Las Apariciones de la Santísima Virgen María en San Sebastián de Garabandal

Capítulo 139

 

Julia González, madre de Loli.

Julia con su hija Mari Loli, diez años después de las Apariciones.

 

El 18 de Octubre de 1997, treinta y seis aniversario del primer Mensaje de Garabandal, Julia González, esposa de Ceferino Mazón y madre de la vidente Mari Loli, murió en el pueblo de Garabandal a los 75 años de edad.

Julia tiene cinco hijos. En 1961, durante las Apariciones, la Virgen le dijo que sufriría mucho acá en la tierra. Ahora ya es feliz por siempre con Dios y la Virgen en el Cielo.

Sufrió mucho con la temprana muerte de su esposo Ceferino que murió el 4 de junio de 1974, a los 56 años de edad. En 1996, un año antes de su muerte, murió uno de sus hijos, Gustavo, a los 28 años de edad.

 

Julia cuenta como vivió la primera Aparición del Ángel y sus propias vivencias de las Apariciones.

Dice Julia:

El 18 de Junio de 1961, después de la Aparición del Ángel, Loli llegó tarde a casa, y aunque no era del todo de noche, ella sabía que debía venir a casa de día. La reñí y no quise oírla. Loli llegó a casa con su hermana Amaliuca, esperando una reprimenda por volver tarde.

Cuando llegaron, estaba ya acostada, pues trabajaba mucho durante el día; ellas subieron al piso de arriba y se asomaron, Loli detrás de Amaliuca.

Me dijo:

-- ¡Mamá!.

-- Sí, mamá, mamá.

Les dije.

-- ¿Qué horas son éstas de volver a casa? ¿Os parece bien? Debería daros unos azotes.

-- Es que Loli ha visto un ángel.

-- ¿Qué ángel va a ver?, ¡vergüenza os debía dar!. Cenad y acostaros y dejadme a mí tranquila, que bastante cansada estoy.

Bajaron y cenaron; y luego Loli, como de costumbre, se fue a casa de la abuela. Al día siguiente quiso explicarme pero como estaba enfadada no quise oírla.

Salí fuera y una señora me dijo:

-- Escucha Julia, lo que dicen las niñas es verdad.

Llamé a mi marido a la cocina y le dije:

-- Me dijeron que lo de las niñas es verdad.

Mi marido por el momento no hizo caso pero otro día, los que habían visto a las niñas en éxtasis en la calleja, vinieron aquí y me contaron lo que habían visto. Entonces, al día siguiente, su padre Ceferino fue a la calleja pero a mí no me dejó ir.

Me dijo:

-- Tú, quédate aquí.

Cuando volvieron decían:

-- ¡Oh, qué caras!.

Incluso los que no se preocupaban de ir a Misa ni al Rosario vinieron impresionados.

Mi hija, en éxtasis, cambiaba completamente. Su cara parecía otra. No sé cómo explicarlo. Sentía como que mi hija se ausentaba, transportada por la Visión. Su cara se transformaba y a veces parecía un ángel.

En una ocasión Mari Loli iba a recibir la Comunión de manos del Arcángel San Miguel en las primeras horas de la madrugada en la puerta de la Iglesia.

Nevaba mucho y yo tuve que levantarme porque su padre estaba tan cansado que estaba dispuesto a que fuese sola. Nosotros nunca la dejábamos ir sola y por ello en esta ocasión me levanté yo y salí con ella. Teníamos que apoyarnos la una en la otra porque resbalábamos sobre la nieve.

Cuando llegamos al pórtico de la Iglesia cayó de rodillas en éxtasis, rezó, recibió la Comunión y después de las Oraciones salió del éxtasis muy sonriente; fue un éxtasis muy bonito.

Pero yo sufría mucho, los éxtasis me hacían llorar con frecuencia; el golpe que daba con las rodillas al caer, el verla andar por las calles llenas de agua y embarradas, las caídas extáticas; vi cosas que me hacían llorar.

Un día hacía mucho frío, parecía que iba a nevar, era sobre las cinco de la mañana. Las calles estaban llenas de barro y yo veía a Loli andando de rodillas por las calles. Estaba tan embarrado que parecía como que se iba a poner toda llena de barro. Me fui a una esquina oscura a llorar. Mi hija no me podía ver porque ella estaba rodeada de gente.

Lloraba porque hacía tanto frío que pensaba que mi hija se iba a poner enferma. Le decía a la Virgen:

-- Virgen Santísima, no puedo soportar esto más, no permitas que mi hija continúe arrastrándose sobre sus rodillas.

De repente, todos los que estaban a su alrededor la oyeron decir a la Virgen:

-- ¡Oh, mi madre está llorando!.

Estaba muy oscuro y no podían verme. Finalmente me encontraron llorando, pero era porque pensaba que mi hija se iba a enfermar. Pero mi hija no enfermó, por el contrario, estaba mas sana que nunca. Además, cuando terminó el éxtasis, vi que no se manchó nada con el barro.

 

El Dr. Morales tomando el pulso de Mari Loli.

 

La he visto levantarse del suelo con una cara preciosa y flotaba en el aire con las manos extendidas y mirando a lo alto.

Un día estaba en mi habitación y había abajo mucha gente que esperaba el éxtasis de Mari Loli. Oí venir mas gente hacia mi casa y bajé a ver que sucedía. Había tanta gente que apenas podía bajar la escalera. Mari Cruz venía en éxtasis hacia mi casa. Entonces yo tenía muchas dudas y pedí a la Virgen en mi interior:

-- Virgen Santísima, si esto es verdad, te pido que, a pesar de tanta gente, venga Mari Cruz a darme a besar el Crucifijo a mi sola.

Yo estaba en la mitad de la escalera, que estaba llena de gente también. Ella no podía verme ni yo a ella. Mari Cruz de repente viene hacia mí. Muchos la tomaron por el brazo para besar la Cruz, pero ella no dio la Cruz a besar a ninguno; vino directamente a mí, cruzando la habitación, y me dio a besar el Crucifijo a mí sola. Me emocioné muchísimo.

Una señora me preguntó:

-- Julia, ¿qué te pasa?.

Le dije que había pedido una prueba y que estaba muy emocionada porque la Santísima Virgen me escuchó al momento y me sentía muy feliz de que fuese la Virgen quien se aparecía.

Un día terrible fue cuando las noches de los gritos. Las niñas estaban viendo algo terrible que iba a venir. Esa noche las niñas se fueron a los Pinos a rezar toda la noche. Yo sufría mucho porque pensaba que esas cosas eran verdad y lo sigo pensando.

Algo que me impresionó profundamente fue cuando Loli tuvo un éxtasis en la cocina, no lo vi pero me lo dijeron, había cuatro o cinco personas allí; me dijeron que había sido un éxtasis precioso pero que su cara tenía una expresión de sufrimiento, ella decía en éxtasis:

-- Tenemos que hacer muchos sacrificios por los Sacerdotes.

Que tenía que decirlo a todos para que rezasen. Dijo que vendrían tiempos de gran confusión incluso para los Sacerdotes.

Yo la reñí mucho por esto y ella lloró amargamente. Era porque yo pensaba que un sacerdote, por el hecho de serlo, era un santo.

Yo le dije:

-- Bueno, recemos por nosotros porque nosotros lo necesitamos mucho más.

Foto: El Padre Luis María Andréu escucha a Mari Loli y Jacinta en éxtasis.

Pero ella me miró con una impresión en su cara porque sabía que la Santísima Virgen siempre dice la verdad. Esto fue en 1961, cuando empezaron a tener apariciones por separado. También me dijo que el Papa vería el Milagro y que rezásemos mucho por la Iglesia y lo decía a la gente para que rezasen.

En éxtasis ella también dijo:

-- ¡Ah, mis padres también sufrirán mucho!.

Dijo que nuestra vida, en adelante, sería de mucho sufrir. A mi me parecía que ya más de lo que pasaba no podía ser pero así ha sido, he tenido mas grandes sufrimientos aún.

A pesar de todo, reflexionando sobre aquellos tiempos, pienso que han sido maravillosos. La Santísima Virgen es nuestra madre del Cielo y todo lo que hace es para nuestro bien, para hacernos más felices allá en la otra vida con Dios en el Cielo.

Pienso que algo muy terrible va a suceder en el mundo y en la Iglesia porque la misma noche que mi marido dijo que Loli lloró mucho en la cocina, ella dijo que fue porque la Santísima Virgen le dijo que muchas cosas iban a peor y que no se había cambiado, que no esperábamos el Castigo pero que vendría si no cambiábamos.

Mari Loli pedía a la Virgen que le diese a ella los sufrimientos que quisiera pero que no enviase el Castigo al mundo.

Ella decía:

-- Dame cualquier cosa, yo lo quiero sufrir, pero no lo envíes para el mundo porque muchos son inocentes.

Pienso que las cosas van a estar muy mal cuando venga el Aviso.

Lo que yo pido con mis pobres oraciones es que se ame más a Dios y que se tenga también más temor de Dios y que se ame más al prójimo. Es tan terrible ver como se matan los seres humanos unos a otros.

Dios quiera que cambiemos y que no venga el Castigo. Yo pienso que todo lo que dijo la Santísima Virgen es para nuestro bien y para que, con el Milagro, se convierta el mundo entero.

 

A. M. D. G.

 


 

Índice de capítulos