Las Apariciones de la Virgen María en San Sebastián de Garabandal
Capítulo 65
Paco de Lamasón, Marcel Vanderberghe,
Yaroslav Kornelyuk. La historia de Ken.
Paco de Lamasón.
Me llamó mucho la atención como Loli, cerrando y abriendo las manos, las restregaba contra el césped y dejaba caer unas lágrimas por sus mejillas. Loli se despintaba las uñas ...
Marcel Vanderberghe.
Cuando un amigo que estaba de paso en mi casa me habló de la Virgen peregrina de Garabandal, sin dudarlo, nos decidimos a acogerla una semana en mi casa en diciembre de 1994. Yo conocía las Apariciones de Garabandal desde hacía sólo dos años. La señorita Rossi nos pasó documentación y un videocasete relatando los hechos.
Cuando la Virgen salió de mi casa estaba curado ...
Yaroslav Kornelyuk.
La mayoría de las personas que, como yo, vienen de un país con la ideología comunista, son espiritualmente muy pobres. Satanás quita la espiritualidad de la gente y eso es la verdadera pobreza, es lo mismo que privarse de todo lo bueno, que es lo que viene de Dios.
Recobré la FE y con esto toda mi vida; además nuestra Madre Santísima me curó por medio de una medalla besada en Garabandal...
La historia de Ken.
No me lo podía creer, mis médicos estaban impresionados. El beso dado por la Bendita Madre en el lejano Pueblo de Garabandal me curó de dos tumores cancerosos ...
Pequeña imágen de la Virgen del Carmen de Garabandal
que se venera en el llamado Pino de la Virgen.
Paco de Lamasón.
Barcelona, 28 de junio de 1997.
Soy natural de Lamasón, a doce kilómetros de Garabandal, me llamo Paco; este suceso ocurrió cuando yo tenía doce años de edad.
El 25 de julio de 1961 me desplacé a Garabandal en compañía de un amigo con el deseo de presenciar las apariciones que un mes antes habían comenzado.
Quedé muy impresionado con los éxtasis que ví allí.El 10 de septiembre del mismo año volví a Garabandal. Después de más de cinco horas de camino por senderos de montaña llegué a Garabandal a las dos de la tarde, visité la casa de algunos vecinos conocidos de mi familia y mi sorpresa fue grande, pues se encontraban allí Mari Loli y Jacinta, dos de las niñas videntes.
Una de las niñas se estaba pintando las uñas, era Loli.
Al preguntarle por las apariciones nos dijo que a las cinco de la tarde tenía aparición en los pinos.Con tiempo suficiente subimos a los pinos en compañía de Loli y Jacinta y nos sentamos junto al pino en el que hoy se encuentra la imágen de la Virgen. Mi impresión fue muy grande cuando, a las cinco, nuestra conversación se cortó, dejándonos con la palabra en la boca, porque Loli, que fue llamada por la Virgen, entró en éxtasis.
Yo la veía mover los labios, como hablando en silencio, y gesticular con las manos. Me llamó mucho la atención cómo Loli, cerrando y abriendo las manos, las restregaba sobre el césped y dejaba caer unas lágrimas por sus mejillas.
No me perdí detalle de lo que allí estaba ocurriendo por tener la gran suerte de vivirlo tan cerca. Mi gran sorpresa fue cuando Lolí terminó de hablar con la Virgen y nos dijo que la Virgen la había pedido que quitase la pintura de las uñas y por eso su gesto de restregar las uñas contra el césped para quitarse la pintura y poder agradar a la Virgen.
Hoy, después de 36 años, no me he olvidado de aquello; todo lo que sucedió allí, en Garabandal, me impresionó mucho.
Marcel Vanderberghe:
Marcel recibe en su casa a la Santísima Virgen y cura de su enfermedad.
Dice Marcel:
Me llamo Marcel Vanderberghe, tengo 55 años, estoy casado y soy padre de cuatro hijos. Vivo en la región de Bruselas y trabajo en una firma de sanitarios controlando la salida de mercancías y además, soy el responsable del abastecimiento de las sucursales.
Desde primeros de septiembre de 1994 tuve que dejar de trabajar; después de varios exámenes, a veces dolorosos, me comunicaron el diagnostico:
hernias discales.Gracias a la competencia y vigilancia del médico que me trataba pude evitar la intervención quirúrgica; el reposo y un tratamiento adecuado consiguieron mantenerme en pié. Ahora bien, durante este período, por consejo de mi médico, pasé varios tests que me hizo un neurólogo.
Ya no podía casi escribir ni incluso firmar. El resultado era este:
-- temblor en la escritura, enfermedad rara, pero actualmente bien conocida, sin demasiada esperanza de curación, pero existiendo una posibilidad de estabilización.
Por tanto, ante mí tenía algunos años para poder trabajar pero el horizonte se ensombrecía terriblemente.
Cuando un amigo, que estaba de paso en mi casa, me habló de la
Virgen peregrina de Garabandal, sin dudarlo nos decidimos a acogerla una semana en mi casa en diciembre de 1994. Yo conocía las Apariciones de Garabandal desde hacía dos años. La señorita Rossi nos pasó documentación y un videocasete relatando los hechos.El día anterior de su partida, por la tarde, podía extender y levantar las piernas, cosa que yo casi no podía hacer sin dolores. Si puedo levantar las piernas, pensé, probablemente también pueda escribir; milagrosamente pude hacerlo.
Al día siguiente por la mañana volví de nuevo a levantar las piernas y a escribir. Era una confirmación de que no era un sueño; la curación estaba clara. Entonces me dirigí a casa del ortopédico como había convenido y me dijo que todo marchaba muy bien. Al día siguiente fui a casa de mi médico que se sorprendió mucho y me confirmó la neta mejoría.
Se extrañó gozosamente de saber que yo escribía de nuevo, diciéndome que él no había intervenido en esto para nada.
Para mí estaba claro:
Ha sido la Santísima Virgen María que me ha curado. Ella ha sido la mediadora que ha intercedido por mí ante su Hijo; Jesús ha hecho el resto.
¡Gloria y alabanza al poder y a la bondad de Dios!.
Yaroslav Kornelyuk.
Yaroslav Kornelyuk
Warren, Michigan, EEUU.
En febrero de 2001 leí un artículo titulado,
"Mi Curación Milagrosa" por Pietro Hrynchyshyn, en la revista ucraniana "SVITLO". Leí cómo la Bendita Madre besó medallas, rosarios y anillos de matrimonio que las niñas de Garabandal le daban a besar y que estos besos de la Santísima Virgen harían prodigios. Esto yo lo creí.La mayoría de las personas que, como yo, vienen de un país con la ideología comunista, son espiritualmente muy pobres. Satanás quita la espiritualidad de la gente y eso es la verdadera pobreza, es lo mismo que privarse de todo lo bueno, que es lo que viene de Dios.
Hace seis años, sentí un fuerte dolor de columna. Era tan malo que a menudo me era difícil incluso levantarme de la cama. Estaba seguro que tendría este problema para el resto de mi vida. Era especialmente duro para mí tener cuidado con el frío porque durante muchos años, en Ucrania, me gustaba nadar fuera en invierno; después me frotaba con nieve, a pesar de la fria temperatura del aire.
Seis semanas antes de mi viaje a Toronto, empecé también a tener dolor en el estómago, el hígado y el bazo. Nunca quise ir a médicos porque no tuve necesidad de ello. Pensé que las personas que tenían las medallas besadas por Nuestra Señora en Garabandal me ayudarían. En cuanto a mi problema de columna, no pensé que curaría del todo.
El 4 de julio de 2001, viajé a la Catedral de la Transfiguración en Markham, Ontario, al norte de Toronto. Me confesé, oí la Santa Misa seguida de la Oración de Sanación presidida por el Obispo
Roman Danylak, que nos visitaba desde Roma.Me puse en la fila donde estaba Helen Rozeluk, una señora muy amable, con una sonrisa repleta de caridad cristiana. En la otra fila estaba Michael Rozeluk.
Cuando llegué a Helen, ella me saludó:
-- ¡Gloria a Jesucristo!.
Es un saludo muy común en Ucrania. La respuesta a este saludo es:
-- ¡Gloria por siempre!.
Rara vez se oye este saludo en América.
Helen me dió a besar la medalla besada por Nuestra Señora en Garabandal, España. También me dió a besar un Crucifijo que tiene un trozo pequeño de la Cruz Verdadera de Jesús. Hice la Señal de la Cruz y besé la medalla y el Crucifijo.
Oí orar a Helen pidiendo la gracia de mi curación y el perdón de mis pecados. Sentí un frío intenso atravesando mi cuerpo. Estaba como en un trance feliz.
Cuando finalmente me recuperé, estaba lleno de felicidad. ¡No había dolor en mi cuerpo!.Volví a mi casa en Warren, Michigan, cerca de Detroit. Después de venir a mi hogar, decidí tomar una ducha. Al principio puse el agua tibia, después agua caliente y después un buen remojón de agua fría; me di cuenta que ya no tenía problemas con el agua fria. La mañana siguiente me levanté sin ningún dolor, los dolores que tenía al levantarme desaparecieron.
Dos dias después, el primer viernes de julio de 2001, volví a Toronto a la Catedral de la Transfiguración para dar gracias a Jesucristo y Su Bendita Madre por mi curación milagrosa.
Deseo de todo corazón a Michael y Helen Rozeluk las mayores bendiciones de Dios y muchas gracias celestiales del Niño Jesús, por la intercesión de Su Madre María y Su Santo Esposo José para que continuen difundiendo las Apariciones y Mensajes que la Santísima Virgen María dió en Garabandal para el mundo entero.
La historia de Ken.
Ken no se podía creer que curaría completamente de su cáncer.
Dice Michael:
Después que Helen y yo volvimos de Garabandal, tras mi curación inesperada allí en 1994, dí a besar a otros la medalla de Garabandal. Desde entonces han sucedido cosas maravillosas a mucha gente.
Joey Lomangino, después de rezar por mí con su medalla, me dijo:
-- Recuerda, todo lo que yo puedo hacer es rezar por usted, lo demás está en manos de Dios. Fué así que Dios me curó por mediación de Joey cuando puso la medalla besada por la Bendita Madre en mi columna. Todo lo que yo hago es dar a besar la medalla y Orar. Siempre digo a todos:
-- Dad gracias a Dios, no a mí.
Porque es Él quien hace todo.
Helen y yo fuimos invitados a una casa particular a dar una charla sobre Garabandal. Aceptamos gustosos la invitación. Rezamos el Rosario y después mostramos el video documental sobre Garabandal.
Hablamos acerca de mi curación milagrosa y entonces di a besar mi medalla, que es grande como la de Joey.
Un hombre muy enfermo se acercó y me pidió que rezase por él. Tuve miedo de esto porque yo no había hecho esto antes. Recordé las palabras de Joey:
-- Recuerda, usted acaba de ser tocado con la medalla. Dios hace lo demás.
¿Cómo podría negarme a dar a besar la medalla?.
El nombre de este señor es Ken. El me dijo que pusiese la medalla en un lado de su cabeza. Tenía un tumor maligno en la cabeza, estaba muy enfermo y era tratado en un hospital de Toronto. Iba a recibir un tratamiento de radioterapia que debía empezar pronto. Fue por esto que sus amigos organizaron esta reunión y nos invitaron.
Loli da a besar a la Virgen rosarios y medallas. La Santísima Virgen dijo: "Por medio de los Besos que he dado, mi Hijo hará prodigios".
Coloqué la medalla de Garabandal en el lado derecho de su cabeza y mi mano derecha en el lado izquierdo. La medalla se volvió caliente y este calor atravesaba la cabeza de Ken de lado a lado. Rezé el Padre Nuestro y el Avemaría. Rezé con fe y total confianza. Cuando terminé de rezar, Ken se sentía bien y dijo:
-- ¡Gracias!.
En nuestra casa, Helen y yo rezamos por Ken, dando gracias Dios y a Madre María. Estábamos seguros que Ken había recibido una gracia muy especial.
Pasaron unos meses cuando llamó Ken por teléfono. El me dijo que después de aquel día era capaz de comer mejor y que el cancer secundario que tenía en la garganta había desaparecido.
Cuando Ken volvió al hospital para su tratamiento de radioterapia, los médicos le hiceron unas radiografías. Quedaron impresionados porque allí ya no había tumor cerebral, no era necesario el tratamiento de radioterapia.
¡El cancer había desaparecido totalmente y sólo quedó un pequeño hueco donde estaba el cancer!.Pero Ken todavía no creía que estaba totalmente curado y creyó que lo despedían porque ya no había remedio para él. Creyó incluso que todos le mentían para que no tuviese miedo de morir.
Así pasó varias semanas, muy deprimido, hasta que fue a un psiquiatra que le convenció de que los médicos le habían dicho la verdad y que él estaba realmente sano.
Ken volvió a trabajar y empezó una nueva vida otra vez. Fue por esto que tardó un tiempo en llamarnos para decirnos lo que le pasó. Fue una gracia maravillosa de Dios por medio del Beso de nuestra Bendita Madre María.
A. M. D. G.