Las Apariciones de la Santísima Virgen María en San Sebastián de Garabandal

Capítulo 190

 

Un peregrino del Camino de Santiago firmó así:
«Futuro Papa Benedicto XVI»

Dos hospitaleros del Camino de Santiago recuerdan haber visto y hablado con el futuro Papa durante el jubileo del año 2000.

La postal que Alfredo recibió en el año 2000.

 

El peregrino firmó así:
Louis Joseph futuro Papa Benedicto XVI.

 

Se investiga si en el año 2000, año Jacobeo, el entonces cardenal Joseph Ratzinger recorrió el Camino de Santiago de forma anónima.

Según el testimonio de Alfredo Álvarez, hospitalero que dirige un albergue del Camino de Santiago en Molinaseca, cerca de Ponferrada, en el Bierzo, el amable peregrino le habló del futuro de la Iglesia y le envió desde Francia, pocos días después de su visita al albergue, una postal firmada de la siguiente manera: “Louis Joseph, futuro papa Benedicto XVI”.

Alfredo Álvarez, asegura tener una postal que le envió hace cinco años el actual Papa, desde Montpellier, Francia, en la que firmaba como «futuro Papa Benedicto XVI». Alfredo es uno de esos amables hospederos que hacen del Camino de Santiago una senda de hospitalidad. El hombre, en su condición de buen leonés apegado a la sobria veracidad narrativa, prestó al pasmoso relato una naturalidad de exposición no menos asombrosa.

Resulta que nada más asomarse el nuevo Papa a la Plaza de San Pedro, al buen hospedero berciano le sonó su cara en la memoria. Esa sintonía con el recuerdo quedó ratificada en cuanto conoció el nombre elegido por el nuevo pontífice. Benedicto XVI no sólo había visitado su hospedería hace cinco años, sino que el entonces cardenal peregrino había remitido al albergue, a la atención de su propietario, una amable postal desde Montpellier.

 

En Galicia sucedió lo mismo:

En Guitiriz, Lugo, Camino de Santiago, D. Romualdo contó la siguiente historia:

"Hace unos cinco años, paró en mi establecimiento, un albergue para peregrinos del camino, un señor con acento extranjero. Venía acompañado por tres jóvenes con aspecto de curas. Todos ellos eran muy amables, discretos y educados. El señor de más edad, de rostro bondadoso y una sonrisa casi permanente en los labios, descansó aquí dos días, reponiéndose de las pequeñas heridas sufridas a consecuencia de las largas caminatas por los senderos del país, al abrigo del tiempo infernal que en aquellos días azotó la provincia. Yo intuía que aquella era gente principal, todos tan finos, tan suaves en el trato, tan sociables en la urbanidad. Daba gusto servirles, de verdad".

D. Romualdo se tomó un respiro. Entró en la casa y salió con un sobre del que extrajo una postal, para seguir diciendo:

"Dos semanas después de que los viajeros extranjeros se marcharan, recibí este sobre y esta carta, con matasellos estampado en una ciudad francesa. El texto de la carta decía así:

Carísimo amigo Romualdo. Cumplido nuestro deseo de rendir viaje ante la tumba del apóstol Santiago e instalados de nuevo en la vida cotidiana, no quiero dejar de escribir estas líneas para agradecer, desde lo más profundo de nuestros corazones, el cálido trato dispensado por usted y su familia, en esos días luminosos de fe y esperanza transcurridos por los caminos de España, compartiendo el gozo de tantos y tantos peregrinos en busca de la luz que emana de la Verdadera Instancia. Que el Señor, en su infinita bondad, ilumine sus corazones cristianos. Reciba usted y los suyos el testimonio de nuestro agradecimiento por los sencillos favores recibidos. Joseph Luis Futuro Papa Benedicto XVI ".

El dueño del hostal explicó a los periodistas que había guardado aquella carta por ser la más extraña que había recibido en su vida. La carta permaneció a buen recaudo en un armario de la vivienda de Romualdo, hasta que el martes, día 19 de abril, la fumata blanca anunciaba la noticia de que el nuevo Papa era el cardenal Ratzinger, Benedicto XVI.

Todo ello está en manos de expertos y peritos en grafología. De momento los técnicos aseguran que, cotejados los rasgos gráficos de la postal con los de la vera escritura formal del Papa, no hay razón alguna para dudar de la paternidad de Ratzinger como autor de la misiva.

 

A. M. D. G.

 


 

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