Las Apariciones de la Santísima Virgen María en San Sebastián de Garabandal
Capítulo 144
El P. Luis se aparece a su madre.
Tres de los hermanos Andreu: Alejandro,
Ramón y Luis, jesuitas, con su madre.
El Padre Luis María Andreu se aparece a su madre.
Foto: EL Padre Luis, durante uno de los éxtasis de las niñas, observa emocionado y atentamente. El tomó notas detalladas y comenzó el informe sobre las Apariciones que luego habría de continuar su hermano el P. Ramón.
El día 8 de Agosto de 1961, el P. Luis, después de haber celebrado la Santa Misa en la iglesia del pueblo presenció por la tarde un éxtasis de las niñas en los pinos, cayendo él también en trance mientras las niñas hablaban con la Virgen; tras pronunciar por cuatro veces la palabra "Milagro", el Padre Luis se despidió de todos y regresó esa noche a Aguilar de Campoo.
El P. Luis vio el Milagro profetizado y estaba lleno de una intensa emoción. En el coche de la familia Fontaneda, en el trayecto hasta Aguilar de Campoo, el Padre dijo:
-- ¡Hoy es el día más feliz de mi vida, que Madre más buena tenemos en el Cielo!.
Seguidamente, se preguntó que por qué les había escogido la Virgen a ellos; también afirmó que era cierto lo que las niñas contaban y prometió explicarles lo ocurrido después de pedir permiso a su superior.
Foto: El Padre Marcelino Andreu S.J. leyendo el texto del segundo mensaje delante de la casa de Conchita.
Al llegar a Reinosa, pararon para beber agua de la fuente y luego dijo el Padre en el coche "que iba a dar una cabezada". Inclinó la cabeza y en este momento la Santísima Virgen se lo llevó. Había muerto feliz.
Su madre quedó muy impresionada por este suceso. Tenía cuatro hijos jesuitas y poco tiempo después ella también ingresó en la Vida Religiosa; perteneció a la Orden de las Salesas, donde permaneció unos años con un espíritu de entrega, sacrificio y oración excepcionales.
Es autora de dos libros sobre la "Contemplación infusa"; el Señor y Santa Margarita María de Alacoque le dijeron que ella era la encargada de explicar y de dar a conocer esta gracia con la que, con gran sosiego y quietud, el alma contempla los más grandes misterios.
Don José Luis López González, con su mujer y algunos familiares y amigos fueron a visitarla al convento de las Salesas de San Sebastián y esperaban encontrarse allí con el Padre Ramón María Andreu, que había venido a España desde EE.UU., para visitar a su madre.
En efecto, el Padre Ramón María Andreu estaba celebrando Misa en la capilla. Al terminar se reunieron todos en el locutorio del convento y su Madre, Sor Luisa María, les hizo el siguiente relato, previo permiso de la Superiora presente, relato que tomaron en magnetofón y que textualmente dice:
"Me disponía a acostarme cuando mi habitación se iluminó grandemente y en medio de esa luz apareció mi hijo Luis María y de espalda a mi otros dos sacerdotes, pues llevaban sotana.
Yo le podría haber hablado, pero la sorpresa y el verle también de carne y hueso me hizo pensar repetidas veces: ¡pero si está igual que siempre!.
No recuerdo más pormenores ni tampoco podría decir cuanto tiempo duró la visión; sólo pensé que había venido a despedirse de mí ya que no lo hizo antes de morir; la luz se fue mitigando hasta desaparecer y me quedé con una gran paz y una gran alegría interior".
Así mismo relató en presencia de la Superiora del convento, quien está al corriente de todo su acontecer desde hace años, como anteriormente Nuestro Señor Jesucristo y Santa Margarita María de Alacoque le dijeron que ella era la encargada para dar a conocer la "Contemplación infusa" y aceptó el encargo diciendo:
-- Sí, aquí, en esta celda la escribiré y la daré a conocer.
Llama la atención que la Madre del Padre Andreu vio a su hijo Luis de frente después de muerto y en compañía de dos jesuitas de espalda y el hecho de que un tiempo después han fallecido otros dos de sus hijos jesuitas.
Otra circunstancia singular es que el Padre Alejandro murió el mismo día y a la misma hora, con la diferencia de horario entre Venezuela y España, que su hermano el Padre Luis, pues éste murió en la madrugada del día 9 de agosto sobre las dos de la mañana del año 1961 y el Padre Alejandro a la misma hora, del mismo día y mes, 19 años después. El P. Luis vino a buscarle el mismo día y hora de su aniversario.
A. M. D. G.