Las Apariciones de la Santísima Virgen María en San Sebastián de Garabandal
Capítulo 188
Lesia Zvir y V. L., testigos de un milagro.
Por el Beso que he dado aquí, mi Hijo hará prodigios.
Testigos de un milagro.
Lesia Zvir y V. L.
Noviembre del 2002
¡Gloria a Jesucristo!
Queridos hermanos y hermanas en Cristo.
Ha pasado casi un mes desde el acontecimiento memorable que nuestro Grupo de Oración tuvo el honor de presenciar en Ivano-Frankivsk, Ucrania, en el encuentro con Dr. Michael y Helen Rozeluk.
Cuando Padre Teodor, nuestro párroco, nos habló de los Mensajes de Madre María en las lejanas montañas de Garabandal y del milagroso poder de las reliquias besadas allí por Madre María, decidimos hacer este viaje.
El camino desde Zolochiv, que está en la provincia de Lviv, a la ciudad de Ivano-Frankivsk se nos hizo corto y lleno de gozo con el rezo del Santo Rosario y el canto de Himnos sagrados. Casi sin darnos cuenta llegamos a nuestro destino.
En todos los sitios asistieron muchedumbres para
oir los testimonios y venerar las medallas.
Nos sentíamos confortablemente en el Monasterio Basiliano, mientras que que en nuestros corazones y nuestra mente surgían muchos interrogantes:
-- ¿Quién era esta gente que había venido del otro lado del océano?¿Cual era su misión?¿Qué es lo que se iba a hacer allí? Y lo más importante ¿podríamos besar la medalla de Garabandal?
Todas las dudas se disiparon cuando Helen y Michael Rozeluk entraron acompañados de los sacerdotes y monjes, rezaron el Rosario y mas tarde dieron su testimonio sobre lo que les sucedió en Garabandal.
No fue una historia más sino un revelación de unos hechos reales en una familia que compartía sus pruebas con nosotros, la historia de su vida familiar y su renacimiento espiritual que nos emocionó tanto que lloramos.
En este momento yo pensaba:
-- No es la primera vez que esta gente cuenta su historia y sin embargo tengo la misma impresión, como si fuese la primera vez que nos lo cuentan.
Tal era la sinceridad y emoción con que compartían sus dolorosas pruebas. ¡Dios mío, qué privilegio, Tu nos envías a estas personas!. Solo de este modo, nuestra generación puede despertar: con testimonios vivos, personales, que despierten nuestra vida espiritual.
¡Ante nuestros ojos, una curación milagrosa!.
Dios nos concedió esta gracia. Ante los ojos de cientos de personas, tuvo lugar la curación milagrosa de un niño paralítico de unos cuatro años de edad. Sus piernas estaban paralizadas.
La gente se puso en fila hacia Helen, que tenía en sus manos la medalla milagrosa de Garabandal, una reliquia con el Beso de la Madre de Dios. La gente rezaba y cantaba. Le llegó el turno a una mujer con su niño en brazos, un niño de unos cuatro años de edad.
Helen rezó una oración, dio a besar la medalla a su madre, después se la dio a besar al niño. Una vez que el muchacho besó la medalla, Helen le dijo en voz baja, al oído, que tratase de ponerse de pie en el suelo. Vimos la reacción de su madre, quien tímidamente protestó diciendo que su hijo no podía andar. Sin embargo Helen le animó a que andase hacia ella.
El pequeño, con la medalla en una mano y con la otra en la de Helen, se puso de pie un par de segundos y dio un paso hacia Helen. Para la madre del niño era la primera vez que su hijo caminaba e instintivamente quiso tomar a su hijo en brazos pero la gente la paró. El pequeño continuó andando con la medalla.
Estábamos impresionados, vimos las lágrimas de su madre y las lágrimas de Helen, quien con ternura devolvió el hijo a su madre. La gente lloraba, alababa a Dios Nuestro Señor y a Nuestra Bendita Madre por esta milagrosa curación. Se nos dio la gracia de presenciarlo.
Pienso que a todos los que vieron este milagro se les quedará grabado para siempre en sus corazones. De vuelta a casa, estuvimos hasta altas horas de la madrugada compartiendo nuestras vivencias con familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Mucha mas gente de nuestra ciudad de Zolochiv fue mas adelante a otro encuentro con los Rozeluks en las ciudades de Novo-Yavorivsk y en Lviv. Hoy, mucha gente puede decir que, además de su curación física, también recibieron la gracia de su curación espiritual, y lo que es más importante, la confirmación del gran Amor que Dios nos tiene. Por enésima vez sentimos este amor de Dios que nos cura y que nos hace vivirlo.
Curación de una dolorosa inflamación en el hombro.
La Señora V. L. está eternamente agradecida a la Misericordia de Dios y a la bondad de su Madre por la gracia de su curación.
Cuando iba a este encuentro en Ivano-Frankivsk, dice ella, tenía una hinchazón de unos cinco centímetros en mi hombro que me molestaba mucho. Esta hinchazón crecía muy rápidamente y varios días antes del viaje ya tenía fiebre. Estaba asustada y deprimida pensando que alguna enfermedad grave pudiese venirme.
Pero qué alegría cuando al volver de Ivano-Frankivsk me sentía mucho mejor y el hinchazón se hizo cada día mas pequeño. Ahora, en este momento, ya estoy del todo bien. ¡Doy gracias de corazón a la Santísima Virgen María por esta gracia de mi curación!
Doy gracias al Dr. Michael y a Helen y también a todos los que celosamente dan a conocer a Madre María y sus Mensajes en las montañas de Garabandal. Les deseamos abundantes gracias de Dios. Nuestra gratitud a todos, especialmente al Sr. Bohdan Shyptur, que invitó a Dr. Michael y a Helen a venir a Ucrania.
Firmado,
Sra. Lesia Zvir y Sra. V. L.
ciudad de Zolochiv, provincia de Lviv, Ucrania.
Noviembre del 2002.
A. M. D. G.