Las Apariciones de la Santísima Virgen María en San Sebastián de Garabandal

Capítulo 102

 

Jorge García.

El niño que curó de parálisis el día de Viernes Santo.

 

Por el Beso que he dado aquí, mi Hijo hará prodigios.

 

 

Doña Adela Almaguer García relata cómo sucedió esta curación que tuvo lugar en su su hogar.

5 de abril de 1972.

Dice Adela:

En México mucha gente cree en Garabandal. Amo mucho a la Santísima Virgen del Carmen de Garabandal y, en el rosario que rezamos en familia, la invocamos durante la letanía a la Virgen Santísima, nombrándola expresamente como Nuestra Señora de Garabandal, y todos los días la honramos poniéndole flores frescas delante de un cuadro que tenemos de Ella, para nosotros estimadísima advocación.

 

La Virgen no se deja vencer en generosidad, pues en mi casa se dignó hacer un prodigio.

Resulta que un hermanito de la sirvienta que trabaja en mi casa era paralítico de una de sus piernecitas. El niño contaba ya con dos años y no podía andar. Para ir de un sitio a otro lo que hacía era agarrarse a los muebles haciendo continuos esfuerzos, porque apenas se proponía dar un paso utilizando su anquilosada pierna se caía al suelo.

Lo había traído a esta ciudad de Monterrey desde el rancho o lugar donde residen sus padres, en Zacatecaz, precisamente con el fin de llevarlo a médicos especialistas; más, tras saber lo que cobraban y verse escasos de recursos no pudieron hacerlo.

De buena gana hubiéramos pagado la consulta médica pero no estábamos informados de que querían llevar el niño allá. Se disponían ya a regresar a su casa. Habían hecho, por tanto, un viaje en balde.

Foto: Jacinta da a besar a la Virgen un Rosario.

Pero, ¡Oh gran providencia y misericordia del Señor! Porque en ese preciso instante me vino a la mente el pensamiento de que una amiga mía poseía y conservaba una cuentecita de uno de esos rosarios que la Virgen besó en Garabandal.

Enseguida se la pedí prestada y me decidí a tocar al niño en la rodilla de su pierna imposibilitada, haciendo tres cruces en nombre de la Santísima Trinidad y a la vez, rezando cinco Avemarías en honor del nombre de mi dulce Madre, la Virgen Nuestra Señora.

Hice esto en la Semana Santa del año 1968, el Miércoles Santo.

Y, ¡Oh estupenda misericordia, muy oportuna, de nuestra Madre del Cielo! Porque sucedió que a las tres de la tarde del Viernes Santo, hora en la que se conmemora la muerte del Redentor y el ofrecimiento que María hizo del mismo sacrificio como Corredentora llegó el milagro deseado, ya que el niño, antes paralítico de la referida pierna, no sólo pudo andar expeditamente sino que incluso empezó a correr, obrándose un prodigio tan instantáneo como los que parecidamente narra el Evangelio.

Pasaron luego meses y años y el niño continuó estando perfectamente bien y completamente sano sin taras de ninguna clase, constituyendo todo ello una inmensa alegría para sus padres. El niño se llama Jorge García, y su domicilio es "El Saucito. La Blanca. Zacatecaz".

Adela Almaguer.
Monterrey, N.L., Rep. Mexicana.

 

A. M. D. G.

 


 

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