Las Apariciones de la Santísima Virgen María en San Sebastián de Garabandal

Capítulo 271

 

El Milagro de la Comunión visible de Conchita.

 

Un lugar muy especial.

El lugar escogido por Dios para la Comunión Visible de  Conchita.

 

Matilde, a la izquierda de la foto, está en el sitio desde donde ella vio todo, al pie de las escaleras de su casa. Su hija Olguita señala el lugar donde cayó Conchita de rodillas. Al fondo se ve ropa colgada en la casa de Avelina.

Matilde estaba afuera, al pie de las escaleras de su casa. Conchita vino a este lugar y al llegar frente a Matilde, que estaba allí, cayó de rodillas.

 

¿Por qué sucedió frente a la casa de Matilde y justo delante de ella?

Muchas veces, las niñas, en éxtasis, vinieron a darle a besar el crucifijo a Matilde y decía que su casa era tan ruin que no quería que entrase la gente pero las niñas solas sí. Esto lo pedía con frecuencia: que una niña le viniese a dar el Crucifijo a besar. Con frecuencia, alguna de las niñas venía a solas a su casa, le daba a besar el Crucifijo y Matilde se ponía muy contenta de esta delicadeza de la Virgen para con ella.

La Santísima Virgen tuvo esta gran delicadeza con ella. Trajo a Conchita justo a los pies de ella para que viese el Milagro de la Comunión visible.

 

Matilde lo describe así:

El Milagro de la Forma sucedió delante de mi casa. Conchita vino con el Crucifijo; yo estaba en mi casa, oí el ruido de la gente y salí. Porque eso pasó justo delante de la entrada de mi casa. Conchita asomó por ahí, por esa esquina y yo estaba abajo, en la escalera de la casa, y, delante de mí, Conchita se cayó e hincó de rodillas.

Entre las manos juntas tenía un Crucifijo. Yo vi la Forma sobre la lengua. Era una Forma más gruesa que una Forma normal, más blanca, a mí me pareció más blanca, como brillante o muy blanca.

Tuve tiempo de verla bien; lo que pasó es que yo me emocioné y me subí para arriba a decírselo a mi marido. Subí, sin terminar de verse la Forma. Yo no hice nada más que verlo y subir a decírselo a él. Cuando bajé, ya se había marchado. Había mucha gente, cantidad de gente.

Foto: Pepe, José Díez Cantero, el albañil, señala con su mano derecha el lugar de la Comunión visible de Conchita, de la que él fue testigo. Es el mismo sitio que dice Matilde.

A la izquierda de la foto y al fondo, se ven las escaleras que suben a la casa de Matilde. En las fotos que siguen se ven los detalles.

1.- Huerto y casa de Conchita, junto a la fuente.

2.- Lugar de la Comunión visible. Conchita fue de 1 a 2 por la línea roja que sale de la puerta de su casa hasta casa Matilde.

Se pueden ver los detalles en las fotos que siguen:

 

Huerto (a la izquierda de la foto), cerrado por un muro, y casa de Conchita (a la derecha). Ella salió de su casa, giró a su izquierda, hasta la esquina de la casa, en la parte derecha de la foto; ver foto siguiente.

 

Da vuelta a la esquina derecha de su casa (en la foto), avanza por donde el grupo de establos, gira a la izquierda y sube por la primera calleja.

 

Conchita, subió por la primera calleja a la izquierda, y al llegar a donde estaba Matilde y, delante de ella, cayó de rodillas. 

 

La Hora de la Comunión Visible.

Fue cerca de las doce, hora solar española. En España tenemos una hora adelantada = GMT + 01:00 horas, en invierno, y dos horas = GMT + 02:00 horas, en verano. Faltaban dos horas (y unos veinte minutos más por el meridiano de Garabandal) para la media noche solar.

Conchita NO podía, en el calendario litúrgico, comulgar el mismo 18 de Julio de 1962, porque era la fiesta del pueblo y «ya había comulgado por la mañana» en la iglesia del pueblo. Pero sí podía comulgar a partir de las doce, hora de reloj, porque ya era el día siguiente litúrgico. Sin embargo, por el día solar, era el 18 de Julio de 1962 todavía hasta las dos y veinte de la mañana.

Fue cerca de las dos de la mañana, faltaban unos minutos, para la media noche solar, cuando recibió la tercera llamada de la Santísima Virgen y San Miguel Arcángel se le apareció y la llevó al lugar indicado y después de Comulgar ya vino la Santísima Virgen.

Aquí se ve claro que la Santísima Virgen, que siempre hace la Voluntad de Dios, TODO lo hace bien.

 

Otro punto que se debate con frecuencia es si la Forma era, o no, mas gruesa de lo normal.

La que vio Conchita era una Forma normal. Pero Conchita vio la Forma que traía el Ángel pero NO vio lo que pasó en su lengua. Dice Pepe Díez que apareció de repente, en la lengua de Conchita, una Forma NORMAL, como las que da el Sacerdote, una preciosa Forma blanca, la que vio Conchita, pero inmediatamente que estuvo en su lengua se vio que estaba "viva" y creció en grosor y tamaño, como se ve en la foto más abajo, y despendía un luz blanca como no se vio otro blanco igual. Tenía Vida y Luz propia. Dios estaba allí.

Dice el doctor Jean Caux, testigo:

-- Se manifestaron dos mil años de cristianismo. Dios estaba allí. Este día sentí un dolor inmenso de mis pecados y fue el día de mi conversión.

 

El Milagro de la Comunión visible de Conchita.

Conchita anunció que el 18 de Julio de 1962, durante la Comunión que recibiría de manos del Ángel, se vería la Forma en su lengua. Ella llamó a este milagro el "Milagrucu", un milagro pequeño, porque ella, en sus éxtasis, siempre veía la Sagrada Forma pero dijo que este día también la vería la gente, como así sucedió.

D. Alejandro Damians consiguió sacar, de noche, algunos fotogramas de los últimos instantes de la Comunión visible de Conchita.

De uno de estos fotogramas es esta fotografía.

El Sr. Obispo de Santander, D. Eugenio Beitia Aldazabal, se interesó por este film y escribió a D. Alejandro Damians solicitando una copia del mismo ya que "podía ser de gran interés y servicio para la Iglesia".

En varios capítulos de esta historia se pueden leer los testimonios de los testigos de este Gran Milagro, entre ellos los de Pepe Díez, Benjamín Gómez, Miguel González, Doctor Caux y Alejandro Damians.

Se puede ver, en la foto que sigue, que la Sagrada Forma tiene LUZ propia y un halo de luz alrededor. Según el testimonio de Pepe Díez, apareció de repente y como una Forma normal, pero viva, y fue creciendo en espesor y circunferencia, con vida propia en su interior.

Según el testimonio de Benjamín Gómez, la LUZ que desprendía la Forma era una LUZ muy agradable, como todo lo divino, y de un blanco muy brillante que sin embargo no cansaba nada la vista.

También dijo Benjamín que el blanco de la Sagrada Forma no se parecía a ningún otro de la tierra, es decir, que no puede verse toda su blancura ni su brillo en una foto por las limitaciones de esta.

Dios, en su infinito Amor, ha querido darnos este obsequio de su Amor, una prueba visible de que Él está "real y verdaderamente" presente en la Santísima Eucaristía.

 

 

A. M. D. G.

 


 

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