LO QUE SUCEDE EN GALILEA Y SOBRE TODO
EN NAZARET
#Alfeo de Sara recrimina a los de Nazaret su conducta sobre Jesús
#Los nazaretanos quieren que se les avise cuando regrese Lázaro
Alfeo de Sara recrimina a los de Nazaret
su conducta sobre Jesús
"Y yo os aseguro que sois unos imbéciles en creer ciertas cosas. Imbéciles e ignorantes peor que los castrados que no sienten el estímulo del instinto porque están mutilados. Andan por las ciudades proclamando anatema contra el Maestro y otros traen órdenes que no pueden, por el Dios verdadero, no pueden proceder de Él. No lo conocéis. Yo sí. Y no puedo creer que haya cambiado de este modo. ¡Que recorran las ciudades! ¿Afirmáis que son discípulos suyos? ¿Y quién los ha visto con Él? ¿Decís que algunos rabinos y fariseos han dicho los pecados de Él? ¿Y quién se los vio? ¿Le habéis oído hablar alguna vez de cosas obscenas? ¿Lo habéis visto cometer algún pecado? ¿Y entonces? ¿Creéis que si fuera pecador, Dios le permitiría hacer esas obras tan maravillosas? Tengo razón en llamaros imbéciles una y otra vez, retardados, ignorantes peor que patanes que por la primera vez ven un payaso en un mercado y creen que sea verdad lo que imita y dice. Ved si los que son sabios y de inteligencia clara se dejan seducir de las palabras de los falsos discípulos que son los verdaderos enemigos del Inocente, de nuestro Jesús de quien no sois dignos tenerlo por hijo. ¡Ved si Juana de Cusa, ¡perdón!, la mujer del mayordomo de Herodes, la princesa Juana, se aleja de María! Ved si... ¿Cometeré indiscreción en decirlo? No. Lo hago no por hablar sino por persuadiros a todos vosotros. Visteis el mes pasado ese carro tan lujoso que llegó y que fue a detenerse ante la casa de María. ¿Sabéis quién estaba dentro y quien bajó para ir a postrarse ante María? Lázaro de Teófilo, Lázaro de Betania, ¿comprendéis? El hijo del primer magistrado de Siria, el noble Teófilo, casado con Euqueria de la tribu de Judá y de la familia de David. El gran amigo de Jesús. El más rico y el hombre más instruido de Israel, en nuestras historias como las del mundo entero. El amigo de los romanos. El benefactor de todos los pobres. El resucitado después de cuatro días de estar en el sepulcro. ¿Ha abandonado acaso a Jesús por seguir al Sanedrín? ¿Porque lo resucitó? No. Porque sabe que Jesús es el Mesías. ¿Sabéis qué vino a decir a María? Que estuviese pronta, porque la acompañaría a Judea ¿Comprendéis? Él: Lázaro, como si fuese criado de María. Lo sé porque estaba yo allí cuando entró y la saludó postrándose sobre los rústicos ladrillos de la habitación, él que venía vestido como Salomón, acostumbrado a las alfombras; en tierra, a besar la fimbria del vestido de nuestra hermana y saludarla diciéndole: "Te saludo, oh María, Madre de mi Señor. Yo, tu siervo, el último de los siervos de tu Hijo, vengo a hablarte de Él y a ponerme a tus órdenes". ¿Comprendéis? Estaba yo tan emocionado... que cuando me saludó llamándome: "hermano en el Señor", no supe decir ni una palabra. Lázaro ha comprendido, porque es inteligente. Durmió en el lecho de José enviando delante de sí a sus siervos que lo esperasen en Séforis, porque él iba a sus tierras de Antioquia. Dijo a las mujeres que estuviesen prontas porque a fines de esta luna pasará por ellas para que no se fatiguen en el viaje. Juana se unirá a la caravana con su carro para llevar a las discípulas de Cafarnaum y Betsaida. ¿Y todo esto no os dice nada?"
El buen Alfeo de Sara finalmente deja de hablar en medio de un círculo de personas que hay en la plaza. Aser e Ismael, y también los dos primos de Jesús: Simón y José -más abiertamente Simón, más veladamente José- lo ayudan aprobando todo lo que dijo.
Si tiene necesidad de que algo se anuncie en su nombre,
tiene aquí sus hermanos que pueden hacerlo
José dice: "Jesús no es un bastardo. Si tiene necesidad de que algo se anuncie en su nombre, tiene aquí sus hermanos que pueden hacerlo. Tiene discípulos fieles y poderosos como Lázaro. Este no dijo ni una palabra de lo que los otros dicen."
"Estamos también nosotros. Antes éramos como nuestros asnos de tontos, pero ahora somos sus discípulos y para decir: "Haced esto o aquello" también somos capaces nosotros" dice Ismael.
Pero la condenación que está colgada allí en la puerta
de la sinagoga la trajo un enviado del Sanedrín
y trae el sello del Templo
¿pero qué?
Nosotros que tenemos fama en todo Israel
sabemos lo que es el Sanedrín
"Pero la condenación que está colgada allí en la puerta de la sinagoga la trajo un enviado del Sanedrín y trae el sello del Templo" replican algunos.
"Es verdad, ¿pero qué? Nosotros que tenemos fama en todo Israel sabemos lo que es el Sanedrín y por lo tanto se nos desprecia ¿vamos a creer que el Templo no esté equivocado? ¿No conocemos a los escribas, a los fariseos y a los jefes de los sacerdotes?" replica Alfeo.
"Es verdad. Alfeo tiene razón. Yo estoy decidido a bajar a Jerusalén para enterarme de amigos verdaderos del estado de las cosas. Mañana mismo lo voy a hacer" responde José de Alfeo.
"¿Te quedarás allá?"
Soy la cabeza de la familia y sobre mí pesa
la responsabilidad de que Jesús esté en Judea,
dice José de Alfeo
"No. Regreso, y luego volveré para la pascua. No puedo alejarme por mucho tiempo de casa. Es duro, pero también es mi obligación. Soy la cabeza de la familia y sobre mí pesa la responsabilidad de que Jesús esté en Judea. Yo fui quien insistió en que fuese allá... El hombre se equivoca en juzgar. Creí que era un bien para Él, y fue lo contrario... ¡Que Dios me perdone! Tengo que seguir de cerca las consecuencias de mi consejo para ayudar a mi hermana" dice lenta y sosegadamente José de Alfeo.
"Antes no hablabas así. También a ti te han seducido las amistades de los grandes. Tus ojos están llenos de humo" dice un nazaretano.
"No es verdad, Eliaquín, que las amistades de los grandes me hayan seducido. Es la conducta de mi hermano la que me convence. Si me equivoqué y ahora me corrijo, señal es de que soy un hombre recto. Porque propio del hombre es errar, pero ser tercos es de la bestia."
"¿Y de veras vendrá Lázaro? ¡Oh, queremos verlo! Queremos ver cómo es uno que regresa de la muerte. Será como uno que desvaría. Estará como espantado. ¿Qué cuenta de su estadía entre los muertos?" preguntan muchos a Alfeo de Sara.
"Está como estamos vosotros y yo. Alegre, vivaz, tranquilo. No habla del otro mundo. Como si no recordase. Pero recuerda su agonía."
"¿Por qué no nos avisaste que había venido?"
"¡Bueno! Porque habríais invadido la casa. También yo me retiré. Hay que tener un poco de delicadeza, ¿o no?"
"Pero cuando regrese, ¿se le podrá ver? Avísanos. Sin duda que harás de guardia de la casa de María."
Los nazaretanos quieren que se les avise cuando
regrese Lázaro
"Claro. Tengo la suerte de ser su vecino. No avisaré a nadie. Valeos de vosotros mismos. El carro se distingue, y Nazaret no es Antioquia, ni siquiera Jerusalén para que pase inadvertido. Haced guardia... y valeos de vosotros. Pero esto es en vano. Por lo menos haced que su ciudad no tenga fama de imbécil porque cree en las palabras de los enemigos de nuestro Jesús. ¡No creáis! Ni a quien lo llama Satanás, ni a quien os instiga a levantaros en su nombre. Algún día os arrepentiríais. Si las demás partes de la Galilea caen en trampa, y creen en lo que es verdad, peor para ellas. Adiós. Me voy porque ya es tarde..." y se va contento por haber defendido a Jesús.
Los otros siguen discutiendo. Aunque se dividen en dos grupos, y el más numeroso es el de los papanatas, se acepta la opinión de los pocos amigos de Jesús de no rebelarse, ni de aceptar calumnias, si las otras ciudades galileas no lo hacen, y que por ahora "son más astutas que Nazaret, y se burlan en la cara de los falsos enviados" termina diciendo Aser el discípulo.
X. 155-157
A. M. D. G.