Las Apariciones de la Virgen María en San Sebastián de Garabandal

Capítulo 17

 

Testimonio de Maximina González, tía y madrina de Conchita.

 

Un dia, en tiempo de las Apariciones, se había perdido la llave de la puerta de entrada de la casa de Maximina. Ella se lo dijo a Conchita para que le preguntase a la Virgen.

Conchita vino en éxtasis y con la mirada hacia lo alto, guiada por la Virgen María,  extendió la mano y  sin mirar al suelo encontró la llave que estaba donde Maximina tenía la leña.

Maximina muestra la llave de la puerta de su casa. Es la llave que Conchita encontró en un éxtasis.

A la entrada de la casa de Conchita. Maximina a la izquierda de la foto y Conchita en el centro. Joey Lomangino escucha la conversación sentado en el banco. Cetuco, hermano de Conchita, hace unas albarcas(madreñas).   

 

Maximina González:

Yo la primera vez que me enteré, el primer dia me enteré, pero de esto que decian que no fuéramos que no era verdad que en fin que yo no me atreví a ir allá. Y ya después, a los cuatro dias, yo creo que a los tres o cuatro dias ya me dice Aniceta: Ay, sí, sí, es verdad que es de Dios que la mi hija ve algo.

Entonces vamos allá este mismo dia y al llegar allá y ver aquellas cuatro crias, como vimos, en éxtasis, sin mover los ojos, sin mover nada, nada, nada, que se veían rígidas totalmente, nos impuso tremendamente, a mi muchísimo me impuso.

En aquel momento pensaba totalmente que era verdad.

Cuando las ví la primera vez era cuando el Angel. Sí, porque me recuerdo que en aquellos dias ellas todavia no hablaban. Entonces Don Valentín, el párroco,  les dijo: "preguntadle que qué quiere de vosotras" y ellas decian: "¿qué quieres de nosotras?", pero no contestaba y estando así decian ellas, parece que vemos un ojo, ... un letrero, ... que veian numeros romanos que los escribió un profesor que estaba aquí en casa de Taquio.

Estos números eran la fecha en que se había de dar a conocer el Primer Mensaje.

Copiaron los numeros romanos que veian allí, en el letrero. Estuvieron unos cuantos dias esas Apariciones del Angel, pero no hablaban ellas, nada mas que veían.

Conchita viene con el botijo:

Un dia estaba yo en la cocina con los dos niños. Tenian me parece que cuatro y cinco años, y en esto que Pepe Luis se pone a beber agua y me tiró el botijo con el agua en el suelo. El botijo no me lo rompió pero me entornó el botijo. Entonces le reñí y me enfadé bastante porque me tiraba el agua y en este mismo momento pues que dan golpes a la puerta, fuertes, entonces bajo abajo y la puerta estaba de media abajo cerrada y de medio arriba estaba abierta y lo primero que veo es los brazos de Conchita para atrás con un botijo.

Me pareció que era una reprensión de la Virgen y dije: Ay, Virgen Santísima, perdóname, que lo que sobra es agua.

Yo me habia enfadao por el agua, fue un caso raro, porque en el mismo momento vino Conchita con el botijo.

Resulta que en casa de Conchita iban a cenar y al salir a la fuente tuvo éxtasis y en vez de ir a su casa vino a mi casa con el botijo. Yo abrí y subió arriba y se puso de rodillas con el botijo y alli estuvo hablando bastante.

Entonces, los de su casa la estaban buscando. En esto se levanta y va a la fuente, coge el botijo lleno de agua en éxtasis, va a su casa, posa el botijo, coge un Crucifijo que tenia allí, a mi me persignó me acuerdo fijamente, no se si persignó a todos los que estábamos alli y se fué con el Crucifijo a dar vueltas por el pueblo y terminó.

 

Conchita viene a poner las medallas a los niños:

Otra vez unos Señores de Barcelona me habian dado unas medallas, que aquí las tengo. Una es de San José para el hijo y otra de la Virgen del Carmen para la hija, con el nombre de cada uno, entonces yo se las dí un dia Conchita, le dije que se las diera a besar a la Virgen.

Una noche, en éxtasis, vino acá con las medallas, las dos en la mano, y los hijos estaban los dos, uno en cada cama. Viene en éxtasis a ponerles las medallas con la cabeza para atrás, mirando hacia arriba a la Aparición.

Sin saber cual era la medalla del uno ni cual era la del otro a cada cual le puso su medalla. Santiguó a los crios con el Crucifijo y se fué.

Las niñas rezaban el Rosario y daban el Crucifijo a besar a los visitantes:

Otra vez, de las primeras veces que vinieron acá, eran Conchita y Loli. Tenia aquí en casa dos señoritas de Burgos y en esto que vinieron a la noche en extasis, ellas estaban en la cama.

Estaban con el Crucifijo, mirando a la Virgen, y solian picar a la puerta con las rodillas. Yo les dije a estas señoritas: Aquí está Loli y Conchita en éxtasis.

Las señoritas daba pena de ellas, no acertaban coger la ropa, una vestía la manga de un lado, otra vestía la manga del otro, que se azoraban, claro, con las manos temblando y rezando con las niñas, porque las niñas venian rezando el Rosario cuando estas señoritas, y entonces les dió el Crucifijo a besar a las dos, siguieron rezando el rosario y siguieron dando vueltas por el pueblo.

 

Especial atención de la Virgen para los enfermos:

 Otra vez tenía aquí un Señor de Burgos. Tenía un hijo que tenía ventitres años. Era un chico muy majo. Este chico se le puso enfermo por el camino, le dolía el vientre y se le puso enfermo.

Al llegar aquí a casa el señor se apuraba mucho porque su hijo se le habia puesto enfermo. Decía, ¡ay que pena, que mi hijo se me ha puesto enfermo y no puede salir a los éxtasis!. ¿El médico está lejos?.

Le dije, pues sí, el médico está lejos y llamarle le va a costar caro, le va a cobrar mucho. Los sábados viene un doctor, pero no era dia sábado.

En ese mismo momento que se estaba lamentando llega acá el Doctor Ortiz que por entonces no venía mas que los sábados, pero estaba aquí ese dia.

Le dice: esto fue un resfriado, le dá una taza de leche caliente, una aspirina y nada, no le pasa nada. Entonces le dió eso caliente, pero el señor apuradísimo porque le metió en la cama y no podia ver éxtasis.

El chico era uno que estuvo de seminarista, que por una enfermedad quedó como de la mentalidad de un niño. Era como un niño, totalmente como un niño, un buen muchacho.

Había bastante gente y vino la primera Loli, iba entrando, pasando por las habitaciones y decia ella a la Virgen: ¿está en esta habitación?, ¿No?... ¿mas allá?...¡ah!. La Virgen la iba llevando a la habitación donde el muchacho.

Vá donde el muchacho, estaba durmiendo. Le decíamos, despierta. El despierta y ella de rodillas le dió el Crucifijo a besar, le persignó, y él besó el Crucifijo.

Le dicen a su padre que la niña, en éxtasis, estaba con el hijo. ¡Ay el señor!. Echaba las manos a la cabeza diciendo ¡pero cuanto a mí Dios me dá, pero ¡Dios mio!. Bueno emocionadísimo. Después vinieron Loli y Conchita otra vez, en éxtasis, a darle el Crucifijo a besar a este muchacho.

Venian en éxtasis y caian las dos de rodillas donde él, al lado de la cama, para darle Crucifijo a besar. Después las niñas salieron por el pueblo.

 

La Virgen santifica el hogar. Unas cruces proféticas para el niño.

Una vez tenía yo mucha gente en casa durmiendo y no tenía camas bastantes para todos, y algunas noches dejaba las camas para darlas a otras personas. Nosotros, muchas noches, nos acostábamos muy poco porque había dias que había éxtasis de noche y de dia, y yo tenia los hijos arredondeados con sillas para que la gente que entraba no me los viera así tan de frente.

Entonces viene Conchita en éxtasis y me hace cruces en las camas y cuando se iba para la escalera da para atrás, sin saber donde estaban mis hijos, que estaban en un rincón.

Con la cabeza mirando a lo alto, coge una silla, la hecha para atrás, queda un poquitín hablado con la Virgen y como sonriéndose cae de rodillas y les descubre los pies a los niños. Coge los pies del chiquillo y le hace una Cruz en los pies y dice: ¡ah, este va a ser Sacerdote!, y vuelve y le hace otra Cruz y le tapa los pies y después que le hizo la Cruz les dá el crucifijo a besar.

En este éxtasis, estaba aquí un muchacho de Bilbao, y me dice: ¡que vas a tener un hijo Sacerdote!, que lo está diciendo aqui la niña en éxtasis. Yo bien lo había oido. Este muchacho era seminarista por entonces y estuvo viendo este éxtasis igual que yo.

 

 La Virgen responde a dudas y preguntas que se le dicen con fé:

 Una noche tenia en casa durmiendo a Don José Ramón García de la Riva, ese Sacerdote de Barros. Mas o menos a las doce de la noche dan unos golpes a la puerta.

Entonces me llama el hermano de María Dolores: Maximina, levántate que está aqui Loli en éxtasis. Me levanto, abro la puerta, y lo primero que hace Loli me persignó, sin mirarme, con la cabeza para atrás, después sube arriba. Llama dando con las rodillas en la puerta de Don José Ramón.

Entonces digo: Don José Ramón, aquí está Loli en éxtasis. El estaba en la cama y dice: ¡que pase!. Abrí la puerta y habia un peldañuco que era dificil hecharse de rodillas y ella desde ese peldañuco se hecha de rodillas en la habitación. Era normal que ella hubiese hechado las manos adelante pero no las hechó. Se tiró de rodillas y cayó normal.

Yo tenia la fotografia de mi marido, que es muerto, a la derecha y el Padre estaba en la cama a la izquierda. Loli, de rodillas, va enfrente de la fotografia de mi marido y estuvo alli como el tiempo de rezar un Padre Nuestro. Y después va a la cama del Sacerdote y le dió el crucifijo a besar y le hace una Cruz en la almohada, estuvo un rato, se levanta,  sale y se va. Dice que fue una noche que dudó y dijo: pues si es cosa de la Virgen que venga a darme una prueba, y así sucedió.

Venian muchas veces en extasis a la casa y aunque no hubiese nadie en las camas, entraban en todos los cuartos y me hacian una cruz en las camas.

 

La Virgen besa objetos religiosos. Tienen una gran importancia, pues serán medio de curaciones y bendiciones. La Virgen dijo: por medio de los besos que he dado, Mi Hijo hará prodigios. Los que los lleven con devoción pasarán su Purgatorio sobre la tierra:

Había una familia de Barcelona que me mandaba muchas estampas para dar a besar a la Virgen y dije a Conchita, tengo en casa un montón de estampas para darte pero no las traigo.

Las había puesto en casa, en la cocina, en el fogón, en un rincón. No le habia dicho a Conchita tengo estas estampas en el fogón. Una noche viene a casa en éxtasis, directamente al fogón. Coge las estampas, se pone de rodillas y las da a besar a la Virgen una por una. Pero sin yo darle, ella supo el sitio y las fue a coger.

 

La Virgen escucha las peticiones personales con amor de Madre:

Un dia hablando así con Conchita, porque mucha gente hacia peticiones de unas y otras cosas y me dió por decirle a Conchita: a mi no me gusta pedirle a la Virgen nada mas que que me haga muy buena pero no quisiera que nunca me mentarias, mencionaras, en ninguan sitio.

Como a mi me imponian mucho los éxtasis yo nada mas que queria ser muy buena para estar mas cerca de Dios.

Un dia tuvieron éxtasis las cuatro niñas en el cuadro.

El "cuadro" es un lugar de la calleja donde al principio de las Apariciones se pusieron unos travesaños de madera para proteger a las niñas de las avalanchas de gente. Estas maderas formaban una especie de cuadro.

Había muchísima gente y fue un dia que vinieron dos muchachas con bastante escote en el vestido y nada de manga, que entonces no se llevaba pero hoy ya se anda así por todos los sitios. Hablaron muchísimo este dia las niñas. Una pedia por su papa, otra pedia por su buelo, etc.

Me recuerdo que Maria Cruz decia "yo, ¿que te voy a pedir?, ... a mi que me hagas mas guapa".

 

La Virgen quiere se vista con mucha modestia:

Y dicen ellas, ay, vinieron hoy por ahí unas chicas que a mí me daban ganas de taparla con un tapete, a mí con una manta, a mí con una sábana. Cada cual iba dando su opinion.

Seguidamente dicen las cuatro: "Viste con decencia si te has de salvar, las modas te arrastran al fuego eternal".

Seguía el éxtasis y hablaban muchísimo y dice Conchita:"y por esta que me manda pedir por ella que la hagas mas buena y que no la mente(mencione)". Como sabia que era yo, me puse nerviosa, creía firmemente que estaba hablando con la Virgen y al pedirle que me haga mas buena pues me emocioné.

 

La Virgen anuncia un terrible Castigo si no nos convertimos:

Cuando anunciaron el Castigo, esta noche de los gritos, fue la víspera del Corpus, pero la antevíspera del Corpus, Conchita estaba mala de una rodilla y tuvo un éxtasis en su casa y Loli y Jacinta tuvieron un éxtasis en el cuadro. Yo estaba mirando el éxtasis de Conchita en casa Conchita y mucha gente estaba mirando el éxtasis de las otras en el cuadro.

Entonces, Conchita, fue a buscar una cuartilla y un bolígrafo, con la cabeza hacia arriba mirando a la Aparición, y dice: ¡ay!, por esto están llorando ahora mismo Loli y Jacinta, ¡ay que pena!, no lo escribo yo, y se pone a escribir, con la cuartilla en el aire, una carta.

Escribió en una cuartilla, en el aire, y con un bolígrafo. Cuando terminó el éxtasis Conchita y también las otras, baja directamente la gente a casa de Aniceta(madre de Conchita) y decian ¡ay que gritos daban Loli y Jacinta!.

Y decíamos las de abajo ,¡ya lo sabemos! que todo lo que pasa arriba lo está diciendo aquí Conchita.

Este éxtasis fue la antevíspera del Corpus, en el que Conchita estaba mala de una rodilla. La Virgen le dijo que tenian que obedecer a los padres El médico le decía que tenía que estar en casa.

La Víspera del Corpus, creo que fue a las ocho de la tarde, al mismo tiempo, Conchita, Loli y Jacinta se juntaron en el cuadro y djeron que tenian que estar ellas solas que no fuera donde ellas la gente.

Entonces la gente nos quedamos a las afueras del pueblo, mucha gente que habia.

Se oian unos gritos que imponían bastante, a mi me imponía muchísimo, a la demas gente, por lo menos a la mayor parte también. Se oian unos gritos que daban miedo.

En esto que ellas bajan mas abajo, en frente del manzano, y cuando ellas bajaron corrimos allá. Yo estaba detrás de ellas mismas. Allí mismo estaba Julia(madre de Loli) y Aniceta(madre de Conchita).

Dijeron las niñas: ¡Ay, que no venga, que no venga,... llévanos junto a Tí, que no venga ... , que se confiesen todos primero... perdónanos... ! . Unos gritos tremendos.

Habia un Padre Franciscano y cada vez que las niñas gritaban el Padre Franciscano decia "diez Aves Marías a la Virgen de los Dolores". Se rezaban las diez Aves Marias y paraban los gritos, se paraba de rezar y volvían los gritos. Así varias veces. Duró bastante este éxtasis.

El dia del Corpus el pueblo fue a Confesar, a Comulgar, una Procesión preciosa y unas Comuniones como no había visto hacia tiempo.

Sobre el Castigo dice Conchita en uno de sus escritos:

"El castigo está condicionado a que la humanidad haga caso o no de los Mensajes de la Virgen y al Milagro. En caso de que suceda, yo sé en qué va a consistir, porque yo he visto el castigo; sí puedo asegurar que si viene es peor que si estuviéramos envueltos en fuego; peor que si tuviéramos lumbre por arriba y lumbre por abajo. No sé el tiempo que pasará para que Dios lo envíe, después de hecho el Milagro".

 

El AVISO que va a venir.

Dice Maximina:

Un dia estaba en mi balcón con una sobrina que vive en Santander y pasaba Conchita y le dije : ¡Ay Conchita, no sé que hojas traen por ahí de alguna cosa que impone!.

Dice ella, eso no importa, peor es lo que yo sé.

¡Ay, ¿el qué?!, digo yo.

Dice ella, el AVISO que va a venir. Si no hubiese sabido lo que era el Castigo decía que ¡qué más castigo que el Aviso que va a venir!.

¡Ay, Dios mío, ¿qué es?!

Una cosa que va a venir que va a durar muy poco tiempo.

¿Cuando vendrá?.

Pues yo no lo sé, todos los dias lo estoy esperando, no sé la fecha ni el dia ni nada yo lo estoy esperando todos los dias y a todas las horas.

Al otro dia le digo yo.

Ay, Conchita, yo desde que me dijiste eso tengo miedo. Cuando me voy a la cama miro a ver si veo algo.

Yo también tengo miedo, dice Conchita, y me pongo a mirar a ver si veo algo.

O sea que era cosa que se veia que venia de arriba, del cielo. Además, dice ella, que va a ser una cosa que de todos los sitios lo sentirán. Se verá que es cosa que viene de Dios. Que no es nada del mundo, lo que va a venir.

Y le dije yo, ¿y si nos vamos todos a la Iglesia?.

Eso pienso yo, pero ¿si se nos pone en tinieblas? ¡Uy!.

El AVISO se lo dió a conocer la Virgen a Conchita en una Aparición el 1 de enero de 1965. Estando Conchita sola en los Pinos, la Virgen María le habló del AVISO que va a venir.

Escribió sobre ello el 19 junio de 1965 al P. Laffineur que estaba en casa de Conchita en Garabandal con motivo del segundo mensaje recibido el dia anterior, el 18 de Junio de 1965.

Dice así el escrito:

“El Aviso que la Virgen nos va a mandar.

Será como un castigo, para acercar a los buenos aun mas a Dios y para advertir a los otros que o se convierten o tendrán su merecido. En que consiste el aviso no lo voy a revelar. La Virgen no me habló que lo dijera.

¡Dios quiera que, gracias al aviso, nos enmendemos y cometamos menos pecados contra El!”

Estando todavia Conchita bajo la impresión del contenido del Aviso, Conchita se lo dice a su tia y madrina Maximina quien dice:

“Me dijo que ibamos a sufrir cualquier dia un desastre horrible en todas las partes del mundo. De esto ya no nos salva nada. Los buenos para acercarlos mas a Dios. Los malos para que se enmienden. Dice que es preferible morirse a sufrir cinco minutos solo esto que nos va a venir. Dice que es horrible, que es cosa claramente del cielo. Lo sufriran en todas la partes del mundo. Tambien le dijo la Virgen que cuando suframos este castigo que no lo sintamos por nuestros dolores y penas, sino que lo suframos todo por amor a su Hijo por lo muy ofendido que le tenemos, porque no nos figuramos lo ofendido que tenemos al Señor.

¡Qué horrorosísimo tiene que ser, si yo lo pudiera decir como Conchita me lo dijo que, si no supiera del Castigo, qué mayor castigo que este!.”

 

Solo quedan tres Papas después de Juan XXIII:

 

Dice Maximina:

Esto de los Papas fue un dia que bajábamos de rezar en la calleja y fue el dia que se murió el Papa Juan XXIII.

Conchita: ¡Ay que pena que se murió el Papa, ya nada mas que quedan tres Papas!

Aniceta: ¿Que sabes tú?

Conchita: Pues lo sé, que me lo dijo la Virgen.

La primera vez que yo se lo oí bajábamos de rezar el Rosario en el Cuadro, y después de rezar el Rosario íbamos a rezar una Estación en la Iglesia y de la que íbamos a rezar la Estación fue cuando habló de esto, la primera vez que yo se lo oí.

 

La importancia de la Comunión diaria:

Si venía algún Sacerdote el Angel no les daba la Comunión. Un dia Conchita iba a Comulgar a los Pinos y fuimos las dos a los Pinos. Esuvimos hablando un poco. Tuvo el éxtasis, se puso de rodillas, se preparó, rezó el Yo pecador y el Señor mio Jesucristo, creo rezaban las dos cosas, y después Comulgó.

Yo no veía la forma, pero ví como tragaba, se le notaba el que tragaba algo, y después rezaba el Alma de Cristo y se persignaba al terminar.

Los Pinos, en un altozano, donde quedará una Señal permanente después del gran Milagro.

 

 

La Virgen quiere Oración, Sacrificios y Penitencia:

Estaba yo en la cama y a las dos o tres de la mañana dan golpes a la puerta. Me levanto y era Conchita en éxtasis, su Madre y el hermano. Me persignó a la puerta. Era una noche de invierno, tronaba, relampagaba, granizaba.

Fuimos a los Pinos y ella, al salir del pueblo, se puso de rodillas encima de la nieve.

En la foto una nevada en Garabandal. Los Pinos en lo alto. Sobre esta nieve subió Conchita de rodillas a los Pinos.

Subió de rodillas hasta los pinos, rezando el Rosario con la cabeza hacia arriba, con todos los granizos en la cara, bajó de los pinos de rodillas, al llegar al pueblo se puso de pié.

Se da la vuelta porque bajaba de espaldas, de rodillas para atrás.

 

La Virgen nos recuerda que debemos rezar por los Difuntos:

En el pueblo se puso de pié, se volvió de cara, fuimos hasta el Cementerio rezando también. Al llegar al Cementerio metió el brazo por la verja de la puerta dando a besar el Crucifijo a los que estaban dentro.

Volvímos del Cementerio, que estaba dificilísimo para ir allá, para nosotros pero no para ella. LLegamos a casa y ella igual de bien, como si no hubiese salido. Ella no se daba cuenta que habia salido.

 

Sobre estas visitas al Cementerio dice Don Juan Alvarez Seco:

Yo he rezado el santo Rosario con las videntes y con la Virgen, al igual que otras personas que también seguían a Conchita; en uno de los misterios se dirigía al Cementerio, por un camino lleno de agua y cieno.

¡Qué rosario más bien rezado por las videntes, y con cuánta devoción lo hacíamos los que las acompañábamos!; al llegar al Cementerio Conchita introduce la mano con el Crucifijo por entre las rejas, y lo da a besar al parecer, a los muertos, señalando unos más alto que otros, y como si estuvieran colocados en varios coros.

Cuando, al parecer, había terminado y después de andar unos cincuenta metros hacia el pueblo se vuelve Conchita al Cementerio, introduce la mano por entre las rejas como si al principio alguno no quisiera besar el crucifijo, o como si algún otro difunto se hubiera retrasado en besarlo. 

 

Es muy importante besar con amor el Crucifijo, besar a Jesús crucificado, nuestro Redentor. La Virgen daba a besar el Crucifijo a todos, también a los niños.

Otra vez Maria Cruz tuvo éxtasis en su casa y yo andaba por ahí mirando el éxtasis de Conchita, en esto me dicen: Maximina, Maria Cruz va en éxtasis a tu casa y va corriendo.

Vino a mi casa, subió directamente a la cocina. Tenia yo los hijos en la cocina solos. Los niños se metieron en el cornejal que llamamos, donde metía la leña.

Entonces yo vengo a casa y Maria Cruz de rodillas agarrando los crios para sacarlos fuera del cornejal. Vengo y saco a los hijos del cornejal. Los saqué afuera. Maria Cruz los persignó, les dió el Crucifijo a besar, se fue para su casa y se le pasó el éxtasis.

 

La Virgen se preocupa de los Sacerdotes. Ayuda a toda la gente a ser mas buenos. La Virgen, por medio de las niñas, solucionaba muchos problemas de conciencia de las personas que subian:

  Un dia tuvo Conchita éxtasis en su casa y habia muchísima gente delante de su casa y salió con el Crucifijo afuera y cogió un señor, agarrándole por un brazo, y le mete en la cocina y esta operación la hizo hasta que metió cinco señores en la cocina y ya después sale y le da el Crucifijo a besar a toda la gente.

Dejó de dar el Crucifijo a besar a dos chicas y un chico. Entra en la cocina y ya después se le pasó el éxtasis y al pasarle éxtasis se quedaba como si nada, con la cara alegre, daba gusto verla.

Le dicen, bueno Conchita, ¿qué hacen aqui estos cinco Señores que metiste tú en la cocina. Entonces los mira y dice: Ah sí, es que estos señores son cinco Sacerdotes, que me lo dijo a mí la Virgen y efectivamente eran cinco Sacerdotes vestidos de paisano.

Entonces le dicen, ahí fuera están dos chicas llorando.

Sale ella fuera y dice ella, ah sí, es que estas dos chicas estan viviendo en malas condiciones con este señor. Y dijo el señor: Sí, es cierto.

 

La Virgen conoce y escucha las cosas que le pedimos interiormente:

Un señor dice a Conchita: Oye Conchita, tenia que hacerle tres peticiones a la Virgen.

Bueno pues me las dice entonces.

En esto que Conchita cayó en éxtasis y estuvo hablando mucho con la Virgen. Terminó el éxtasis y le dice al señor, no son tres peticiones que le pedias a la Virgen, son cinco, y después al señor le dijo las que eran y asi era efectivamente.

 

Primero obedecer a los padres:

Fue una de estas veces que tenian éxtasis que decian que iban a bajar a Cosio. Entonces bajábamos por todo el camino abajo. Eran Conchita y Loli.

Llegamos a la jaraiz y le dice Aniceta: yo no os dejo que bajeis a Cosio, no os dice la Virgen que obedezcais, pues yo no os dejo bajar a Cosio.

Conchita en éxtasis decia: "ay, que mi mamá no me deja bajar ..." llegaron a la fuentuca y se volvieron para arriba.

 

La Virgen besa las alianzas matrimoniales:

La primera alianza que se dió a besar a la Virgen fue la mía.

Fue un dia que estábamos en casa de Conchita. Jacinta habia venido a casa de Conchita en éxtasis. Yo estaba hablando con Conchita y le dije: oye Conchita, los anillos, como están bendecidos igual la Virgen los besa.Me vino a mí este pensamiento. Dásele a Jacinta para que se lo pesente a la Virgen a ver si lo besa.

Le dice Conchita a Jacinta: Jacinta, toma este anillo. Preséntale a la Virgen a ver si lo besa. Jacinta no sabia de quién era el anillo.

 Dice Jacinta a la Virgen: Toma este anillo, bésale.

No sabíamos que se llamaba alianza, yo no lo sabia y las niñas tampoco.Y dice ella: ah, que esta alianza es de Maximina, pues toma bésala.

Entonces ya no era anillo, era alianza. Yo me corrí para atrás y Jacinta viene donde mi, me coge la mano y me pone la alianza en el dedo.

Después que yo dí la mia, se habló y se dieron muchas alianzas a besar. Incluso ese mismo dia dieron de unas y de otras.

 

El beso de la Virgen a las alianzas matrimoniales fue muy frecuente:

Vino un matrimonio de Bilbao que la Señora fue maestra de aqui, yo fui alumna de ella. Vino a casa de Conchita y le dije: por qué no le da el anillo que se le bese la Virgen. Se le dió a besar y se lo dió a la señora.

En otra ocasión iban las cuatro niñas en éxtasis. Yo iba hablando atrás en la cola con este matrimonio. Entonces me dice el Señor, se llamaba Don Felipe: y si le doy mi anillo a las niñas para que le bese la Virgen. Le dije yo: no, que no se le cogen. Y ¿que tal si se le metemos en el bolsillo a Conchita?. Bueno, si usted quiere yo me adelanto y se le meto en el bolsillo.

Entonces me adelanté y se le metí en el bolsillo a Conchita. Al momento dice Conchita: ¿que traigo una alianza en el bolsillo? ... ¿de quién es?...ah, toma, bésala.

Cuando se ven los éxtasis en las películas, llama la atención los cambios  de dirección, sentido de marcha o giros sin motivo aparente. Siempre se debe a atenciones especiales de la Virgen para con la gente como en este caso.

Entonces dejó la dirección que llevaba, vuelve para atrás hasta el final y se lo pone al Señor sin saber quién era ni donde estaba.

 

Era siempre la Virgen quien guiaba a las niñas:

Un dia iban las cuatro niñas en éxtasis y mucha gente detrás de ellas y detrás de la gente iba yo. Entonces se llevaba velo siempre y por entre otrras personas meto la mano y cojo el velo de Conchita que se le estaba cayendo. Dice Conchita a la Virgen: Ah, ¿se me caía el velo? ¿y me le cogió mi madrina?.

Imposible que supiese que era yo, que estaba detrás entre la gente. Fué la Virgen que se lo dijo.

 

El Padre Andreu vió el gran Milagro que va a venir:

Lo del Padre Andreu en realidad no lo ví.

Habíamos dado varias vueltas por ahí, y yo ya estaba cansada. Decíamos, ¡que Misa dijo el Padre Andreu!. No se por qué nos impuso esa Misa.

Las niñas subieron a los Pinos y nos quedamos varias personas en el portal de la Iglesia y luego baja toda la gente. Decian: Ay, el Padre Andreu gritó Milagro, Milagro en los Pinos.

Entonces dijeron las niñas que ellas vieron en éxtasis al Padre Andreu y cuando ellas veian en el éxtasis a otra persona es que esa persona estaba viendo a la Virgen.

Ya en la Iglesia, el Padre Andreu sudaba, le caian unas gotas gordas, fueron donde el altar de la Virgen del Rosario y estaba el Padre Andreu. Estaba tambien este dia el Padre Royo Marín y habia muchísima gente y la última que quedó en el éxtasis fue Maria Cruz. La gente pensaba que ya habia terminado, pero el Padre Andreu estaba con una mano haciendo una señal, como diciendo calma y con la otra mano haciendo una señal de que quedaba una en éxtasis, que era Maria Cruz.

El Padre Andreu, yo le estoy viendo como si fuera hoy, muy emocionadísimo, le caían unas gotas de sudor y con mucho interés.

 

Las niñas, en éxtasis, cantaban en ocasiones cánticos muy hermosos:

Estos cánticos los recuerda Maximina entre muchos que oyó a las niñas en éxtasis.

Oh Virgencita del Carmen
Cuanto gusto nos has dao
con aparecerte a nos
con tu Hijo tan salao.

La Virgen lleva una Rosa
en su divina pechera
que se la dio San José
el día de Noche Buena.

Seguid cristianos la Virgen
con humildad y fervor
pedidla nos haga un sitio
en la celestial Mansión.

 

La Virgen atiende las peticiones individuales de cada uno:

En mi casa estaba un muchacho de Bilbao, que fue seminarista y estuvo aquí una temporaduca de maestro.

Venia en una moto, la guardó en un portal oscuro y andaba por entre la gente. Y Conchita tuvo éxtasis y fue directamente a este portal oscuro a hacerle la Cruz a esta moto.

Luego va donde este muchacho y le dice : se te arreglarán tus problemas.

El le dijo a Conchita que le dijera a la Virgen si sería sacerdote o no. Pero solo le dijo: "le harás adelantar a la Iglesia". Hay personas que dicen que quiso decir que sería sacerdote, pero no, porque un feligrés también puede "hacer adelantar a la iglesia".

 

A. M. D. G.


 Siguiente. Ir al principio.  Anterior.

Capítulos:         

  10   11   12   13   14   15   16   17 

  Volver al índice