Las Apariciones de la Santísima Virgen María en San Sebastián de Garabandal
Capítulo 310
Conversión de Catalina contada por Chon de Luis.
Catalina (Catherine) recibe su Primera Comunión
de manos del Padre Ramón María Andreu S.J.
El encanto de las Apariciones:
Sofía González del Pueblo de Cosío, entre otras cosas, dice:
"esto tiene cada vez más encanto, yo he subido ocho días seguidos, he subido a las cinco de la mañana, a las ocho de la noche y a pesar de la inclemencia del tiempo no siento ni cansancio ni fatiga, hemos visto cosas tan divinas que es imposible poderlas describir, anoche precisamente se han visto detalles que de no ser lo que nosotros creemos sería imposible que ningún ser humano pudiera hacerlo, además entramos con las niñas en las cocinas y por todos los sitios por donde van en éxtasis."
Pequeña historia de la Señorita Chon de Luis, contada por ella misma. Conversión de Catalina.
“El día 25 de julio, 1961, me fui a pasar unos días a Santander, invitada por una amiga, se puede decir que fui obligada, ya que no quería perder ni un solo día al lado de Catherine (Catalina), la francesa sin religión, que desde el pasado año parece ser que la puso Dios en mi camino, habiéndose convertido para mi en una verdadera obsesión su conversión, ya que desde el principio vi en ella que la Virgen obraba con verdadero interés, ocurriendo casos providenciales por mediación de la Virgen de Fátima.
Al no quererme separar de Catherine, por ser su estancia de vacaciones corta como el pasado año y reconociendo en mi una gran responsabilidad en su conversión, parece ser que este viaje a pesar mío, al que me vi obligada aceptar, fue providencial, ya que en Santander me enteré de las apariciones, sentí gran emoción pensando que si esto fuera verdad, sería el broche de la conversión de Catherine. Estaba completamente segura de que si la Virgen se aparecía a estas niñas, tendría verdadero interés para Catherine.
Enseguida volví a Burgos para seguir mi apostolado de solo mes y medio, siempre con la preocupación de que al regreso a Paris, en el frío ambiente de su familia, madre protestante y padre judío con dos hermanos sin religión también como ella, sufriría un bajón como el año pasado, por esto al enterarme de lo que sucedía pensé enseguida en Catherine.
En Burgos, nadie sabía nada, de Santander nada me decían tampoco, por lo que pensé que nada habría, pero a pasar de todo yo seguía pensando, quizá por pensar que de ser cierto podía ser la verdadera conversión de Catherine.
Pasó el tiempo sin saber más, Catherine recibió carta de sus padres diciéndola que el día 25 de Agosto, la esperaban en la frontera francesa, para que les acompañara en su viaje de excursión, para estar de regreso en París el día 1º de Septiembre, comentamos el viaje tan estupendo que iba a hacer, un poco más tarde se presentó en mi habitación diciéndome que había escrito a sus padres, para decirles que prefería quedarse unos día más en Burgos y que se reuniría con ellas en París el día 1º. Catherine me dijo que el verdadero motivo de no ir con sus padres de viaje era que había un domingo por medio y que con sus padres de viaje no podría ir a Misa. Este año estaba bastante preparada a pesar de ello yo seguía teniendo miedo a su estancia en París, pero resultó que esos 5 días de viaje que ella ofreció a Dios, por oír Misa el domingo, fueron premiadas de tal manera, que providencialmente nos enteramos de lo que ocurría en San Sebastián de Garabandal ocasionándonos un viaje, que ella considera el más feliz de su vida.
Después de escribir a sus padres, salimos de compras, como yo la quería hacer un regalo, la pregunté qué quería, entre las mil chucherías que hay en los comercios, ella me pidió una Cruz, para llevar con su Medalla, entramos en una joyería y allí me dice la dueña: Quería estar contigo, ya que en Santander estabas tan interesada en las apariciones, me presentó a su cuñado, que había estado varias veces y venía impresionado, nos contó "Santí" lo que había visto y tomó gran interés por conseguirnos un viaje, por ser muy pocos días que la quedaban a Catherine en España, desde este momento no pensamos más que en poder ir. Cuando terminamos de rezar el Rosario nos llamaron por teléfono para decirnos que al día siguiente por la mañana nos llevaban a Garabandal.
Domingo, 27-8-1961. Fuimos a San Sebastián de Garabandal, no vimos nada ya que el éxtasis sucedió en casa de Loli y no pudimos entrar, allí en la puerta había un señor que muy nervioso no hacía más que repetir, que aquellos ruidos que se oían no eran sobrenaturales, sino preternaturales, diabólicos, más tarde nos enteramos que era un Salesiano vestido de paisano, pero a pesar de esto Catherine no perdía su confianza (quizá ésta fue la primera vez que ella oyó hablar del poder que tiene el demonio), cuando termino el éxtasis salía D. Valentín de casa de Loli, entonces se acercó D. Valentín, mejor dicho a D. Valentín el Salesiano y se fueron.
Bajamos a Cossío, donde esperamos al día siguiente a Santí y familia que venía desde Suances para reunirse con nosotros.
Lunes, 28-8-61. Subimos con Santí y familia al pueblo, nos presentó a D. Valentín, a quien le explicamos la situación de la francesa, después de hablar con él nos fuimos a ver a Conchita, su madre nos dijo que estaba en el río lavando, allí, la encontramos. La dijimos que pidiera a la Virgen por Catherine y por sus padres, para que se convirtieran. Conchita sintió gran entusiasmo por Catherine (Catalina), la hizo varias preguntas y resultaba emocionante ver a las dos juntas hablando de sus cosas, las dimos varias medallas para que se las besara la Virgen. Conchita contaba a (Catalina) cómo fueron las primeras apariciones, también nos contó cómo se había muerto el P. Luis y que hablaban con él, aunque no le veían, después nos dijo que ya sabían el Mensaje, yo la pregunté que si terminaban las apariciones el día 18 de Octubre. Y me contestó que no, que a lo mejor durarían tres años. Conchita preguntó a (Catalina) cuándo se iba a bautizar y la dijimos que como tenía 19 años, sería mejor esperar a que tuviera 21 años, pero Conchita todo se la volvía a preguntar. Por qué sus padres no la dejaban y otras preguntas que la hacía la niña.
También nos contó Conchita que hablaban con el P. Luis en cuatro idiomas, nos dijo el Ave María en griego, y que había hablado con él en francés. Entonces la dijo a (Catalina) que la hablase en francés un poco, que la gustaría mucho que sus padres se convirtieran. Preguntamos a Conchita que si sabía lo que había dicho y contestó la niña, sí, lo de sus padres que quiere que se conviertan.
Conchita nos dijo que ella se acuerda de alguna palabra de las que había hablado en francés con el P. Luis, la dijimos que la dijera algo en francés a Catalina y la niña la dijo: “Comment allez-vous.” (¿cómo te va?)“Quelle heure est-il.”(¿qué hora es?) La niña la dijo no tengo reloj. Comieron ella y su madre con nosotros, y fue un día feliz, sobre todo para Catalina.
Por la tarde fueron las cuatro niñas al Rosario, no cesaban de mirar todas a Catalina, fue para ellas como algo especial que iban a dedicar ese día a la Virgen.
Más tarde nos dijeron que en casa de Jacinta, estaba también Lolita, y que tenían una llamada de la Virgen, yo ya sabía por Conchita que antes de venir la Virgen, reciben las niñas tres llamadas interiores. El padre de Loli bajó a la calle y dijo: “Que suba la francesa.” Subimos las dos, había otras tres señoras, los padres de Jacinta, los de Loli, también estaba un chico que en una libreta apuntaba lo que decían las niñas en su éxtasis; las niñas estaban sentadas esperando ya la última llamada, hablamos con ellas y las dimos nuestras medallas que habíamos recogido en la casa de Conchita porque ella nos dijo que no tendría llamada ese día.
Pregunté a Loli y Jacinta cuántas llamadas tenían y me dijeron tres menos un poco (el breve tiempo de la tercera llamada que precedía la Aparición), las pregunté qué eran tres menos un poco, ellas se sonreían, pero no me contestaron, preguntaron si Mari Cruz, otra de las niñas seguía en éxtasis, entonces me enteré que Mari Cruz estaba en éxtasis en la ventana de su casa, yo me imaginé que ese “tres menos un poco” sería que esperaban a que Mari Cruz terminase. Así debió ser, ya que nada más terminar Mari Cruz vino D. Valentín de casa de Mari Cruz y las dos niñas acaban de entrar en éxtasis.
Un poco antes de entrar las niñas en éxtasis dijo Loli, “Voy a coger agua bendita, porque nos han dicho que es el demonio,” entró en la habitación y sacó un frasquito con agua bendita, que tiraba por el suelo, se sentó junto con la otra niña y dejó el agua detrás de su banco; un poco más tarde entraron en éxtasis las dos niñas. Sentadas, con la mirada siempre en el mismo sitio y la cabeza levantada hablaban pero no se oía nada, después decían: “Ha sido el Salesiano, ha sido el Salesiano,” esto lo repetían, después las niñas se sonreían y estaban muy contentas; luego decían: “No es Católica, no es Católica, sólo tiene 19 años, la faltan dos años, no es católica, está sin bautizar, sus padres, sus padres,” así repetían las niñas.
Dieron a besar medallas y al llegar a la de Catalina, dice Loli, “esta la suya, la suya,” la elevaba con insistencia, subió mi rosario (yo las había dicho antes de entrar en éxtasis, que con este rosario ha rezado la francesa, sus primeras oraciones) está atado con otro, le subieron dos veces y separado el mío decían: “Este, este, sus primeras oraciones.” Loli buscaba de nuevo la medalla de Catalina sin encontrarla, la niña decía era como un corazoncito. D. Valentín me preguntó qué medalla buscaba, le dije que era un grupo de medallas, todas juntas, donde había una de Catalina. La niña llevó la mano detrás de su banco, donde también había dejado el frasco del agua bendita, antes de entrar en éxtasis, y cogió las medallas que elevó de nuevo y decía: “Esta es la suya, ésta, ésta.” Cogió el frasco, tira al alto el poco de agua bendita que contenía, de tal manera, que sin estar Catalina enfrente de la niña la cayó sobre ella.
Catalina que en aquellos momentos estaba emocionada, se impresionó y echó la cabeza para atrás, en este instante yo, al ver el movimiento de cabeza de Catalina, miré y pude apreciar perfectamente cómo encima de Catalina caía todo el agua que contenía el frasco. Puedo asegurar que a mí no me cayó nada de agua bendita aunque yo estaba junto a ella, casi pegada.
Terminando el éxtasis pregunté a Catalina porqué se retiró cuando le caía el agua bendita y me dijo que se impresionó al ver que la caía el agua bendita encima de su cabeza y que al retirarse la mojó también el vestido. Todo esto sucedió con un frasco tan pequeño que parecía imposible que pudiera contener tal cantidad de agua como la cayó encima.
Yo no me acordaba de que también las había dado a una de las niñas una imagen pequeñita de la Virgen de Lourdes—que el año pasado regalé a Catalina. Pues Lolita buscaba esta imagen que había dado yo a Jacinta, muy insistente y parecía nerviosa, y como si la hubiera indicado la Virgen donde estaba la encontró a un lado, a los pies de Jacinta—todo ello como siempre con la cabeza en alto y mirando a un punto fijo—cogió la Virgencita, la elevó, se puso de pié, subió las brazos, les forzaba como si quisiera subir la Imagen más alta, entonces Jacinta que también estaba en la misma posición (sentada) que ella de éxtasis, coge a Loli por las rodillas, la sube en alto como para que ésta alcanzara, las dos con las cabezas para atrás, rígidas y mirando al mismo sitio, siempre arriba, la cogió como si fuese una pluma, sin el menor esfuerzo, cuando Jacinta la bajó, Loli decía, “Yo, quiero dársela yo,” y se acercó a Catalina, buscó el bolsillo de su chaqueta y dice, “Aquí está el bolso,” y le metió la Virgen en el bolsillo, las dos niñas hicieron una inclinación en frente de nosotros que parecía como si se fueran a caer, después Loli se inclinó de tal manera en frente de Catalina que pensamos que se iba a caer, tanto se inclinó que D. Valentín (el párroco) puso la mano entre Catalina y la niña, indicándonos que no tuviéramos cuidado que no se caía.
Se sentaron las dos niñas, hablaban bajo, después rezaron una estación a Jesús Sacramentado, daban besos a la Virgen, se sonreían, decían, “no te vayas, estate un poco más,” se santiguaban las dos al mismo tiempo y lo repitieron varias veces, con la misma exactitud.
Cuando volvieron a su estado normal Loli muy contenta nos dijo: “Hemos dicho a la Virgen que nos habían dicho que era el demonio, y Ella se ha sonreído.”
Cuando nosotras volvimos a Burgos nos encontrábamos en casa con una tarjeta de Lourdes que mandaban los padres de Catalina desde allí, donde nunca habían estado a pesar de ser gente que viaja mucho y su madre es de muy cerca, decían que Lourdes era muy bonito y les había gustado mucho, esto impresionó mucho a Catalina, que jamás oyó en su casa hablar para nada de religión.
(firmado)
Ascensión de Luis SagredoPor sus cartas, Chon sabía que Catalina rezaba todos los días. Catalina ya había decidido que quería hacerse Católica y el 20 de Octubre de 1963, el Bautismo tuvo lugar en la Catedral de Burgos. Para su nombre bautismal, eligió "María del Carmen" lo cual Conchita había sugerido con insistencia. La ceremonia fue presidida por el Padre Ramón María Andreu S.J., hermano del finado Padre Luis Andreu.
Catalina dijo: "Sentí una paz interior como nunca la he sentido antes."
Recibió su primera Santa Comunión en las Teresianas y un almuerzo festivo fue servido por las Esclavas, donde recibió pequeños obsequios de todos los que asistieron, incluyendo el de Máximo Foerschler cuya conversión del Protestantismo estaba también directamente relacionada con Garabandal.
Al día siguiente, Catalina y Chon fueron a la iglesia de los Jesuitas, a la capilla contigua de la Virgen de Fátima para hacer una visita de acción de gracias. Fue aquí donde Catalina, por primera vez, entregó su alma y corazón a Jesús y María. Después, retornaron a casa y fueron a la habitación de dibujos de Chon, donde ella conservaba unas pocas ramas de los pinos de Garabandal, secas y pequeñas, que ya tenían un año, y cuyos últimos vestigios de fragancia podían solamente detectarse sosteniéndolas bien cerca de la nariz. Entrando a la habitación, sintieron un fuerte aroma a pinos que llenaba toda la habitación. Chon y Catalina entendieron que esto era una señal de que la Virgen estaba feliz.
Catalina permaneció en Burgos por casi dos años enseñando Francés en una escuela regentada por las hermanas Salesianas. Sus Padres aceptaron su bautismo y vinieron a Burgos donde Chon de Luis los recibió en su casa. Se sorprendieron ambos de hacer tan rápido una amistad mutua.
A. M. D. G. et B. M. V.
Ad Maiorem Dei Gloriam et Beatae Mariae Virginis
A Mayor Gloria de Dios y de la Bienaventurada Virgen María.