Las Apariciones de la Santísima Virgen María en San Sebastián de Garabandal

Capítulo 227

 

Testimonio de Mercedes González.

 

Loli, en éxtasis, cambia su expresión normal por otra angelical que refleja la hermosura de la Santísima Virgen. Loli fue protagonista de la historia que cuenta Mercedes.

 

 

Me llamo Mercedes González, soy hija del pueblo, San Sebastián de Garabandal.

Me pasó algo muy especial. Se casaba un hermano mío y él invitó a mucha gente y entre ellas invitó a las cuatro niñas videntes.

María Dolores tuvo un éxtasis y mucha gente la seguía. Se me ocurrió ir a casa a buscar el anillo de boda de mi marido que lo tengo en una cajina y me dije:

-- Se lo voy a entregar a María Dolores, pero con el deseo de que la niña se lo entregue a mi marido, a él mismo; a mí no, a él.

Mi marido no sabía nada, ni idea de que yo iba a hacer esto. Pues así lo hice, fui a casa, cogí el anillo, y se lo di, no a la niña sino que se lo di a una vecina del pueblo de Cosío y le dije:

-- Entrega este anillo a María Dolores para que la Virgen lo bese, que ya sabe la Virgen lo que yo quiero.

Hecho esto, me fui a la casa donde se hacía la boda e iba con mis pensamientos de si será o no será cosa de Dios lo que estaba sucediendo en el pueblo.

La niña fue donde la Iglesia a donde iban con frecuencia. En esto la niña viene a mi casa con el anillo de mi marido en la mano. Entra en la cocina y yo estaba muy nerviosa por la emoción y me decía:

-- Si me lo da a mí no vale, tiene que ser a mi marido.

Pero resulta que mi marido estaba en un rincón y para ir donde él se tenían que levantar todos los que estaban sentados en los bancos que estaban delante de él, porque precisamente fue que mi marido, sin saber nada de esto, se puso en la misma esquina.

Mari Loli entonces sonrió y va para allá y yo emocionadísima porque estaba haciendo lo que yo había pensado. La Virgen le decía y la niña sonreía.

Pasa por entre todos, que se fueron levantado para dejarla pasar, y se planta delante de mi marido. Le coge la mano y le pone el anillo en el dedo y dice mi marido:

-- Aquí sí que te equivocaste porque yo tengo un anillo pero no le pongo.

Queriendo decir que no era de él, porque no se lo ponía y porque no sabía lo que yo había hecho. Yo estaba tan emocionadísima que casi me daba mal. Entonces la gente decía ¿de quién será?. Yo entonces dije a la niña:

-- Déjale, déjale el anillo puesto a mi marido que sí que es verdad que es de él.

Él no sabía ni palabra y todavía recordamos hace poco este suceso en el que la Virgen me escuchó todo tal cual lo pensé y tuvo la delicadeza de venir a poner la alianza a mi marido. Además, la niña no sabía absolutamente nada, ni tampoco la gente porque el anillo se lo entregué a una vecina de Cosío para que a su vez se lo diese a María Dolores.

Impresiona la delicadeza de Nuestra Madre del Cielo con estas muestras de su inmenso Amor, hasta en las más pequeñas cosas, escuchando los mas ocultos pensamientos que la decimos.

 

A. M. D. G.

 


 

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