo especialmente a vuestros niños, a vuestras mujeres que no veré más, y también a vosotros, varones... Sí, quiero bendeciros... Mi bendición servirá para evitar que caigan los más fuertes y para hacer que se levanten los débiles. Sólo para los que me traicionarán odiándome, mi bendición no tendrá valor."

Los bendice en grupo a los hombres, luego a las mujeres. Besa a los niños y lentamente regresa hacia el vado con los cinco apóstoles que están todavía con Él y con los discípulos ex-pastores.

IX. 621-625

A. M. D. G.