Las Apariciones de la Virgen María en San Sebastián de Garabandal

Capítulo 9

 

Testimonio del P. Alfredo Combe
 y del P. François Turner, O.P.

 

El Padre Alfredo Combe fue  párroco en Chazay d’Azergues, Lozanne, Francia.  Jubilado y viviendo en Aix, continuó su incesante esfuerzo por hacer conocer el mensaje de Garabandal en su país y en los vecinos.

    De vieja estirpe campesina de la parte central de Francia, el Padre Combe nació en una villa montañosa más alta y más pequeña que San Sebastián de Garabandal y tan pobre como ésta al tiempo de las apariciones. A los 10 años, era un muchacho joven y educado, y cuando leyó un libro sobre el Cura de Ars, escuchó el llamado del Señor: “Si solamente quisieras ser un sacerdote... ¿No querrías ser Mi sacerdote?”  Se trataba de una voz interior, y él todavía recuerda su tonalidad y su dulzura. Así ese niño dejó todo para seguir a Jesús.

    En el largo camino al sacerdocio, la formación solía ser muy ardua en ambas esferas, en la del estudio y en la de la espiritualidad. La disciplina era estricta y el joven Alfredo pasó 13 años en varios seminarios. Este joven demostró muy pronto ser un trabajador incansable, usando su abundante energía como estudiante y como deportista. Su memoria hacía malabarismos con los verbos irregulares del Latín y el Griego, y sus manos mostraban su destreza en juegos de pelota en el campo de práctica y en el Estadio. Era particularmente afortunado en un aspecto: tener excelentes profesores de filosofía y teología.

    Recibió el permiso del Papa para ser ordenado sacerdote a la edad de 23 años, el más joven en su clase. Su obispo inmediatamente lo nombró profesor en un seminario para vocaciones tardías. Algunos de sus seminaristas eran sus amigos mas mayores.

    Hasta su retiro, estuvo a cargo de una apacible y vieja parroquia en Beaujolais, un distrito de Burgundy famoso por su vino. Se sentía honrado de tener entre sus parroquianos a algunos de los discípulos directos de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars.

    Comprometido a lo que el llama “la causa de Garabandal”, tiene un buen sentido común para cuantificar los problemas, minimizándolos y  resolviéndolos,  y una maña especial para simplificar aquello que primeramente parecería complicado.  Esa es la razón por la cual si tenia una duda importante sobre  cualquier asunto, simplemente tomaba su Peugeot y viajaba hasta Roma para aclarar ciertos temas con hombres prominentes de la Iglesia. Era una de sus maneras de ser un Católico “Romano.”

Entrevista con el P. Alfredo Combe.

P: ¿Podría decirnos, Padre, cuándo y cómo usted escuchó por primera vez acerca de Garabandal?

R: No soy testigo de las apariciones ni un trabajador pionero en este tema. Pertenezco a la segunda generación. En 1963, recibí una información a grandes rasgos sobre Garabandal del Padre Materne Laffineur y creí totalmente, pero no fue hasta Octubre o Noviembre de 1967, que conocí a Conchita en Burgos. El resto es deducible. Semejantes cosas son inolvidables.

    La mayoría de mis documentaciones sobre Garabandal proceden de tres fuentes principales; primero que nada, las videntes, especialmente Conchita; segundo, de los más importantes testigos tales como el Padre Lucio Rodrigo, el querido P. Valentín Marichalar, el P. José María García de la Riva, el P. Julio Porro Cardeñoso, el P. Laffineur, y muchos otros, sacerdotes, religiosos y laicos entre los cuales no debo olvidar, por supuesto, a los habitantes de San Sebastián de Garabandal, tan abiertos y tan confiables; y tercero, del estudio personal que hice de este tan importante carisma, con la colaboración de teólogos y “trabajadores,” como Ud. dice, alrededor de todo el mundo.

P:  ¿Se encontró con grandes dificultades al propagar el mensaje?

R:  Ciertamente, especialmente al principio. La feligresía era constantemente prevenida al respecto desde los púlpitos. Artículos desagradables y ásperos aparecían en los periódicos católicos oficiales y no oficiales contra los pequeños encuentros que sosteníamos aquí y allá para divulgar las noticias y el Mensaje. La oposición y el rechazo del Clero eran casi completos. Este fue el período heroico. Luego un día tuve la idea de realizar un dosier confidencial que sería enviado a todos los Obispos. Como recuerdas, el P. Laffineur y yo trabajamos en este informe y los obispos lo recibieron. Eso fue a finales de 1969. De ahí en adelante tuvimos, sino una paz perfecta, al menos más libertad.

P:  ¿Desde aquel entonces ¿ha habido muchos cambios , entre los clérigos franceses, y de Europa en general?

R:   Sí, un montón. Entre la gente de Dios solo en Francia, los amigos de Garabandal suman, creo, al menos 600.000 en los años 70-80.   Facilmente realizamos reuniones con más de 800 personas en una sala de conferencias. Entre los sacerdotes  - Estoy hablando de aquellos obedientes al Papa – más y más están abiertos al Mensaje de Garabandal. En lo que respecta a los obispos, temo que no estaría lejos de la verdad si dijera que casi ninguno muestra algún interés por lo que llamamos revelaciones privadas, o dicho de otro modo, carisma de profecía, hablar en nombre de Dios. Esto obviamente va en detrimento de la Iglesia y en contra de las enseñanzas del Concilio Vaticano Segundo acerca de los dones del Espíritu Santo.

P:  ¿A través de qué medios difunde Ud. el Mensaje de Garabandal en su país y en los otros de Europa?

R:   Primero, están los sobrenaturales, me refiero a la gracia de Dios. Si en verdad este Mensaje viene del cielo, entonces el Espíritu Santo, Autor de todos los carismas, debe tomar cuidado de ello. Y esto es lo que uno puede ver en este caso de Garabandal difundiéndose por todo el mundo. Es un carisma que se mueve desde lo hondo. “Yo haré todo,” dijo Nuestro Señor a Conchita en una locución.

    Están también la enorme importancia de la oración, los sacrificios y sufrimientos que a los amigos de Garabandal se les invita continuamente a ofrecer al Señor. Cuando la Bendita Virgen prometió que los enfermos presentes en el gran Milagro de Garabandal serán curados, ¿no indicó acaso la importancia del sufrimiento si este es ofrecido por la redención del mundo? Debemos ser muy cuidadosos en invitar a nuestros enfermos a ofrecer su parte en la Pasión de Cristo para el cumplimiento y la difusión del Mensaje salvador de Nuestra Señora del Monte Carmelo.

P:   Sí, Padre, estamos de acuerdo. ¿Ha visto Ud. algunos buenos frutos espirituales a consecuencia del Mensaje de Garabandal?

R:  Puedo dar extensos testimonios en ese punto. Este mensaje convierte y también lleva a una vida más santa. Este Mensaje inspira a las almas generosas a solicitar la admisión en los seminarios, o a los conversos a servir al Señor. Conozco el caso de varios seminaristas preparándose para el sacerdocio y varias Hermanas en el camino de la perfección a causa de Garabandal. Y luego, por supuesto, están las curaciones impresionantes.

P:   ¿Cómo organiza la difusión del Mensaje de Garabandal?

R:  El Mensaje debe ser difundido al mundo, en forma profunda y extensa. Por profundo me refiero a, ¿cómo podemos nosotros difundir el Mensaje si no demostramos su importancia y urgencia para nuestro tiempo? No es suficiente simplemente mantenerse repitiendo las palabras del Mensaje. Debemos asimilar cada frase, a través de un estudio serio donde la teología, la  vida espiritual y la práctica pastoral se encuentren en forma conjunta. Esa es la razón por la cual, gracias al Obispo misionero José Bretault, hemos  publicado muchos folletos en francés sobre cada punto del Mensaje. Estos folletos  están siendo muy solicitados  por sacerdotes y Hermanas.

    Un estudio en profundidad de los Mensajes también se hace a través de libros serios que examinan críticamente los hechos de Garabandal, los testimonios y el Mensaje en sí mismo, para presentarlos luego en la más clara luz posible.  Así, hemos impreso en Francés el libro del Padre José Pelletier, «Nuestra Señora viene a Garabandal», reimpreso «Toute le Peuple l’Ecoutait (Todo el Pueblo La Escuchaba, titulado en la versión en Español «Oh Hijos, escúchenme») por Roberto François, como también una nueva edición ampliada de «Garabandal - El Pueblo habla», de Ramón Pérez.

P:  ¿Podría decir algo sobre la importancia de estos libros para Garabandal?

R:  Con todo gusto. Un libro serio sobre Garabandal es beneficioso para el Mensaje de Nuestra Señora porque se propaga en todas las direcciones, entre los teólogos y autoridades eclesiásticas, y entre la gente de Dios. Un libro serio compele a la mente humana a buscar la verdad. Si un libro es serio, será tarde o temprano traducido a otras lenguas e irá alrededor del mundo.

P:  ¿ A qué se refiere cuando dice que debemos divulgar el mensaje “en forma extensa”?

R:   Me refiero simplemente a esto; el Mensaje debe hacerse conocer en todo el mundo.  Y esto es lo que se está haciendo tan admirablemente por nuestro mutuo amigo, José Lomangino, con su hermosa revista, GARABANDAL, y otras actividades apostólicas. Esto también lo hacemos en Europa con la incómoda dificultad de nuestros idiomas diferentes. Publico un boletín dos veces al año para los amigos de Garabandal. Se envía totalmente gratis, principalmente a los franceses, pero también a otros países, predominantemente Europeos.

    Considero a las conferencias públicas como de vanguardia en la difusión del Mensaje. Se realizan en todas  las ciudades de cierta importancia, algunas veces en los pueblos, de Francia, Suiza y Bélgica. Debe notarse que siempre algunos sacerdotes, Hermanos y Hermanas están presentes. Por supuesto, me gustaría hacer lo mismo en Alemania, Austria e Italia pero esto es imposible a causa de la diferencia idiomática. Sin embargo, observo y sigo los esfuerzos de los trabajadores de esos países, hasta donde sea posible. Por ejemplo, sé que en Hungría los trabajadores son muy activos. Todo esto supone un trabajo considerable, mucha correspondencia y un montón de viajes en automóvil, llevo mas de  250.000 kilómetros al servicio del mensaje de Nuestra Señora.

P:   ¿En qué consisten sus conferencias o charlas?

R:   Usualmente la charla tiene dos partes: primero, el documental fílmico (en versión francesa) de Dick Everson, con unas pocas explicaciones, y luego me explayo sobre el Mensaje. A veces enfatizo una parte, y otras veces otra parte. Luego trato de demostrar cuan importante y cuan urgente es. La conferencia dura una hora y media o dos, y termina siempre como comienza, con una oración.

 Ahora el video “El Mensaje de Garabandal” está disponible ya en mas de 25 idiomas. Informaciones al respecto se obtienen en los Centros de Garabandal en todo el mundo.

P:   ¿En promedio, cuántas personas asisten a una charla?

R:   Varía bastante, dependiendo de la ciudad. Por ejemplo, en un viaje en Brittany hablé a 2.000 personas en 6 disertaciones. Hablo a alrededor de 30.000 personas por año.

P:   ¿Cuántas charlas da, digamos en una semana o un mes?

R:   No lo sé, es algo contínuo.  En dos ocasiones, en Bélgica y Suiza, en ambos países di diez charlas en una semana, a razón de dos por día.

P:   ¿Con cuántos países está Ud. en contacto?

R:   Treinta y cuatro.

P:   ¿En qué otros países ha dado conferencias mas recientemente?

R:   Suiza, en los comienzos de noviembre último. Fue realmente extraordinario porque a mitad del viaje, el abad de un monasterio Benedictino me pidió hacer un desvío para que compartiera con ellos mi información sobre Garabandal. Así, di una conferencia a monjes benedictinos. Había como 60 personas todas juntas, todos los monjes, cerca de 20, otra gente relacionada con el monasterio tales como benefactores, y unos pocos sacerdotes. El más entusiasta era el cura párroco local. Fue una conferencia muy importante porque se trataba de un monasterio donde hay un continuo fluir de gente yendo y viniendo constantemente, lo cual es usual en los monasterios Benedictinos Europeos. Déjeme agregar que voy,  asímismo, a otros monasterios y conventos, y he mostrado el filme en dos conventos Carmelitas por separado. 

P:   ¿Tiene algunos otros trabajadores con Ud.?

R:   A donde voy tengo amigos que preparan mi llegada. Pueden ser dos, tres, o tanto como diez, uno de los cuales es la persona encargada.  Me piden que venga, logramos un acuerdo sobre la fecha, y voy.

P:   ¿Tiene algunos consejos para la gente que difunde el Mensaje?

R:   Cada trabajador debería estar lleno del fuego del Monte Carmelo, consciente que el trabajo pastoral de la Virgen Bendita a través de sus Apariciones, es uno de los medios más eficaces para la santificación de la Iglesia. Y un segundo punto, ya que los eventos están prestos por venir, debería haber cierto aire de urgencia.

    Hay algo más, un puñado de noticias.

    El 5 de julio del año pasado (1983), estaba yo en Fátima como guía espiritual de un considerable grupo de peregrinos. En ese ínterin, pedí ser recibido por el anterior obispo de Leiria (Obispo de Fátima). Dijo que sí.  A las 8.30 pm. fuí recibido y nos encontramos, solamente nosotros dos, durante tres cuartos de hora. Yo sabía que a este Obispo (quien frecuentemente veía a Sor Lucía, no actualmente pero sí un tiempo atrás)  se le pidió ir a ver a Conchita dos veces. Yo había conocido al Obispo por vez primera en 1961. Aquí están los puntos principales sobre los cuales platicamos.

    Lo primero que dije fue, “Esta es la segunda vez que nos vemos. La primera fue en 1961.” Le recordé de nuestro encuentro.  En aquella oportunidad, él me había obsequiado una estatua peregrina de la Virgen Nuestra Señora de Fátima, la cual eventualmente llegó a mi iglesia en Chazay d’Azergues. Luego le dije, “La segunda vez que lo ví fue en una fotografía, en la casa de una Señora a quien Sor Lucía le había pedido a Ud. que visitara, y que vive muy lejos de aquí,  Conchita,  en Nueva York.” Te cuento la historia tal como sucedió.

      Inmediatamente, el Obispo se levantó y cayó a mis rodillas. Luego tocó su anillo indicándome que lo besase.  Después de besar el anillo, tomó mis manos entre las suyas, y me dijo esto que recuerdo perfectamente:

      “ Padre Combe, he comprendido todo.  Sea Usted, que difunde los Mensajes de  Nuestra Señora del Monte Carmelo de Garabandal, bendecido y recompensado por este trabajo,  que es apostólico porque este Mensaje es el mismo de Fátima pero para nuestra época, adaptado a nuestro tiempo.”   Le pregunté a que se refería al decir “adaptado a nuestro tiempo”. El respondió, “lo que la Bendita Virgen no pudo decir en Fátima en 1917 sobre la crisis del sacerdocio y la crisis doctrinal, especialmente la Eucaristía, porque no existían tales crisis en ese entonces, ni  la reacción contestataria que existe ahora, lo dijo luego claramente en Garabandal”.

    Continuó explayándose, “ Es (Garabandal) extraordinario en sus perfiles proféticos, porque es la primera vez a mi entender, que un Milagro coincidirá con un gran evento en la Iglesia, lo cual tendrá como consecuencia que el caracter profético de Garabandal sea inmenso”.

    Me puse muy felíz de tener esta confirmación de lo que yo ya había sospechado, que Garabandal era una continuación de Fátima. Al final de nuestro encuentro, le pedí al obispo su bendición y él me la dió no solo a mí, sino a todos aquellos que trabajan conmigo para difundir el mensaje. Después de esto, el Obispo me pidió a mí, mi bendición.

    El fue el anterior Director/Presidente del Ejército Azul y el que había traído la tercera parte del mensaje de Fátima al Papa Juan XXIII en 1960. Es un Obispo santo.

P:   Y ahora la última pregunta.  ¿Es verdad que Ud. vio en uno de los anotadores del Padre Rodrigo Llanos, S.J.  (uno de los confesores de Conchita durante el tiempo de las apariciones), donde Conchita decía que el Santo Padre visitaría Garabandal?

R:   Estoy dispuesto a jurarlo sobre el Evangelio. Sucedió unos pocos meses antes de la muerte del Padre Rodrigo (30 de mayo, 1973) cuando fui a hacerle una visita. Mientras hablábamos, se levantó súbitamente, fue a su escritorio y cogió un cuaderno de anotaciones eclesiásticas. Empezó a ojearlo buscando una página en particular, la encontró y me la mostró. Aunque no conozco el español muy bien, leí lo que estaba escrito en la página izquierda y luego lo traduje. Esto es lo que decía: “La Virgen ha dicho a Conchita, primero, que el Santo Padre iría a Tierra Santa.” Y el Padre Rodrigo escribió debajo de esto, “Cumplido.” Luego, decía que “el Santo Padre iría a Fátima.” Y el Padre Rodrigo escribió abajo, “Cumplido.” Y tercero, “ el Santo Padre irá a Garabandal.” Y el Padre Rodrigo escribió, “estamos esperando.”

P:   ¿Cree Ud. que esto sucederá antes del Milagro?

R:   Sí, eso es lo que creo.

Testimonio del P. François Turner, O.P.

Una entrevista con el P. François Turner, O.P.

Después de haberse enterado por primera vez de los sucesos de Garabandal en 1966, el padre François Turner, O.P. de Blois, Francia, ha sido un estudioso de estas apariciones. Trabajando a la par con el Profesor Jacques Serre de París, ha hecho el estudio más completo sobre los eventos que ninguna otra persona fuera de España. Ha escrito numerosos artículos y bajo el sobrenombre literario de Robert François, ha dado autoría al libro, OH HIJOS ESCUCHENME, el cual a sido impreso en Francés, Inglés y Alemán.

 Adicionalmente ha elaborado una obra educativa de 24 criterios en defensa de la autenticidad de Garabandal. En mayo de 1992, el Padre Turner fue el orador principal invitado al Seminario Mariano en Columbus, Ohio. Después del Seminario visitó el Centro de Garabandal en New York.

ENTREVISTA.

R.G: Sus padres son Americanos. ¿Cómo vino a vivir a Francia?

P. Turner: Nací en Francia. Mi padre era un médico americano en París pero solo para pacientes americanos. El era un ciudadano estadounidense y mi abuelo vino de Boston. Mis padres, ambos, estaban en la Iglesia Episcopal de París en la Avenida Jorge V.

R.G.: ¿Cómo llegó a ser un sacerdote católico?

P.T: Fui criado en la Iglesia Episcopal por un tiempo y luego en una Iglesia Protestante en París. Luego, más tarde perdí mi Fe. Eso fue a la edad de 14 años.

R.G.: Ud. También asistió a Harvard, ¿es eso correcto?

P.T.:  Eso fue después de mi bachillerato en Francia. Fui a los Estados Unidos pensando en quedarme en América. Tenía las dos ciudadanías. Pero luego de dos años de estudio en Harvard, fui llamado al servicio militar en Francia y fui. Allí entonces, sin saberlo, perdí mi ciudadanía estadounidense. Serví en la milicia por dos años y luego otros seis meses. Después de eso la guerra (II guerra mundial) se desató. Estuve de militar durante la guerra.

R.G.: ¿Cuándo entró al sacerdocio?

P.T.: Después de estudiar el Latín, lengua que no conocía, entré al seminario diocesano de París y me quedé allí un año. Luego, me uní a los Dominicos y pasé un año en el monasterio Dominicano de París. Fui ordenado en 1947.

R.G.: ¿ Cómo se enteró sobre Garabandal?

P.T.: En 1966, una mujer española me solicitó que acompañara, como director espiritual, a un grupo de jóvenes de Tarragona, España. Acepté, fui ahí y pasé una noche en un seminario. En el comedor de la casa del profesor en el seminario, vi un folleto en español, sobre estas supuestas apariciones. No le presté mucha atención porque estaba bastante mal impreso. Sin embargo, pensé que podía ser algo serio, aunque no necesariamente. Luego de vuelta en Francia, en octubre de ese mismo año, un sacerdote de Blois me preguntó si yo había escuchado sobre las mismas. Respondí, sí, pero muy poco. Me pidió que tratara de conseguir más documentación ya que el estaba interesado. Y así, me puse en contacto con el padre Laffineur.

El padre Materne Laffineur, un sacerdote belga que vivia en Francia, fue el pionero en la difusión de los Mensajes de Garabandal en este país.

 R.G.: ¿Le proveyó el padre Laffineur de alguna documentación?

P.T.: Oh sí. Su libro, Estrella en la Montaña, que ya se imprimió. Lo obtuve, lo leí, y me interesé al respecto. Pero a esa instancia estaba solo interesado. No había resuelto nada porque sentí que debía ser primeramente estudiado. No creí que su libro fuera materia de estudio, sino que se trataba de un texto que relataba un cierto número de hechos pero sin ninguna investigación en profundidad. Sentí como que sería algo bastante bueno mantenerme en contacto con el padre Laffineur, en parte porque, después de todo, parecía ser algo serio, genuino, pero por supuesto no estaba seguro. De hecho, solamente llegué a considerar a Garabandal como genuino alrededor de 1978.

    En ese entonces, habia comenzado a elaborar mis criterios. [Veinticuatro criterios en defensa de la autenticidad de Garabandal]. Me llevó ocho años. Antes de escribir veinticuatro criterios, comencé con siete y luego quince. Estos criterios fueron tomados de una  parte, de los hechos de los eventos de Garabandal, y de otra, de estudios que hice en una biblioteca en Poitiers donde empleé varias semanas. Estudié a los buenos autores, a los antiguos autores, en tales temas como apariciones, revelaciones y experiencias místicas en general, y luego apliqué estos principios al caso de Garabandal. Llegué a la firme opinión de que era genuino.

R.G.: Los aspectos negativos de Garabandal tales como el veredicto de la primera comisión y las dudas y negaciones de las videntes ¿representan un tropiezo o escollo en su estudio sobre los eventos?

P.T.: No, no en absoluto. De hecho, una cosa que me llamó la atención fue la debilidad de las objeciones hechas acerca de la autenticidad de Garabandal, indistintamente vinieran ellas de la primera comisión o de otra gente, usted sabe, ya que toda clase de gente ha presentado objeciones. Y recuerdo que un día Jacques Serre me contó, “No hay aspectos negativos sobre Garabandal.” Y pensé, bien, después de todo, tiene razón. Porque los aspectos negativos que fueron propuestos eran inconsistentes, especialmente aquellos presentados por la primera comisión.

   Aquellos que presentan las dudas de las videntes como aspectos negativos, simplemente no parecen conocer que en los casos de Santa Teresa de Avila , Bernadette de Lourdes y los videntes de Pontmain, dudas del mismo tipo son bastante numerosas y son casi siempre la regla. Lo que me sorprendió en demasía fue que el trabajo de la primera comisión simplemente no estaba terminado. Don Valentín (que fue párroco de Garabandal) me comentó que alguien le había preguntado si la labor de la comisión estaba terminada. El respondió, “No está terminada, no ha comenzado.”

R.G.: Alrededor de 1970, el entonces obispo de Santander, Monseñor José Cirarda, a través del Secretario de Estado Vaticano, se las arregló para hacer circular una carta a todos los obispos de la Iglesia, la cual sin condenar a Garabandal, hablaba sin embargo en términos absolutos de que el movimiento no debería ser difundido. Por lo menos en algunos lugares, esa actitud todavía persiste hasta hoy. ¿Cuál es la posición oficial de la Iglesia sobre Garabandal ahora?

P.T.: Para comenzar, el obispo Cirarda no es la autoridad  sobre las apariciones de Garabandal o los mensajes. En un tiempo lo fue, pero ahora ya no. Actualmente se encuentra un obispo cuyo nombre es Vilaplana quien recientemente sucedió al obispo del Val, y él es la autoridad.  Y el obispo Vilaplana no actúa de una manera o de otra. El considera el caso de Garabandal como una asignatura abierta.

 Recientemente, recibió a mi amigo, Ramón Perez (autor de Garabandal – El Pueblo habla) y le dijo que se mostraba  abierto al tema de Garabandal  y que actuaría de acuerdo a lo que la Santa Sede le señale, sea lo que sea. Hay un dossier en Roma sobre Garabandal que fue hecho por una comisión cuádruple establecida por el obispo del Val, su trabajo duró desde 1985 hasta septiembre de 1991. Este conjunto de documentos en Roma está siendo estudiado. De esto prácticamente tengo certeza. No puedo decirle exactamente por qué estoy tan seguro ya que debo ser discreto.

R.G.: ¿No es más bien un tanto inusual que la Santa Sede estudie apariciones, como si se opusiera a que las mismas sean investigadas a nivel diocesano?

P.T.: Sí, no me parece muy común. Pero la Santa Sede está solamente verificando lo que se hizo en Santander. Quieren proceder en un nivel más elevado, como una corte de apelaciones, entiende?. ¿Por qué? Bien, aparentemente porque la difusión de estos mensajes ha alcanzado el mundo entero. No es un asunto local como Pontmain. Pontmain nunca pasó a ser más que un affair local, y podría dar otros ejemplos de apariciones que tuvieron lugar en Francia. Y fueron todos locales excepto en el caso de Lourdes. 

Lourdes realmente llegó a ser internacional. Está siendo más internacional este año, 1992, de lo que nunca ha sido. Así, en tales circunstancias, cuando se torna ciertamente internacional, la Santa Sede siente que debería intervenir como una corte de apelaciones.  Todo esto se hace en completa discreción.

R.G.: ¿ Sabe algo Ud. sobre esta investigación más reciente? ¿sabe Ud. quienes son los investigadores?

P.T.: Lo único que sé es que estaba compuesta primero por un grupo de cuatro jóvenes sociólogos, dos mujeres y dos hombres y un quinto que se sumó más tarde. Los cuatro primeros eran gente laica, y el quinto era, creo, un sociólogo Dominico. La segunda parte de la investigación fue el aspecto psicológico. No sé quienes fueron los investigadores en esta etapa, ni cuántos. Y luego quedaba el lado teológico y el espiritual, tampoco sé quienes ni entre cuantos lo hicieron. El (el obispo del Val) mantuvo eso en secreto.

R.G.: Ud. hace unos pocos años que conoce  al Obispo del Val. ¿Cuándo lo conoció por primera vez?

P.T.: Fue en 1976 y desde entonces me he encontrado con él prácticamente cada año, tanto en su oficina como en Lourdes, o en ambos lugares.

R.G.: ¿Qué percibió Ud. sobre la actitud de él hacia Garabandal al comienzo cuando recién lo conoció?

P.T.: Bien, para comenzar, el era extremadamente gentil, extremadamente discreto y estaba extremadamente al tanto de lo importante que era todo lo acontecido. La forma en que se comportaba era sumamente cortés; me hizo sentar en un sillón acolchonado, y cosas así. Estaba contento de que pudiéramos hablar en Español aunque él hablaba francés fluidamente. Poco a poco noté que parecía estar sumamente interesado. Era un buen pastor. Muy inteligente. Esto, por supuesto, no responde enteramente tu pregunta, pero es difícil responder semejante cosa.

R.G.: Pero a lo largo de los años, ¿vio Ud. algún cambio en su actitud hacia Garabandal en algún punto?

P.T.: Bien, parecía estar más cordial. Me trataba cada vez con mayor amistad, abrazándome en frente de la gruta de Lourdes, por nombrar un caso. Pero si él hubiese estado cambiando su punto de vista hacia Garabandal, evitaría en todo sentido demostrarlo. Y si yo tuviera algo que decir al respecto, sin duda lo haría.

R.G.: Personalmente ¿ piensa Ud. que él creía en Garabandal?

P.T.:  Lo que creo es que con su prudencia, prudencia normal desde luego, tenía que conducirse de la manera apropiada. 

R.G.: ¿Permite la Iglesia a la gente promover el mensaje de Garabandal en la situación actual?

P.T.: Desde el anterior obispo de Santander, el obispo del Val (por los últimos 20 años) nunca ha actuado contra la promoción de Garabandal y ya que el actual obispo de Santander se muestra tan abierto, no creo que los promotores de Garabandal necesiten permiso alguno. Si en una diócesis, el obispo prohibiera difundir los mensajes, creo que se debería tomar en cuenta su punto de vista particular, para mantener la paz en la Iglesia. Pero si uno considera que la paz en la iglesia no está en juego, y que uno puede dar una conferencia privada o mostrar diapositivas en un salón privado o auditorio, bien, creo que podría hacerse, ¿por qué no? si no se está alterando la paz eclesial.

 El padre Combe (el principal promotor en Francia), como tu sabes, era bastante firme en ese aspecto. Mientras el obispo no presente una prueba de que el hecho haya sido “condenado”, se puede perfectamente seguir adelante. Eso es lo que él hace, es su manera. Otra persona tendrá otra forma de proceder. En un país, la mayoría de la gente tendrá una manera de actuar mientras en otro, tendrán una distinta.

R.G.: ¿Qué hay acerca de la carta de 1970 del Cardenal Seper, la cual parecía una declaración en contra, muy elaborada? Para la gente que no está muy bien informada sobre Garabandal, especialmente en lo concerniente a los acontecimientos más recientes, y juzgan el caso de acuerdo únicamente a lo asentado en documentos antiguos de la iglesia, la carta del Cardenal Seper puede parecer una advertencia contra Garabandal. ¿Es esa carta un documento oficial?

P.T.: Lo dudo. Dudo que sea un documento importante. ¿Por qué? Para comenzar, el Cardenal Seper falleció años atrás. Segundo, su pronunciamiento no estaba basado en alguna investigación suya, personal, sino simplemente en el “dice que” de otro obispo. Y luego, hoy día, la situación es completamente diferente. Hay otro Cardenal ocupando su lugar. Y además en la Santa Sede la investigación continúa. Los documentos han sido enviados a la Santa Sede para lo que yo llamo el estadio final de las investigaciones. Después de estas investigaciones, no restará nada más que el actuar de la Santa Sede, como también el actuar del Obispo. Eso será todo.

R.G.: ¿Ha hecho el Cardenal Ratzinger alguna declaración referente a Garabandal?

P.T.: No puedo responder esa pregunta. Hay cosas que sí puedo responder pero esa no. Creo que no sería apropiado para  mi. Lo que puedo decir es esto: el acontecimiento de Garabandal es importante a sus ojos. El Sr. Hivbier ha visto mi libro [Oh Hijos, escúchenme] sobre el escritorio del Cardenal Ratzinger, así que ciertamente Ratzinger debió haberlo buscado. No le habría tomado más que unos pocos minutos echar un vistazo a la tabla de contenidos para tener una idea de lo que se trataba. 

Gente con su tipo de mentalidad y su diáfana inteligencia entenderá muy rápido, en pocos minutos, si es digno de considerarlo o no. En algunos casos, apariciones falsas pueden ser reconocidas como tales por cualquier teólogo en dos minutos. En otros casos toma bastante tiempo.

    Como dije en Columbus, Ohio, hay solo tres maneras todas juntas de encontrar la verdad. Primero porque es obvio. Segundo, a través de una demostración, un profesor de física o matemáticas hará una demostración. O tercero, porque uno es una autoridad en la materia, y la ha estudiado en extenso y la conoce muy bien. Ese es mi caso. No puedo evitar decirlo de esta manera. 

Y no hay una cuarta manera de conocer la verdad, ni a través de los sentimientos, pensamientos ni nada por el estilo. Lo que simplemente agregaría es que en el caso de las apariciones y cosas similares, la gracia ayudará, porque hay un aspecto espiritual en esto. Si uno está en estado de gracia, si uno es espiritual consigo mismo, bien, Dios le ayudará a elucidar la falsedad o autenticidad de una aparición.

A. M. D. G.

 


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