POESIAS DE MIRYAM ( II )


LA OBEDIENCIA

Te doy gracias, mi Señor,
Porque sé que al escribir,
Sin encontrar yo razón,
Estoy meditando en Ti,
Con todo mi corazón.

Pronto me pongo a escribir,
Sin llegar a reparar,
Yo me adentro tanto en Ti,
Que es meditar, escribir;
Y escribir, me es meditar.

Si la razón no se encuentra,
Si es todo una sin razón,
Sólo hay que tener paciencia,
Pues te hablará el corazón
Cuando menos tú lo esperas.

Si estoy haciendo labores,
Cuando me habla el corazón,
Dejo todo, voy corriendo,
Y todo aquello que siento,
Al momento escribo yo.

Escribo por obediencia
A mi santo Director,
Para mí esa es la prueba,
De que toda obediencia
La premia siempre el Señor.

Si creo que mi Santo Ángel,
Va conduciendo mis pasos,
¿Por qué no puedo creer,
Que muchas veces fue Él,
Quien ha guiado mis mano?.

Si creo en el Santo Espíritu
Del Padre y del Hijo Amado,
¿Cómo no voy a creer
Que algunas veces fue Él,
El que mi mente ha inspirado?

Si la escribo cosas bellas
A mi Madre de los cielos,
¿Cómo no voy a creer,
Que, a mí, la Madre también,
Alumbró mi entendimiento?.

Si escribo yo sin saber,
Y sin entender, entiendo,
Quien le da vida a mi ser
Mi mano Él podrá mover,
Luz dará a mi entendimiento.

Sólo está en mi voluntad,
Querer servir al Señor,
Darle sólo gloria a Él,
Y beber, también por Él,
El cáliz de su Pasión.

26.2.92 Miryam.


LLEVO UNA HERIDA DE AMOR

Es tan grande mi tormento
Al no encontrar al Amado,
Que yo no hallo contento,
He de seguirle buscando,
Con el corazón abierto.

Llevo una herida de amor,
Porque me heriste y marchaste
Dejando tanto dolor,
¿Cómo dejarme, pudiste,
Sin saciar mi gran amor?.

Te abriré mi corazón,
Para que puedas entrar.
Te pediré a Ti perdón,
Para que puedas morar,
Y saciar mi corazón.

Ven pronto, Señor, que espera
Mi alma para bendecirte,
No me hagas larga la espera,
Pondría, para servirte,
Mil vidas que yo tuviera.

Es tan grande mi anhelo
Y son tan grandes mis ansias,
Que quisiera dar un vuelo,
Cantando tus alabanzas,
Allí, en los atrios del cielo.

Para que al salir Tú veas
Que por Ti quiero sufrir.
¡Oye, Amor!, si tú quisieras,
Que mi amor y mi sufrir,
No fueran sólo quimeras.

Yo te ofrezco mi dolor,
Si con él quieres probarme,
Sumérgeme en el dolor.
Mas si amor, Tú quieres darme,
Quiero abrasarme en tu Amor.

19.2.92 Miryam.


DOLENCIA DE AMOR

Si de dolencia y de pena,
Mi alma ya no se ha muerto,
Es porque de verdad ama.
Ello lo espera con calma
A mi Jesús dulce y bueno

Él, la salud de mi mente,
Es de mi alma refrigerio,
Es morir tranquilamente
A todo aquello que es muerte
A mi pobre entendimiento.

Si por ventura no vienes
A reconfortar mi alma,
No ves cuánta es su nostalgia
Que ella se muere por verte,
Al despuntar la mañana.

Mas, cuando llegó al ocaso,
Tanto había buscado mi alma,
Que le pareció un fracaso
Y se vio desventurada,
Por no haber visto al Amado.

4.3.92 Miryam


MI ALMA ANTE LA PRUEBA

Dame fuerzas, Madre mía,
Para que no me resista,
Si es que ha llegado mi hora,
De ofrecerme como víctima.

Que la luz venga a mis ojos,
Que se abra en mí una sonrisa,
Que sólo vean los ángeles,
Que siento en mí tus delicias.

Que sienta el coro de ángeles,
Portadores de noticias,
Susurrar en mis oídos
Lo que haces Tú con tus víctimas.

Un coro de Serafines,
Oigo cantar yo muy quedo,
Que llevan túnicas blancas
Las víctimas en el cielo.

Que en esas tribulaciones,
Que ellas aceptan sin miedo,
Abren puertas del abismo
Y sacan los prisioneros.

La debilidad de algunos,
Fuerza en ellas se va haciendo,
Las que Cristo les va dando
Cuando cargan su madero.

Sus oraciones se elevan,
Más allá del universo,
Y en copas de oro las ponen
Los ángeles en el cielo.

Ellos elevan al Padre
Todos esos sufrimientos,
Y desagravian, del hombre,
Los pecados que va haciendo.

Quisiera yo ser tu víctima
E implorar ante el Cordero
Por los pecados del mundo
Y salvar al universo.

(Antigua) Miryam.


EL TRECE DE MAYO

Hoy es tu día, Mamita,
Feliz viene mi corazón,
Porque te traigo las "flores"
Que entre abrojos cogí yo.

Las saqué para decirte
Lo mucho que te amo yo,
Y ante tus plantas me postro
Dándote todo mi amor.

En este día de mayo,
Mi Madre a Iría bajó,
Y a aquellos tres pastorcillos
Les mostró su Corazón.

¡Qué hermosa eres, Mamita!
¡Qué dulce y tierno tu amor!.
¡Qué linda es tu carita!.
¡Qué candorosa tu voz!.

Qué diré de tu sonrisa
Que tanto me cautivó,
Y de tus ojos azules
Que miran con tanto amor.

Cuando te miro me miras,
Y nos miramos los dos,
No sé que hay en tu mirada
Que llena mi corazón.

Tú eres la flor más bonita,
De las que he encontrado yo,
Tan pura, tan cristalina
Y de tan lindo color.

Por eso quiero ofrecerte
Mis "flores" y mi canción,
En este trece de mayo
Que tanto amamos las dos.

13.5.92 Miryam.

TU VOZ ES UNA CARICIA

El mes de mayo es el mes,
El que más ama María,
Por eso quiero ofrecerte
Mis "flores" y mi sonrisa.

Ya no es oscura la noche,
Sino más bien levantina,
Porque cuando llega el alba
Me despierta mi Mamita.

Se acerca muy despacito,
Y me deja en mis mejillas
Un beso que son mil besos
Los que me da cada día.

Es el beso de la Madre,
Con esa luz matutina,
¡Es su voz tan delicada!,
Su voz es una caricia.

En el silencio del alba,
Yo saludo a mi Mamita,
Y postrándome a sus plantas,
Canta mi alma a porfía.

Le canto yo una canción,
Se la canto a mi manera,
Quiero que salga de mi alma
Cuando yo la canto a Ella.

Las "flores" que yo te ofrezco
Son "flores" muy pequeñitas,
Un ramillete te traigo
Para que Tú las bendigas.

Cada día las recojo
Estas "flores pequeñitas",
Y te las pongo a tus plantas
Para admirar tu sonrisa.

Como "música callada",
Para mí es tu voz, Mamita,
Es la armonía que lleva
Tu dulce alma de Niña.

Y porque unida Tú estás
A la Trinidad Santísima,
Por eso cuando Tú hablas,
No es solamente una voz,
Es toda una melodía.

Entonces quedo en silencio
Escuchando a mi Mamita,
Y del alma a mí me sale
Tu lindo nombre, María.

8.5.92 Miryam.


CUANDO YO TE CONOCÍ

Cuando yo te conocí,
Hablando contigo un día,
Alma sencilla en ti había
Con ansias de combatir.

Buscas sin hallar verdad
Ni la respuesta que quieres
Del mundo, no la hallarás.
No ves que jamás emerge
La Luz de la oscuridad.

Respuesta no encuentra el hombre,
Porque busca sin amor,
¿No ves que el hombre es de
Dios,
Y sólo a Dios pertenece,
Darle respuesta de amor?

¡Oh, Ángel!, si tu buscases
La razón de tu existir,
Yo sé que tú así la hallases
Con el más bello sentir.

Pregunta a Dios y sabrás
La respuesta que tú quieres,
¿No ves que Él es la Verdad
Que busca tu alma ardiente?

Búscale tú sin parar
En las cosas más sencillas,
¿No ves que Él es la caricia
Que el hombre le va a negar
A tu pobre alma marchita?

Busca la Fuente que corre
Y canta en su caminar,
¿No ves que él la Garganta
Del más claro manantial?

Búscale con alma pura
En la sonrisa de un niño,
Verás que el Reino del cielo
Para el pequeño lo hizo.

Búscale con el anhelo
Que tiene tu corazón,
Pues Él se oculta del mundo,
Pero de los hombres no.
Póstrate ante el Sagrario,
Y pregunta con amor:
¿Dónde podré yo encontrarte,
Pues tengo sed de tu amor?

Allí hallarás la respuesta
Que no puedo darte yo,
Pues de distintas maneras
Habla a nuestro corazón.

1.981 Miryam.

Para mi esposo, Ángel, con todo mi cariño.


UNAS BELLAS VACACIONES

A Celita la dedico
Esta dulce poesía,
Porque se mete en el mar,
Y no hace caso a su tía.

Al camping yo me la traje,
Diciendo que estudiaría,
Mas luego de vacaciones,
Ella dijo que venía.

A ella, el agua la ilusiona,
Y... a las olas desafía,
Sin darse cuenta que el mar,
Su peligro allí escondía.

Un día que se bañaba,
Una ola enfurecida,
Hizo tragar mucho agua
A Celita y a su tía.

Gracias que estaba allí Mary
Y su mano nos daría,
Pues el mar con su resaca
A las dos nos bebería.

A tía la faltó poco
Para morir ese día,
Pues fueron muchas rabietas
Las que me dio mi sobrina.

Luego de pequeños sustos,
Que vivimos varios días,
La mar se tranquilizó
Trayendo el agua clarita.

Mas sola a ella la preocupa,
Lo que nos mete en porfía,
Los perros de los franceses,
Y los que ellos no tenían.

Por todos siente gran pena,
A casa los llevaría,
Ella dice que su "harchi"
Ya tendría compañía.
Mary Carmen los deberes
Se los pone cada día,
Y también ella pelea
Con mi querida sobrina.

Así pasamos felices
En esta gran armonía,
Entre perros y deberes,
Nos trae fritos cada día.

Pero de algo hay que vivir,
Pues sino se aburrirían,
Las amigas de su tía,
Su tía y su sobrina.

Miryam.

Ésta brotó de lo más profundo del
corazón, para mi querida sobrina.

Camping "La Dorada", Jaraco,

22.8.79


FLORECILLAS DEL MES DE MAYO

Es mes de Mayo,
Mes de María,
De su alabanza,
De mi alegría.

Verás el mundo
En este día,
Cantar gozoso
Tus alegrías.

Son tus plegarias
Las más bonitas,
Las más hermosas
Que el cielo inspira.

Están alegres
Las avecillas,
Los gorriones,
Las golondrinas
Que a Ti te cantan
Todos los días.

Y hasta las flores,
En las campiñas,
Visten sus galas,
Las más bonitas.

Las azucenas,
Las margaritas,
Las madreselvas.
Las sensitivas.

Para cantarte
A ti, María,
El mes de Mayo
El cielo envía
Las almas santas,
Las elegidas.

Coro de Ángeles
Con arpas,
Con cítaras,
Surcan los cielos
Con alegría,
Para cantar
Tus maravillas.

Ante Ti se postran,
Su cabeza inclinan,
Te alaban,
Te cantan
Con gran armonía.

¡Qué dulce es tu nombre,
Oh, Virgen María!
¡Qué dicha es llamarse
De nombre, María!

5. l.988 Miryam.

A MI SOBRINITA

Para Ana Pilar,
Que es la más pequeña,
La que a todos canta,
Quien a todos besa.

Tiene sus ojitos
Como dos estrellas,
Que ilumina a todos,
En las noches negras.

¡Hermoso gracejo
Tiene esta pequeña!
Y..., hasta su sonrisa
Es de castañuela.

Quiero ser ya bailaora,
Sueño de toda pequeña,
Y nos baila sevillanas
Con un vestido cualquiera.

"Ana es un bichito",
Nos dice la abuela.
¡Es tan vivaracha!
¡Es tan coquetuela!

Cuando yo la miro
A esta rapazuela,
Su ojito me guiña,
Y a mí me camela.

Cumple cinco añitos,
Hoy la bribonzuela,
Y está su carita
Radiante y risueña.

Mamá, si estás triste,
Llama a la pequeña,
Que cuando ella llega,
Las penas se alejan.

¡Que hermosa es mi niña!
¡Qué encanto mirarla!
Que dulce es el sueño
De la tierna infancia.

8.10. 1990 Angel - Miryam


EN TU CUMPLEAÑOS

Hoy cumple sus tres añitos
Mi sobrinito el pequeño;
Sus ojos son azulitos,
Parecen dos luceritos,
Desprendidos de los cielos.

Es mi niño más bonito,
Que las estrellas del cielo,
Se parece a un angelito
Con su pelo rizadito.
David, se llama el pequeño.

Me dicen: es muy travieso
Cuando está en la guardería,
Pero yo no me lo creo,
Pues le miro la carita,
Que tiene de niño bueno.

Quiere mucho a su hermanita,
Y cuando feliz está,
Es estando en su casita
Jugando con su papá,
Y abrazado a su mamita.

Te damos gracias, Señor,
Porque un día te dignaste
Enviarle a mi familia,
Por eso pido en su día
Que le custodien tus Ángeles.

18.9.1.990 Miryam.


REFLEJOS DE UNA ORACIÓN CUANDO LA
ADORNA SU GRACIA.

Yo te suplico, María,
Cuando veles al Señor,
Le pidas Él te descubra
El sentido del dolor,
El sentido de la Cruz
Lo grabe en tu corazón.

Nunca en la vida del hombre
Se da el amor sin dolor,
Ni se encuentra la Verdad
Si antes no se dio el perdón.
Por el dolor y la fe,
El hombre llega al amor.

El sentido de la Cruz
Explicarte no sabré,
Es el triunfo del Amor,
A la Cruz yo me abracé,
Y en ese abrazo fue Él
El que a mí me dio la luz.

Del dolor, ¡qué te diría!
Es una hermosa candela,
Que va por dentro y por fuera
Preparando los albores
Que hará resurgir las flores
De una bella primavera.

El sentido del Amor
Sólo la Cruz nos lo dio.
Sobre la cruz venció al odio,
Jesús, nuestro Salvador,
Herencia que recibimos
Como el más preciado don.

En la vida de la gracia
Los dones los pone Dios.
Son perlas que Él nos regala.
Si tú pides con constancia,
Tu oración alcanzará
Lo que tu razón no alcanza.

Miryam.

Un sencillo pensamiento que
guardé de mi meditación para
María Corbacho. 13.1.88


ES DONDE ESTÁ LA VERDAD

Dices que no sientes nada
Cuando estás ante el Sagrario.
No se ha de turbar tu alma,
Vive la fe y la constancia
De un Cristo Resucitado.

No busques, ¡alma querida!,
Éxtasis o arrobamiento,
Las cosas son más sencillas:
Póstrate tú de rodillas
Para dar a Dios contento.

No dejes tú de implorar,
Cuando la fe se haga oscura.
Tu fe así se ha de purgar,
Tu alma se bruñirá,
Y tu luz será más pura.

Es camino de verdad,
Donde no se da el error.
Fue el camino del Señor,
Y al final te encontrarás
En el Reino del Amor.

Miryam

Un bello y breve pensamiento que
guardé de mi meditación para
María Corbacho. 12.87.


MENSAJERO ANTE EL SAGRARIO

MENSAJERO entra y repara,
No pongas tope a tus horas,
Que el tiempo Dios lo regala
A las almas generosas.

Entra y come el manjar
Del Amor de los Amores,
Después bebe del lagar
El mosto de sus dolores.

Aquí se da el dulce encuentro
Con Jesús Eucaristía,
El mismo que lleva el pecho
De nuestra Madre María.

Siempre de gracias tan llena
Las trae para derramar,
En aquellos corazones
Que vienen a reparar.

No fueron los Mensajeros,
Quien te llamaron un día,
Son los dulces Corazones
De Jesús y de María.

87 Miryam.



FRUTOS DEL AMOR

Cuando vayas al Sagrario,
Pide al señor con amor,
Y dile con cuanto anhelo,
Andas buscando el secreto
Que encierra en su Corazón.

Verás con cuanta ternura
Llegarán a tu razón,
Esos secreto del cielo
Que cubiertos con un velo,
Él a los hombres les dio.

Son para el hombre misterios,
Cuando no se da el amor,
Mas al alma enamorada,
Él desvela los misterios
En un requiebro de amor.

Guarda el cielo los tesoros,
Dentro de su Corazón,
Al que sólo tiene acceso
El hombre que ha renacido
Del Espíritu de Dios.

Corre a velar Mensajero,
El Señor te está esperando,
Él en sus ansias por darse,
Hoy a ti quiera mostrarte,
Su Corazón traspasado.

8.1.1988 Miryam

EL ALMA QUE SUSPIRA POR SU AMADO

Ven pronto, Amado, a mi alma,
Por tu ausencia muero yo,
Ven a calmar mis gemidos,
Que mi corazón herido,
Lanza lleno de dolor.

Es mi Ángel de los cielos
El que lleva a mi Señor
Mis penas y mis gemidos,
Mis lágrimas y suspiros,
Mi angustia y mi dolor.

¡Oh, Mensajeros del cielo!
Que aliviáis mi gran dolor.
Id en busca de mi Amado,
Decidle: Estoy prisionera,
En las redes de su amor.
.
Si llegáis a la presencia
Del divino Redentor,
Poned abierto a sus plantas,
Este pobre corazón,
Que la pena le quebranta.

Decidle mis aflicciones,
Peticiones y oración,
Estos pobres pensamientos
Tan cargados de dolor,
Que a mi alma dan tormento.

Qué pobre es mi entendimiento,
Nunca me da la razón,
¿Por qué padezco la ausencia,
Y sufro tanta dolencia,
Del Amor que me creó?.

Le digo a mi voluntad
¿Por qué no poseo a Dios?
Siempre Él fue mi refrigerio,
Deleite en mi pasión,
Él quien calmó mi tormento
El es la vida del alma,
Vida que no siento yo,
No recuerda mi memoria,
Los bienes y los presentes
Que Él en mi vida me dio.

Estas potencias del alma,
Que rasgando mi razón,
Hacen temblar mi esperanza.
¡Son tantas las asechanzas
Del alma, que sigue a Dios!.

12.1.88 Miryam.


GEMIDOS DE UN ALMA

Siento, Señor, que en tu ausencia,
Gemidos lanza mi alma,
La consume así la pena.
Sólo estando en tu presencia
Recibe alivio y descansa.

Pienso mucho esos desvíos
Y ausencias que Tú me haces,
Sé que quieres, ¡Amor mío!
Mi amor, Tú quieres probarme,
Humillarme y enseñarme.

¡Ay, Señor! Usas conmigo
Intolerable rigor,
Tú a mí me dejas penando,
Por Ti yo gimo y acabo,
Herida de tanto amor.

Me dejas cauterizada
Con el fuego de tu amor,
Ya mi alma está llagada,
Mi voluntad inflamada,
Y muriendo estoy de amor.

Para estas llagas de amor,
No puede haber medicina,
Sino la trae quien la hirió.
Quiero que muy pronto venga
Con su bálsamo de amor.

11.1.88 Miryam.


MENSAJERO: EL SAGRARIO TE LLAMA

Que dulce paz se respira
En este pequeño "hogar"
Donde un Corazón de Madre,
En un anhelo constante,
Nos invita a reparar.

No son ángeles del cielo
Quienes la puerta te abren,
Son humildes "Mensajeros"
Que de este mundo perverso
Ha rescatado la Madre.

El Corazón de la Madre,
Ya no puede sufrir más,
Las espinas una a una,
Con amor y sacrificio,
"Mensajero" has de arrancar.

Repara tú "Mensajero",
Con constancia y con amor,
No marques a Dios un tiempo,
Disfruta del dulce encuentro,
Que todo el tiempo es de Dios.

Ante tus plantas rendidos
Con un amor singular,
En un coloquio divino,
Venimos a reparar
Tu Corazón dolorido.

"Mensajero" ¿tú no velas
A los pies de este Sagrario?
¿No ves del hombre las penas
Y las calles siempre llenas
De tan horribles pecados?

Vela una noche en silencio,
En este humilde rincón,
Donde los ángeles cantan,
Y las noches se hacen santas,
Implorando su perdón.
Si has velado con amor,
Un día podrás contar,
Que los ángeles bajaron,
Y ante su Dios se postraron,
Para enseñarte a rezar.

En presencia del Amado,
Tu alma pudo gozar,
Esos gozos celestiales
Que regala a los mortales,
Si vienen a reparar.

Verás que tu sacrificio
No tuvo comparación,
Con el beso del Amado,
Que a los pies de este Sagrario,
Te regaló en tu oración.

El triunfo será de Ellos,
Porque así lo quiere Dios,
Nosotros sus "Mensajeros",
Los mensajes llevaremos
Con fuego en el Corazón.

1.1987 Miryam.

EN EL SILENCIO DEL ALMA

Te invito, alma querida,
Que busques pronto al Señor,
Donde de verdad se encuentra,
¡Oh Alma! No te detengas
Que está penando de amor.

Busca el templo donde está
Muy quietecito y callado,
Donde tu alma ha de entrar,
Y en silencio ha de gozar
A solas con el Amado.

Allí Dios se mostrará
Con los gozos más sensibles,
Que en un principio nos da,
Para que el alma prendada,
Después le quiera buscar.

No te pares a escuchar
Un canto de ruiseñores,
Ni recogerás las flores
Que a tu paso has de encontrar,
Si vas penando de amores.

Compañero de camino
Será tu arrepentimiento.
Si quieres darle contento,
También llevarás contigo,
¡Oh, alma!, desprendimiento

Así el alma se aficiona
A los gozos y caricias
Que recibe del Amado
Disfrutando sus delicias,
La va de amores llenando.

Serán tantos los favores
Que en Él su alma hallará,
Aunque sufra sus ausencias,
Ella al Sagrario vendrá,
Para calmar sus dolencias.

Octubre-Noviembre, 87 Miryam.

A MI MADRE EN SU CUMPLEAÑOS

Hoy quiero felicitarte
Con amor, ¡Madre querida!,
Y quiero siempre nombrarte,
Y en mis delirios llamarte,
Y amarte toda mi vida.

El cielo a ti te eligió
Para a mí darme la vida,
Y al cielo le ruego yo,
Con insistencia y amor,
Que te cuide, madre mía.

Cuántas cosas te diría
Mi corazón, ahora, madre,
Pero tú no necesitas,
Si la miras a tu hija,
Que mi corazón te hable.

Eres a quien yo más quiero,
Y a la Virgen la suplico,
Te haga un hueco en el cielo,
Y desde allí con anhelo,
Pidas por todos tus hijos.

19.5.1985 Miryam.


A UNA AMIGA

En mayo nacen las flores,
Las que más ama María:
El lirio en la pasión,
En abril la margarita.

Pero Siempre en este mes
Las flores son más bonitas
Porque las riegan los ángeles,
Para nuestra Madrecita.

Yo te ruego, Madre mía,
No te olvides de esta Flor,
Que la mires con amor,
Y la rieguen cada día.

Ella se llama María,
Nombre que el cielo eligió;
También se llama José,
Como el más justo varón.

Dos nombres que aquí en la
tierra,
Dieron ejemplo de amor,
Dos nombres que allá, en el
cielo,
Alaban juntos a Dios.

2.5.85 Miryam


A SARITA ( MI SOBRINA)

¡Oh, mi pequeña ,
Mi linda sobrina!,
Sus ojos luceros
Son cuando nos mira.

De un azul precioso,
Mas luego la brillan,
Las aguas del mar
Sienten gran envidia.

Su nariz pequeña,
Tan graciosa y linda,
Y con unas muecas,
Que hace la muy pilla.

La hace unas colitas,
Su mamá querida,
Con lacitos rojos,
Que ella tanto admira.

Derrama inocencia,
Su dulzura niña,
Por ser tan pequeña
Desborda alegría.

Cautiva a las gentes,
Su cara atractiva,
Su dulce gracejo,
Pues es muy chiquita.

Por todos pregunta,
De nadie se olvida,
Nos recuerda a todos,
Mi linda sobrina.

Te pido, Señor,
Por su simpatía,
Guarda su inocencia,
Se llama, Sarita.

22.8.79 Jaraco, "Camping la Dorada". Miryam.


A MAITE (MI SOBRINITA)

Yo la llamo Mary Tere,
Es pequeña y muy morena,
Con unos rizos preciosos
Que luce en su cabeza.

Tiene los ojos oscuros,
Con grandes pestañas negras,
Con aire más bien altivo,
Que tiene María Teresa.

Sin embargo, como niñas,
Con su encanto e inocencia,
De gitana ella se viste
Con un vestido cualquiera.

También en los carnavales,
Con trajes y castañuelas,
La algazara de su pueblo,
La vive todas las fiestas.

Bailarina quiere ser,
Siempre a mí me lo recuerda,
Para que le haga un vestido
De lunares, dice ella.

Después ella con su prima,
Sarita, la más pequeña,
Me bailarán algo a mí
Para que quede contenta.

A mí siempre me conquista,
La bruja de esta pequeña,
Por eso una poesía
Dedico a María Teresa.

Jaraco, 22.8.79 "Camping la Dorada". Miryam.


ARREPENTIMIENTO

Permitidme que hable
Unas palabras.
Del silencio sonoro,
Sí silencio.
El aire en su susurro
Comentaba.

Cuando la mar yo contemplaba.
Muy triste escuché decir
Al viento:
La sonrisa es fugaz,
No dice nada.
La alegría, sólo la disfrutas
Un momento.
El amor del hombre no se
Sabe.
Porque no sabe el hombre amar
Ni ser sincero.
Todo en la vida parece una
Quimera.
¿Es alguno feliz o está
Contento?
Cuando vio que todo esto
Yo escuchaba.
Pensativo y mudo quedó
El viento.
Porque de mis ojos brotaron
Unas lágrimas.
Mi sonrisa también quedó
Cortada.
Sin poder decir que
Golpeaban.
En mi mente las palabras
Que escuchara.
Hasta la médula llegaban
De mis huesos.
Me sentí desventurada y
Tan celosa.
Por el amor que creí en
Un momento.
Poseer sin poseer, cosa
Muy rara.
Pensar que podía ser yo
Traicionada.
Porque vivo de algo
Que no entiendo.
Al oír hablar tan fría y
Duramente.
De algo tan profundo y
Tan serio.
Hasta la furia golpeaba en
Mis entrañas.
La fiereza de mi sangre y
Descontento.
Me asaltaba la angustia con
Mil dudas.
Mis ojos y oídos los cerré
Por un momento.
Estaba tristemente y con dolor
Arrepentida.
De haber escuchado hablar
Al viento.
Porque me sentía yo ese día
Enamorada.

Jaraco, 16.8.79 Miryam.

LOS DESIGNIOS DE UN AMIGO

Leí y medité su libro
Y tal dolor yo sentí,
Que lo he podido vivir
Cuán si mío hubiera sido,
Por el cual he comprendido
Lo que ha podido sufrir.

En verdad, que existe Dios,
Usted me pudo mostrar,
Y por el crisol pasar,
Para ver si es oro puro,
Por eso existen verdugos
Que nos han de comprobar.

Para poder escribir,
Y hacerlo con gran verdad,
Ha de existir realidad:
La realidad de vivir,
Aunque sea vivir mal,
También eso hay que escribir.

Tan niño yo le he sentido,
Y lo tengo que decir,
Tan ingenuo y bueno, sí,
Que su vida a puesto ahí,

Como el niño que de brillo,
Quiere su historia escribir.

Al dolor viste de Luz,
Sólo la Luz se ve así,
Si la Luz se ha de sentir,
Se ha de sentir con dolor,
Y así se llega al amor,
Me demostró Usted a mí.

Nadie busca en el dolor
La belleza y la verdad,
Y para poder amar
Cuando no existe dolor,
Nunca se puede encontrar
Una perla, ni una flor.
La verdad se escribe así,
Entre el dolor y la duda,
Pero la verdad desnuda
Es necesario escribir.
Se la admira más así,
Porque su luz es más pura.

La llaga se queda ahí,
Más cerrada y bien libada,
De vez en cuando mirarla,
Para poderla bruñir,
No dejarle en el olvido,
Porque se puede pudrir.

Al verla con tanto brillo,
A todos puede decir,
Que el dolor también bruñido
Nos hace mejor vivir.
Y así se puede escribir,
Para quien no lo ha vivido.

Para mí, es de gran belleza,
Haber sabido perder,
Hacerlo con tal nobleza,
Escribir con inocencia
Su dolor hecho grandeza,
Me ha causado tanto bien.

Te doy mil gracias, Señor,
Que me haces reconocer,
Haber hallado a un amigo
Por haberle conocido,
Con espinas grabaré
Su nombre en mi camino.

Madrid, 26.6.79 Miryam.


A MI TIERRA

Ávila, mi patria chica,
Qué nostalgia siento de ella,
Donde yo experimenté
El candor y la inocencia.

Porque nací entre sus riscos,
Conocí todas sus peñas,
Entre el verdor de sus montes
En el río y sus laderas.

La quiero más que a ninguna,
Dios quiso que allí naciera,
Donde nacieron mujeres
Que a España dieron grandeza.

Por su gran temperamento,
Propio es de esa mi tierra,
Allí se nutren del arte,
De sentimiento y nobleza.

Ávila de caballeros,
Murallas de gran belleza,
Santos que distes al mundo,
Grandes "Rocas" a tu Iglesia.

Tienes enormes montañas,
Pero montañas de piedra,
Entre ellas mucho he jugado,
Cuando era muy pequeña.

¡Qué niñez tan dulce y sana,
disfrutar entre unas peñas!
Feliz te sientes y oculta
Del mundo que te rodea.

Allí sientes su lenguaje,
También sientes su grandeza;
Allí sientes sus lamentos,
Porque grandeza son sus penas.

Hace mucho que no marcho,
Sus montes a pasear,
Ni visito las abejas
Que su rica miel nos dan.
El río lleno de encanto,
Las peñas lo hacen cantar,
Aún le parece a mi alma
Sus tonadas escuchar.

Esas aguas cristalinas,
En mi mente siempre están,
Los peces junto a la orilla
Alegres los ves saltar.

Recuerdo que lindo era,
En el monte el encinar,
Yo aquellas encinas veo,
Cuales madres, que alerta están.

Velan por las palomas
Que allí se van a ocultar,
De escopetas asesinas,
Que escondidas siempre están.

De las gentes, ¿qué deciros?,
Son buenas y acogedoras,
Te ofrecen todas sus casas,
Te ofrecen todas sus cosas.

Son alegres como el viento,
Y hasta se sienten dichosas,
De que te acuerdes de ellas,
Les honres con tu persona.

Siempre sentí de mi pueblo
La nostalgia en mi persona,
Recordar la dulce infancia,
Con mis amigas dichosa.

Nunca encontré en otra parte,
La compenetración hermosa
De recibir tanto amor,
Sin pedirme alguna cosa.

Mingorría, ¡mi añoranza!,
Es de una pena tan honda,
Que no se puede explicar,
Esta realidad grandiosa.

La que siento por mi pueblo,
Y siento por las personas,
Porque guardo en mis entrañas
Amistades muy hermosas.

Todas me han sido fieles,
Tan fieles a mi persona,
Y fieles a mi familia,
Esto me hace muy dichosa.

Quiero un día regresar
De una forma o de otra,
Abrazar la sencillez
De esas gentes que me añoran.

La ermita quise pintar,
De mi querida Patrona,
Virgencita del Rosario,
Conmigo tan cariñosa.

Yo te doy gracias, Señor,
De esta felicidad gloriosa,
Cuando la siento en mis venas
El recuero y la congoja.

De la alegría que llena,
Alegría tan hermosa,
De nacer en Mingorría
Dulce, alegre, acogedora.

Madrid,15.6.79 Miryam.


REFLEXIÓN


Leyendo la Biblia yo,
Llegó pronto a mi conciencia,
Que el rico en su opulencia
Se acuerda poco de Dios.

Pena en mi alma sentí,
Que por dinero tener,
Se juega la vida aquel,
Por el que yo la ofrecí.

Cuando pude comprender,
Esta triste realidad,
Yo digo: dinero dad
Para la verdad saber.

No se compra la verdad,
Pero Dios nos hace ver,
Que la riqueza -tal vez-
Nos conduce a la maldad.

2.1979 Miriyam.

NUESTRA ODISEA

Nada la turbe,
Querida Hermana,
Pues las ancianas
Nos harán santas.

Dios no se muda,
Aunque nos cansa
Llevar la cruz
Siempre a la espalda.

Con la paciencia
Y con su gracia,
Conseguiremos
Volverlas mansas.

Nada la espante
De cuanto pasa,
Son todas viejas
Y están cansadas.

No pasan hambre,
Pero hace falta
Les calentemos
Un poco el alma.

Sólo ternura
Para escucharlas,
Sólo cariño
Para alegrarlas.

Quien a ellas tiene,
Quien a Dios ama
Será el futuro
De nuestras almas.

Dios nos ayuda,
Pues Él nos ama,
¿Qué nos inquieta
En esta casa...?

Sitges, l.974 Miryam.

ANTE LA LLAMADA DE DIOS

Nuestra prima, Lola,
Se fue y nos dejó.
Marchó presurosa
Con el Niño Dios.

Fue en la Navidad
Cuando Él la llamó,
Al ver su sonrisa
Se fue y nos dejó.

Siempre generoso
Fue su corazón,
Y ante su llamada
No se resistió.

Nadie te reprocha,
Lola, tu elección,
Porque fue tu alma
Quien tras Él partió.

Así hacen las almas
Que aman a Dios,
Cuando ellas nos dejan,
Lo hacen por Amor.

No fue una desgracia,
Fue una bendición,
El que tú partieras
Al cielo con Dios.

31.XII.91 Miryam

Con todo mi cariño y admiración
en memoria, simpatía, bondad,
dulzura, comprensión y tantos
talentos que el Señor te dio, y
que tú no guardaste para ti;
sino, que tu gran corazón ,
siempre puso al servicio de os
demás. Razón mayor para pensar,
que ahora, estás disfrutando en
esas "moradas" que un día el
Señor nos prometió. Tu prima.

Miryam.


LO HALLÉ EN TU MIRADA

¡Oh, Madre!, de tu hermosura
prendada,
Me siento cuando te miro,
Y en mi mirada te admiro,
Y al admirarte extasiada,
Mi alma queda arrobada.

Son tus ojos, Madre mía,
Como candelas de amor,
El fuego de tu candor,
El que llega al alma mía.

Tus palabras, bello don,
Con que sublimas mis penas.
Tus lágrimas son las perlas
Que mis pecados compró.

Imploraste mi perdón
Con lágrimas en los ojos,
Y el bálsamo de tu amor,
Me hizo clavarme de hinojos.

No quiero seguir volando
Por este mundo traidor,
Quiero posarme en tu amor
Y seguirte contemplando.

Miryam.


CUANDO ESTÉ DENTRO DE TI

Cuando empiece yo a beber,
Metida dentro de Dios,
Mil amores cantaré,
Al buen Dios que me lo dio.

Si al beber, bebo su sabiduría,
Su ciencia a mí me baña,
Su amor también bebería
Para confortar mi alma.

Si puedo beber tu amor,
Que importa que luego beba
Las hieles de tu dolor,
Sin que mi mente lo entienda.

Pero hay momentos, Señor,
Que no apuro yo tus hieles,
Sí, el más grande y puro amor
En el que mi alma se embebe.

Toda tuya soy, Señor,
Mi alma ya se ha entregado,
Nada en la vida me importa,
Sino es el bien de mi Amado.

Si me he entregado, Señor,
Ya no quiero saber nada
De lo que el mundo me dio,
De lo que el mundo me daba.

Sólo vivir de tu amor
Toda estar dentro de Ti,
Amando tan sólo a Dios,
Que me quiso para Sí.

Tan profundo es su querer,
Que del mundo me arrancó,
Servirle, tan sólo a Él;
Servirle, tan sólo a Dios.

Siempre al servicio de Dios
Mi voluntad y memoria ,
Porque mi alma no goza,
Sino está inmersa en su Dios.

28.2.91 Miryam.


EL AMOR DE MI SEÑOR

¡Oh, Amado,! me llamaste,
Tu voz era cristalina
Como una saeta fina
Mi pecho lo traspasaste.

Que amor más dulce sentí,
Que impresionada quedé,
Y así, Jesús, empecé
Con locura a amarte a Ti.

El amor de mi Señor,
Es un claro manantial,
Transparente cual cristal,
Que llena de resplandor.

Es un fuego abrasador,
Es una dulce cadena,
Mas se goza estando presa
En las redes de su amor.

Es un mar embravecido
Que estrella sus olas locas,
Es lo más puro y tranquilo,
Es más suave que las rosas.

Es el viento enloquecido,
Que ronco queda al silbar,
Es la fuente cristalina
Del más claro manantial.

Es el grito de la selva
Que tanto miedo nos da,
Es la grata melodía
De un pajarillo al cantar.

Es la tormenta furiosa
Que descarga acá y allá,
Es la sencilla violeta
Que su perfume nos da.

Es la noche que se queda
En la más plena oscuridad,
Es el día que nos llega
Con inmensa claridad.

Es la Vida que se acerca,
Es la muerte que se va,
Es Él quien me abre sus brazos
Para poder descansar.

1.969 Miryam.


LA MADRESELVA

¡Oh, Salamanca la dulce!
¡Oh, Salamanca la bella!
Tierra a la que tanto amé,
La que mi mente recuerda,
La que los rayos solares
Resaltan más su belleza.

Cuando salía yo al campo,
Me tumbaba en las praderas,
Contemplaba sus colores,
El rojizo de sus tierras,
Sus campos llenos de mieses,
Todos de espigas repletas.

Siempre solía buscar
En el campo su belleza,
Las bellezas naturales,
Las que a todos nos demuestran
Ser verdad, que Dios existe,
Que percibes Su presencia.

El Padre quiere que viva
Las delicias de la tierra,
Las que me hablan de amor,
Las que me hablan de pureza,
Las que se dan sin rencor,
Las que se dan con nobleza.

Los cielos están alegres,
El sol muestra su grandeza,
Se visten de alegres galas
Las florecillas inquietas;
Los alegres ruiseñores
Con sus cantos me deleitan

Hasta mí llega la savia
Del pinar que me rodea,
Y siento que se desprenden
Cuales campanillas inquietas,
Las piñitas que ellos mandan
Con su semilla a la tierra.
El grillo canta al silencio,
Porque al silencio él alegra,
Y es tan sensible su oído
Que al recibir mi presencia,
Me priva de su canción
Llenándome de tristeza.

La cigarra siempre canta
Con su chirriosa orquesta,
Porque nada la preocupa
Del futuro que la espera,
Siempre ella vive el presente
Muy segura y muy contenta.

Sin embargo, está la hormiga
Que hasta trabaja n las fiestas,
Todo el trabajo la es poco
Para acumular riquezas,
Y hasta de ejemplo la ponen
Los más "grandes" de las letras.

Qué diría de las aves
Cuando éstas revolotean,
Desplazándose veloces,
Trayendo cosas pequeñas,
Porque tiene sus hijitos
Con las boquitas abiertas.

Y siento el agua correr
Cantando entre algunas peñas,
Un canto que alegra el alma
Porque... la Naturaleza,
Me dice que Dios es grande
Con los hijos de la Tierra.

Un día yo meditando,
Gozando de aquella fiesta,
Un gran perfume sentí
Que inundaba la pradera.
Seguí el olor de ese aroma
Y encontré una madreselva.

Era grande su hermosura,
Su porte y su nobleza,
Sus galas eran tan ricas
Que parecía una reina.
Pero grandes sus lamentos,
Porque estaba prisionera.
¿Por qué te quejas así
Siendo grande tu belleza?
Me quejo, dijo apenada,
Porque presa en estas peñas
Estoy sin poder salir,
Sólo por ser altanera.

Mis manos se han enredado,
Se han enredado mis piernas,
Porque quise demostrar
Desplazarme cual quimera.
Ahora siento tanta angustia
Cual si vida no tuviera.

Por eso lanzo mi aroma,
Lo hago con tanta fuerza
Para atraer las miradas,
Se fijen en mi belleza,
Me arranquen de la prisión
Donde me hallo prisionera.

Si me llevas te prometo
Exhalar con gran pureza
Mi delicado perfume,
Adornar la "residencia"
Responder con tanto honor,
Cual la sencilla violeta.

Sentí al cortarla el dolor,
Sentí al amor del poeta,
Sentí el pecado del mundo,
Sentí de Dios su presencia,
Sentí implorar su perdón
Y yo rompí sus cadenas.

Aquel día ya no pude
Seguir en esa pradera
Contemplar toda la vida
De aquella Naturaleza,
Pues por no verla penar
Yo corté una madreselva.

Por hacerla un gran favor
La llevé a la "residencia",
Y en un pequeño jarrón,
Que ante el Sagrario pusiera,
La "madreselva" inmoló
Su fragancia y su belleza.

1.969 Miryam.


YO LA PREFIERO ASÍ

Es Eva como la flor
Que un día quise cortar
Y ella a mí me sonrió.

Su dulce y tierna sonrisa
Cautivan mi corazón,
Sus ojos muy azulitos
Expresan un gran candor.

Inocente, cariñosa,
Pura como una azucena,
Tan dulce, tan bondadosa
Y sencilla cual violeta.

Todo se lo dio el Señor,
A mi querida sobrina.
Todo es obra de su Amor
Que la quiso tan chiquita.

Te pido, Señor, por ella
Que no pierda su candor,
Que no pierda su inocencia,
Que nunca pierda tu Amor

18.3.91 Miryam


EN TU CUMPLEAÑOS

Hoy es tu día Gemita,
El día que tu naciste,
Los pajarillos te cantan,
Las mariposas te danzan
Y las flores te sonríen.

Cuando tu eras una chiquita,
Monigotadas te hacía,
Y, tú... ¡tonto! Me llamaste,
Cuando lo que yo quería,
Era una sonrisa robarte.

Eres la flor más bonita,
Aunque no te llamas flor,
Porque te llamas Gemita,
Eres mi ojito derecho
De todas mis sobrinitas.

Eres alta y muy graciosa,
Eres fina y educada,
Eres la más primorosa,
Eres la más bella rosa
Del vergel que hay en tu casa.

La sal del Mediterráneo
Se la ha llevado tu cara,
Con un mirar sin engaños,
Tus ojos más bien castaños,
Tus mejillas sonrosadas.

Tu esbeltez es de palmera,
La elegancia de sultana,
Lindo mirar de gacela,
Pero... ¡recóncholis!
Estás un poco delgada.

La sal que tiene tu madre,
Dios se la dio a su Gemita,
La familia esto lo sabe,
Que la que tiene tu madre
La heredó de la abuelita.
Muchas cosas yo diría,
A mi querida Gemita,
Pero temo molestar,
Los sentimientos dañar,
De mis otras sobrinitas.

18.9 l.990 Miryam - Ángel.

A CRISTO CRUCIFICADO (MEDITACIÓN)

¡Señor, quedo horrorizada,
Viendo tu Cuerpo deshecho!
¿Quién te clavó en esa Cruz?
¿Quién te dio ese sufrimiento?

Tu semblante está muy pálido,
Tus ojos sin luz los veo,
Tu cabeza está sangrando,
Y una llaga hay en tu pecho.

Tu Cuerpo es todo una herida.
¡Cuántos azotes te dieron!
Cuántos insultos oíste y...
No conformes con esto...

Tus manos y pies clavaron,
Te alzaron en ese leño,
Te escupieron a la cara,
Vinagre a beber te dieron.

¿Qué corazón tan ingrato
Fue capaz de hacerte esto?
Si las piedras se quebrantan
Pidiendo justicia al cielo.

Moriste como los justos,
Moriste como los buenos,
Y... hasta pediste perdón,
Para los que te prendieron.

Cuando en las noches oscuras
Siento el llanto de tus deudos,
Que desgarran mis oídos
El dolor de sus lamentos.
Y sus voces en mi alma,
Hacen resonar sus ecos,
Diciéndome que yo he sido
Quien te dio tan cruel tormento.

Que mis ojos como látigos
Se clavaron en tu cuerpo.
Mi mente tejió de espinas
La corona que atormenta tu cerebro.

Mi lengua supo negar
Que tú eras mi Maestro,
Y hasta por unas monedas,
Yo te entregué con un beso.

Les ofrecí los tres clavos
Junto con ese madero,
Un martillo, una lanza
Y el vinagre que te dieron.

Y a gritos ante el Pretorio,
Entre la chusma del pueblo,
Pedí que crucificaran
A Jesús, el Nazareno.

Estoy sintiendo pavor
Por no ser yo la que muero,
Ando buscando al culpable
Siendo yo tu justiciero.

Mis manos te arrancarán
Los clavos que te pusieron,
Mi corazón curará
La llaga que abrió en tu pecho.

La luz volverá a tus ojos,
En tu frente pondré un beso,
Para que vuelva el calor
A tu agonizante cuerpo.

Dime que resucitaste,
Dime que sólo es tu cuerpo,
Dime que al cielo subiste
Y has estado entre los muertos.

Qué confusión tan horrible
Llevo dentro de mi pecho,
Lo mismo grito... ¡Hosanna!
Que... muera, muera el Nazareno.

Sólo te pido que alumbres
Estas tinieblas que tengo,
Porque sólo con tu amor,
Podré ver lo que no veo.

La luz me la dio el Señor
Porque la Luz yo buscaba,
En mi oración preguntaba
El por qué de su Pasión.

Si la Pasión meditamos
Con sinceros pensamientos,
Sabremos que estamos todos
Crucificando al Maestro.

Marzo, 1.965 Miryam


RETAZOS DE UNA VIDA

Tú sabes, Señor, que tengo
En mis venas sangre ardiente,
Y aunque yo no soy muy fuerte,
Si me dieras de tu Amor,
Hasta manara esta fuente
Dulzuras del corazón.

Mas, qué puedo ofrecerte,
Sino, bríos desbocados,
Que no he podido aún atarlos,
Ni domarlos, ni vencerles,
Y viendo que se desvían,
Hasta frío mi alma siente.

Yo he vivido los ardores
De ese fuego que abrasaba,
He gustado sus sabores,
Del bálsamo sus olores,
He bebido sus licores
Y el zumo de sus granadas.

El Fuego que en mí ardía,
Rasgaba todo mi ser,
Y no pudiendo vencer
El Amor que en mí sentía,
Creía que me moría
Sin apagar mi gran sed.

El ardor en mí aumentaba,
Y viendo con alegría,
Que su costado manaba,
Quise beber tan deprisa,
Que mi pecho se abrasaba
De amor, bondad y alegría.

Yo enloquecida vivía,
Embriagada me encontraba,
Su Amor a mí me absorbía,
Ya mi alma era una llama,
Ya grandes cosas sabía
Sin recibir enseñanzas.

En todo el mundo veía
El amor de mi Jesús,
A todos les sonreía,
Amaba más que podía,
Porque veía la Luz,
Aún, allá en la lejanía.

El invierno se acercaba,
Con pasos que estremecía,
Ya eran grandes las heladas,
Más los hielos que crujían,
Ya la ropa no abrigaba,
De puro frío que hacía.

Tiritaba el pobre cuerpo,
Porque perdió calorías,
Pues, el calor no llegaba,
De aquella Luz que creía,
Que se venía acercando
Cuando ya la Luz partía.

El viento le zarandea
Porque sopla tan deprisa,
Que seguridad no tiene,
Por la senda que camina,
Pues, con las noches oscuras
Las sendas no se divisan.

Grises están los senderos,
Grises están las colinas,
Todo tan gris se ha tornado,
Que tormenta se divisa,
Para que no falte nada
A lo largo de mi vida.

Sólo hay oscuridad,
Soledad sin alegría,
Porque se ve aquel campo
Donde se erguía la espiga,
Una tormenta arrasó
El fruto que se veía.

Esa espiga que se alzaba
Se la ve toda encogida,
Esperando que unas manos
Vuelvan a lanzarla un día,
Para ver, si, aún, de esos granos
Pueda brotar la semilla.

Salamanca, 1.969 Miryam.


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